jueves, 3 de septiembre de 2020

Lakalaka (Tonga)



El archipiélago de Tonga está situado en el Pacífico sur, a unos 2500 km al noroeste de Nueva Zelanda. El reino de Tonga, que antes de su independencia en 1970 era conocido como ”la isla de los amigos”, tiene un rasgo particular, ya que se trata de la única monarquía constitucional de la región. 
El país lo integran unas 117 islas, en donde las danzas son una de las claves culturales. A diferencia de las eróticas y cimbreantes danzas de Tahití o de Hawái, los bailes de Tonga son más sutiles y delicados. El baile más típico de las islas se llama Lakalaka, que en idioma tongano significa “dar pasos rápidos y prudentes”. El Lakalaka es una mezcla de coreografía, oratoria, polifonía vocal e instrumental. Esta expresión cultural es practicada por todas las comunidades del reino y desempeña un papel primordial en las ceremonias importantes, como la coronación del monarca o los aniversarios de la constitución. Esta tradición surgió en el siglo XIX, pero tomó mayor impulso en el siglo XX gracias al apoyo de la familia real. El Lakalaka es una danza viva en el sentido que nuevas composiciones se siguen creando a diario. A menudo, cuando se acerca una celebración, un punake escribe la letra para la ocasión, asigna música a las estrofas de un conjunto de melodías típicas y luego coreografía el haka (movimientos de baile). Sin embargo, hay composiciones que se han hecho tan famosas que generalmente pueden usarse en cualquier ocasión. Entre ellas, varias hechas por la reina Salote, como “Takafalu”, “Nailasikau”, “Sāngone”, ”ʻOtu langi”, “Tuaikaepau”, etc. El punake es una persona mayor y muy respetada de la comunidad, que hace las veces de poeta, músico y coreógrafo. El Lakalaka procede de un baile llamado Meʻelaufola (danza de los brazos extendidos), que fuera prohibido por los misioneros europeos por ser muy pagano. La creación del Lakalaka actual se le atribuye al predicador metodista Tukuʻaho. Teniendo en cuenta que la práctica del Meʻelaufola se siguió haciendo a escondidas, es mejor decir que lo revitalizó. Usó rimas infantiles aprobadas por los misioneros y añadió algunos gestos y pasos simples.
Los movimientos de baile del Lakalaka son diferentes en hombres y mujeres. La mayoría de las veces, las mujeres hacen pequeños pasos hacia la izquierda y hacia la derecha solamente, mientras que los movimientos de sus brazos son pequeños y fluidos. Por su parte, los movimientos de los hombres son más salvajes y vigorosos. Además de los pequeños pasos, a veces pueden darse la vuelta, sentarse o incluso tumbarse. En cualquier caso, pese a la diferencia de movimientos, tanto hombres como mujeres interpretan las letras de las canciones, pero de una manera simbólica y alusiva, muy típico de la danza tongana. La coreografía de la danza parte de la posición básica de los danzarines situados en filas que se suceden unas tras otras. Sus vestimentas son todas iguales y los movimientos y cantos en sincronización perfecta dirigida por un punake. La vāhenga es una persona de posición alta asociada a los bailarines, y que durante la danza se mantiene alejada del grupo principal, portando una vestimenta diferenciada, para seguir de forma individual el ritmo del baile. Las vāhengas son las personas con el rango más alto del grupo, a menudo un príncipe o una princesa, aunque esto sólo puede pasar cuando el rey sea el invitado de honor. Las representaciones duran una media hora y pueden llegar a reunir varios centenares de personas alineadas en dos hileras, los hombres a la derecha del público, y las mujeres a la izquierda. Detrás de ellos se ubica el coro. El baile normalmente comienza con el canto de la primera estrofa, que es una deferencia a Dios, el rey y los líderes del país. En la siguiente estrofa comienza el baile propiamente dicho, primero con calma, pero poco a poco incrementando su intensidad. El Lakalaka es un baile cantado sin ningún acompañamiento musical. La danza relata historias del pasado o acontecimientos importantes recientes. La tradición requiere que los punakes renueven constantemente su repertorio, explorando los temas más diversos de la historia, las leyendas, los valores y la estructura social del pueblo tongano. Desde hace unas décadas, el número de representaciones disminuye sin cesar y los jóvenes punakes tienen tendencia a reutilizar el repertorio existente, en lugar de renovarlo.




 









































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