El Festejo peruano es una danza de raíces africanas que se
mantiene vigente en Lima e Ica. Se trata de un ritmo erótico-festivo,
representativo del mestizaje negroide peruano presente en la costa central. Se
baila durante las fiestas populares y en reuniones sociales. Se ejecuta en
parejas, generalmente de jóvenes. Tiene un ritmo erótico y festivo vinculado al
rito del amor como un acto de virilidad, juventud, vigor y fecundidad. El
Festejo fue creado por los habitantes negros que fueron llevados a Lima desde
África (Congo, Angola y Mozambique), durante el Siglo XVII por los
conquistadores españoles, para realizar faenas agrícolas, aunque cabe resaltar
que el objetivo era el trabajo en las minas, debido a su físico robusto. Sin
embargo, el clima frío de la Sierra resultó adverso para ellos, relegándolos a
trabajos de campos y domésticos. Es así que sus letras narran las costumbres,
alegrías, penas y sufrimientos de la raza negra en aquel entonces. Con el
correr de los años el Festejo peruano a sufrido variaciones en cuanto al
material instrumental utilizado, la danza ha variado, pues sus verdaderos pasos
se han ido perdiendo y los profesores, obligados por las circunstancias,
tuvieron que inventarle una coreografía. Tomaron pasos del Son de los Diablos y
contoneos del Alcatraz, figuras del Agua y Nieves, y hasta zapateo criollo, y
los aplicaron a parejas mixtas en bailes abiertos, marcando emplazamientos y
desplazamientos. Es posible que originalmente haya sido una danza masculina de
solistas, improvisando pasos y contorsiones acrobáticas con toda libertad y sin
reglas coreográficas.
Para el acompañamiento musical originalmente se utilizaron tambores de
parche sobre madera o botijas de arcilla, calabazas, cencerros de maderas,
tablitas, siendo enriquecido con el correr de los años con instrumentos como el
cajón de madera, de origen afroperuano. También se acompaña con guitarra,
quijada de burro y las palmas de los espectadores, agregándole últimamente las
congas y el bongó. En algunos lugares de Cañete y Chincha, se usa el violín en
vez de la guitarra. Durante la coreografía, es común el movimiento
pélvico-ventral, habiendo libertad de pasos, donde la creatividad juega un rol
importante. La danza es ágil y dinámica, donde se combinan pasos en el lugar y
pasos de desplazamiento, siendo característica de dichos pasos, el apoyarse en
la punta de los pies, y dando, en otros, pequeños saltos en los que se levantan
los pies del piso. Los gestos, movimientos de brazos, contoneos de caderas,
movimientos de polleras o faldas, son elementos que distinguen rápidamente al
Festejo de otra danza, complementándose desde luego, con el proceso de
enamoramiento en el que las parejas se han propuesto. Para la vestimenta del
Festejo, no se requiere un atuendo específico, sin embargo se usa ropa ligera,
para permitir realizar los movimientos rítmicos con soltura y plasticidad. Las
mujeres suelen usar vestidos largos, escotados, de mangas cortas, con o sin
delantal, blusa escotada y pañuelo en la cabeza, protegiendo la frente para
contener la transpiración. Los hombres usan pantalones cortos a la altura de la
pantorrilla, camisas con el pecho abierto y el torso desnudo, y una faja. El
festejo es considerado como la más antigua de las manifestaciones propias de la
negritud en el Perú, y dio origen a una serie de bailes con coreografía propia
como el Alcatraz o el Inga, entre otros.
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