El archipiélago de Tonga está situado en el Pacífico sur, a unos 2500 km
al noroeste de Nueva Zelanda. El reino de Tonga, que antes de su independencia
en 1970 era conocido como ”la isla de los amigos”, tiene un rasgo particular,
ya que se trata de la única monarquía constitucional de la región.
El país lo
integran unas 117 islas, en donde las danzas son una de las claves culturales.
A diferencia de las eróticas y cimbreantes danzas de Tahití o de Hawái, los
bailes de Tonga son más sutiles y delicados. El baile más típico de las islas
se llama Lakalaka, que en idioma tongano significa “dar pasos rápidos y
prudentes”. El Lakalaka es una mezcla de coreografía, oratoria, polifonía
vocal e instrumental. Esta expresión cultural es practicada por todas las
comunidades del reino y desempeña un papel primordial en las ceremonias
importantes, como la coronación del monarca o los aniversarios de la
constitución. Esta tradición surgió en el siglo XIX, pero tomó mayor impulso en
el siglo XX gracias al apoyo de la familia real. El Lakalaka es una danza
viva en el sentido que nuevas composiciones se siguen creando a diario. A
menudo, cuando se acerca una celebración, un punake escribe la letra para la
ocasión, asigna música a las estrofas de un conjunto de melodías típicas y
luego coreografía el haka (movimientos de baile). Sin embargo, hay
composiciones que se han hecho tan famosas que generalmente pueden usarse en
cualquier ocasión. Entre ellas, varias hechas por la reina Salote, como “Takafalu”,
“Nailasikau”,
“Sāngone”,
”ʻOtu
langi”, “Tuaikaepau”, etc. El punake es una persona mayor y muy
respetada de la comunidad, que hace las veces de poeta, músico y coreógrafo. El
Lakalaka
procede de un baile llamado Meʻelaufola (danza de los brazos
extendidos), que fuera prohibido por los misioneros europeos por ser muy
pagano. La creación del Lakalaka actual se le atribuye al
predicador metodista Tukuʻaho. Teniendo en cuenta que la
práctica del Meʻelaufola se siguió haciendo a escondidas, es mejor decir que
lo revitalizó. Usó rimas infantiles aprobadas por los misioneros y añadió
algunos gestos y pasos simples.
Los movimientos de baile del Lakalaka son diferentes en hombres y
mujeres. La mayoría de las veces, las mujeres hacen pequeños pasos hacia la
izquierda y hacia la derecha solamente, mientras que los movimientos de sus
brazos son pequeños y fluidos. Por su parte, los movimientos de los hombres son
más salvajes y vigorosos. Además de los pequeños pasos, a veces pueden darse la
vuelta, sentarse o incluso tumbarse. En cualquier caso, pese a la diferencia de
movimientos, tanto hombres como mujeres interpretan las letras de las
canciones, pero de una manera simbólica y alusiva, muy típico de la danza
tongana. La coreografía de la danza parte de la posición básica de los
danzarines situados en filas que se suceden unas tras otras. Sus vestimentas
son todas iguales y los movimientos y cantos en sincronización perfecta
dirigida por un punake. La vāhenga es una persona de posición alta asociada a
los bailarines, y que durante la danza se mantiene alejada del grupo principal,
portando una vestimenta diferenciada, para seguir de forma individual el ritmo
del baile. Las vāhengas son las personas con el rango más alto del grupo, a
menudo un príncipe o una princesa, aunque esto sólo puede pasar cuando el rey
sea el invitado de honor. Las representaciones duran una media hora y pueden
llegar a reunir varios centenares de personas alineadas en dos hileras, los
hombres a la derecha del público, y las mujeres a la izquierda. Detrás de ellos
se ubica el coro. El baile normalmente comienza con el canto de la primera
estrofa, que es una deferencia a Dios, el rey y los líderes del país. En la
siguiente estrofa comienza el baile propiamente dicho, primero con calma, pero
poco a poco incrementando su intensidad. El Lakalaka es un baile
cantado sin ningún acompañamiento musical. La danza relata historias del pasado
o acontecimientos importantes recientes. La tradición requiere que los punakes
renueven constantemente su repertorio, explorando los temas más diversos de la
historia, las leyendas, los valores y la estructura social del pueblo tongano.
Desde hace unas décadas, el número de representaciones disminuye sin cesar y
los jóvenes punakes tienen tendencia a reutilizar el repertorio existente, en
lugar de renovarlo.
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