La Cueca
Argentina es una completa expresión artística que combina música y
danza y forma parte de nuestro repertorio folclórico. Baile de a dos, donde el
hombre y la mujer representan una especie de galanteo rítmico, con pañuelos
danzando y pasos armónicos, la Cueca Argentina es el resultado del
collage de culturas americanas, europeas y africanas que aportaron estilos y
formas a través de los años de evolución de este baile.
Su interesante origen
se remonta a la época del Virreinato del Perú entre los siglos XVI y XIX, desde
donde transita diversas transformaciones que concluyeron en la Cueca
Argentina tradicional que se conoce hoy día. Si retrocedemos en el
tiempo y buscamos la semilla que dio origen a este estilo musical, debemos
cruzar el Océano Atlántico y llegar a España. A fines del Siglo XVIII, los
españoles de todas las clases sociales interpretaban un estilo musical
denominado Fandango, baile de a dos, acompañado por castañuelas. El Fandango
llegó entonces a las colonias españolas establecidas en América del Sur. Aquí,
en pleno Virreinato, el Fandango fue adoptado por la
población mestiza y en poco tiempo se tornó un baile popular entre los gitanos,
esclavos negros y mulatos. La rica mezcla de estas culturas transformó al Fandango
en Zamacueca o “zamba-cueca”, manteniendo
su estilo de danza en pareja galantera, pero añadiéndole ritmos y
características distintivas, como el reemplazo de las castañuelas por pañuelos.
La Zamacueca
se considera la madre de tres estilos musicales que derivan de ella y que
fueron adoptados por diversas regiones americanas: La Zamba, la Cueca
y la Marinera.
Para el año 1824-1825 la Zamacueca descendió e ingresó al
actual territorio chileno. Allí, la Zamacueca se llamó Cueca
o Cueca
Chilena y en la actualidad es considerada el baile nacional de Chile.
En Chile, la Cueca se desarrolló adquiriendo características propias. Así,
según la ubicación geográfica, presenta algunas diferencias y por eso se pueden
distinguir dos claras variaciones de la Cueca tradicional: la Cueca
Nortina y la Cueca Chilota. Desde Chile
ingresó finalmente la Cueca a nuestro territorio,
estableciéndose con completa aceptación en la región del Cuyo.
De la misma
forma, a través de Bolivia ingresó el estilo musical de la Zamacueca procedente
directamente de Perú, a través de Jujuy. La Cueca Chilena desde
Mendoza se difundió al resto del país y derivó en la Cueca Cuyana, la Cuequita
y la lenta Zamba (siendo esta última uno de los géneros más populares del
folclore argentino). La zona de Cuyo está conformada por las provincias de
Mendoza, San Juan, San Luis y parte de las provincias de La Rioja y Córdoba.
Por su cercanía al territorio chileno, aquí la Cueca Argentina tiene
características semejantes a la Cueca Chilena. La Cueca
auténticamente cuyana, adentrándose en el alma del pueblo, recorrió toda su
jerarquía, pasando de los bodegones criollos a las chinganas (tabernas o bares)
selectas, y de allí a los propios salones de la aristocracia. La Cueca
Cuyana se caracteriza por la importante presencia musical de
instrumentos de cuerda y dúo de voces. En cuanto a la danza, siempre en pareja,
se puede apreciar un baile libre de pasos caminados, combinado con un suave
zapateo de parte del hombre. Tanto el hombre como la mujer utilizan pañuelos
con los que marcan círculos o semicírculos al aire y es común verlos
interpretar ciertas coreografías específicas, como la llamada “calle” donde
ambos se desplazan lateralmente hasta encontrarse a mitad de camino. Por otro lado, la Cueca
Norteña es visiblemente influenciada por la presencia de los pueblos
originarios de la zona junto a características legadas de la cultura boliviana.
Aquí es posible distinguir el uso de instrumentos andinos más guitarras,
charangos y bombos. La presencia es estos instrumentos le otorga un tono más
festivo a esta Cueca Argentina, y esto se ve reflejado en el baile, donde la
coreografía es más efusiva, con pasos con pequeños saltos, giros y zapateos.
Aquí es más notorio la teatralización del baile, donde vemos al hombre persiguiendo
a la mujer hasta el encuentro final.
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