Ballet es una
palabra francesa que proviene del italiano ”balleto”, diminutivo de ”ballo”,
que significa “baile”. El Ballet es una danza académica o
danza clásica y también nombre de la técnica correspondiente. Según las épocas,
los países o las corrientes y el espectáculo, esta expresión artística puede
incluir: danza, mímica y teatro (de orquesta y coral), personas y maquinarias.
El Ballet
clásico o danza clásica es una forma de danza cuyos movimientos se basan en
control total y absoluto del cuerpo, el cual se debe enseñar desde temprana
edad. A diferencia de otras danzas, en el Ballet cada paso está codificado.
Participan invariablemente las manos, brazos, tronco, cabeza, pies, rodillas,
todo el cuerpo en una conjunción simultánea de dinámica muscular y mental que
debe expresarse en total armonía de movimientos. También se utiliza el término Ballet
para designar una pieza musical compuesta, a propósito, para ser interpretada
por medio de la danza. Este término fue utilizado por primera vez en 1582 por
el compositor francés Balthasar de Beaujouelx en el “Ballet
comique de la reine”. En 1661, en Francia se creó la Académie
Royale de la Dance, considerado como el primer grupo profesional. A
través de su constituida terminología fue divulgándose como referente por todo
el mundo, caracterizándose por una extremada precisión en la ejecución y la
elegancia refinada del movimiento. No fue sino hasta 1920 donde se integraron
los aportes de la escuela italiana y de numerosos artistas rusos, desarrollando
a partir de la primera mitad del siglo XX, un movimiento que acentúo los puntos
extremos de los saltos y de la extensión. La escuela danesa, heredera de la
tradición italiana, conllevó a desarrollar un estilo muy particular donde el
virtuosismo de los bailarines es subrayado por el trabajo de la rapidez de los
pies.
En 1820 se fundó la escuela italiana de danza por Enrico Cecchetti. Tenía
una gran tradición de pantomima heredada del estilo francés. Sus
características principales son la continuidad de flujo de movimientos en los
desplazamientos y el centro de gravedad. En Rusia Agrippina Vagánova
desarrolló un método pedagógico que contribuyó a la formación de la Escuela
Rusa. Este sistema alejó la graciosa gestualidad francesa dejando paso
a la gravitación del método Cecchetti, acentuando el peso, el
aplomo al suelo, la fuerza del impulso y desarrollando una elasticidad muscular
extrema. La escuela estadounidense tiene influencia italiana (aportada por Tudor)
y rusa (aportada por George Balanchine y otros
coreógrafos y bailarines de los Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev). Esta
escuela se nutre de la emigración de maestros después de la revolución rusa de
1917. La notoria expansión soviética contribuyó al nacimiento de otras nuevas
escuelas en el mundo, como la escuela cubana basada en el método Vagánova
e impulsada por Alicia Alonso. El Ballet cuenta con una técnica
bastante compleja. El elemento principal es la colocación, que se refiere a la
conservación de los hombros y las caderas en el mismo plano y paralelos el uno
al otro con el piso. Este principio le permite al bailarín incrementar la
claridad y la precisión en el manejo de las direcciones mientras las piernas se
mueven a los lados. El torso en el Ballet funciona como una unidad y ha
sido percibido generalmente como inmóvil, lo cual no es cierto. El Ballet
moderno comprende una sucesión de episodios que se encadenan de manera
continua. Las concepciones wagnerianas ya no contemplan la práctica del Ballet
intercalado. En el siglo XX el Ballet fue objeto de toda clase de
renovaciones y experimentos. El estreno de “La consagración de la primavera”,
de Igor
Stravinski, con una coreografía de Vaslav Nijinsky, provocó uno de los
mayores escándalos de la historia de la música y de la danza. El Ballet
moderno, sin embargo, mantiene un lenguaje más clásico, que con su estilización
retomó las concepciones del Ballet clásico.
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