El Free Jazz es uno de los estilos o subgéneros propios del Jazz.
En sus comienzos, en EEUU se lo conoció como New Thing (literalmente
“la cosa nueva”). El Bop evolucionó muy rápidamente
durante los años 50 y, entre las distintas maneras de desarrollarse, algunos
músicos, entre ellos George Russell y Charles
Mingus, a partir de los conceptos de intuición y digresión, que había
enunciado la música de Lennie Tristano, desarrollaron
formulaciones similares a las que ya se habían dado en la música clásica de la
década de 1920, con la irrupción de la atonalidad en el Jazz de los años 60. Sin
embargo, esta evolución hacia la atonalidad del Jazz, lejos de tener su
origen y referencia en la vanguardia abstracta “clásica”, se encuentra más
cerca de la “atonalidad folklórica” concreta del Field Cry y el Folk-Blues
arcaico. Ese desarrollo musical se produjo paralelamente a la adquisición, por
parte de los músicos negros, de una conciencia social que les hizo comprender
que su música podía ser un medio de lucha en el llamado movimiento por los
derechos civiles. Esta rápida radicalización ideológica los llevó tanto a
asumir planteamientos cercanos al Black Power o a posiciones religiosas
islamizantes (conversión al Islam, adopción de nombres árabes, etc.), así como
incluso a actuaciones políticas más radicales, de apoyo económico a los Black
Panthers. Esta politización se plasmó tanto en la inspiración de la
propia música, como en la creación de asociaciones como la AACM de Chicago
(Asociación Para el Avance de la Música Creativa), o en la propia ideología de
los músicos, como Mingus, que utilizaban la “coming black revolution” (la
inminente revolución negra), incluso como recurso en sus relaciones
profesionales.
Gato Barbieri
Las características de este estilo fueron absolutamente revolucionarias
en la historia del Jazz: recursos atonales, improvisación colectiva y ritmos
globales, especialmente africanos, como un intento de volver a las raíces sin
renunciar a la modernidad. El Free Jazz tuvo su inicio en 1960,
con la publicación del disco homónimo de Ornette Coleman y su doble cuarteto,
que supuso una revolución estilística en el Jazz. En los primeros
años sesenta se asistió a una aparente irresistible ascensión del Free
Jazz. Paralelamente recibió una gran cantidad de rechazos resumibles en
una sola frase: “esto no es música”, críticas que provenían no sólo del público
o de periodistas especializados, sino de músicos de Jazz como Roy
Eldridge o Quincy Jones. Además de Coleman, Cecil Taylor, Eric
Dolphy y Don Cherry, fueron los principales iniciadores de esta línea,
pero músicos ya reputados como Mingus o John Coltrane, se
apartaron de las temáticas tradicionales para concentrar sus esfuerzos sobre un
tratamiento exasperado de la temática sonora. De hecho, la gran mayoría de los
saxofonistas del Free Jazz se han encontrado, en algún momento de su desarrollo,
en la órbita coltrariana: Archie Shepp, Pharoah Sanders, Gato
Barbieri y otros. En 1964, la Jazz Composer’s Orchestra, brindó
una serie de conciertos-manifiesto denominado, significativamente, la Revolución
de Octubre en Jazz. Desde 1967 hubo una clara
recesión del favor del público con respecto al Free Jazz. Los músicos
comenzaron a regresar a estructuras Bop y a recoger velas en líneas de
desarrollo, negando incluso el carácter innovador del Free. A finales de los
años 60 el Free Jazz ya no era el motor de la evolución del Jazz
y de allí se abrieron caminos diferentes como el Jazz Fusión y
especialmente el Jazz Rock.
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