jueves, 27 de junio de 2019

Ciranda (Brasil)



La Ciranda es un tipo de danza y música de Pernambuco. Es originaria de la región nordeste de Brasil, más precisamente de Itamaracá. Es una danza típica de la playa que comenzó a aparecer en el litoral norte de Pernambuco. Se cree que fue creada por las mujeres de los pescadores que cantaban y bailaban esperando que volviesen del mar. Se caracteriza por la formación de una gran ronda, generalmente en las playas y en las plazas, donde los integrantes bailan al son de un ritmo lento y repetitivo. En Brasil es muy común definir Ciranda como un juego de ronda infantil, sin embargo, en la región nordeste, y principalmente en Pernambuco, ella sea conocida como una danza de rueda de adultos. Los participantes pueden ser de varias edades, no habiendo impedimentos para que también participen los niños. Hay varias interpretaciones para el origen de la palabra “ciranda”, pero según el padre Jaime Diniz, uno de los pioneros en estudiar el asunto, viene del vocablo español “zaranda”, que significa instrumento para cernir harina y que sería una evolución de la palabra árabe çarand. La Ciranda era más danzada en las calles y los terrenos de las casas de los trabajadores rurales, partiendo después para plazas, avenidas, calles, residencias, clubes sociales, bares, restaurantes, etc. En algunos de estos lugares pasó a ser un producto de consumo para turistas. Es una danza comunitaria que no tiene preconcepto en cuanto al sexo, color, edad, condición social o económica de los participantes, así como no hay límites para el número de personas que en ella pueden intervenir. Comienza con una ronda pequeña que va aumentando a medida que las personas llegan para danzar, abriendo el círculo y asegurando las manos de los que ya están danzando. Tanto a la hora de entrar como a la hora de salir, la persona puede hacerlo sin el menor problema. 


Cuando la ronda de la Ciranda alcanza un tamaño que dificulta el movimiento, se forma otra menor en el interior de la rueda mayor. Los participantes son denominados ciranderos, habiendo también un maestro, el contra maestro y los músicos, que están en el centro de la rueda. Los bailarines pueden usar cualquier tipo de ropa. La Ciranda es danzada durante todo el año. La coreografía es bastante sencilla: al compás de la música se dan cuatro pasos a la derecha, comenzando con el pié izquierdo con el tono fuerte del bombo, balanceando suavemente los hombros en sentido de la dirección de la ronda. Se pueden destacar tres pasos más conocidos de los ciranderos: la onda, el sacudidinho y el machucadinho. Algunos bailarines crean pasos y movimientos de cuerpo, pero siempre obedeciendo la marcación que les impone el bombo. Se utilizan básicamente instrumentos de percusión, como bombo o zabumba, mineiro o ganzá, maracá, caracaxá (especie de sonajero), la caja o tarol, pudiendo ser utilizados también cuica, pandero, acordeón o algún instrumento de viento. El maestro cirandero es el integrante más importante de la Ciranda, cabiendo a él “entonar los cánticos”, improvisar versos, tocar el ganzá y presidir el juego utilizando un silbato para ayudarlos en sus funciones. El contra maestro puede tocar el bombo o la caja y sustituye al maestro cuando es necesario. Las músicas pueden ser las ya memorizadas, improvisadas o hasta canciones comerciales de dominio público, transformadas al ritmo de la Ciranda. A partir de la década del 70 las Cirandas comenzaron a ser danzadas en lugares turísticos de Recife, como el Pátio de São Pedro y la Casa de la Cultura, modificando un poco la danza que se volvió más espectáculo. El maestro, contra maestro y músicos salieron del centro de la ronda para adaptarse mejor a los micrófonos y aparatos de sonido, pasando también a haber límite de tiempo para el juego. Compositores pernambucanos como Chico Science y Lenine enriquecieron sus repertorios, utilizando la Ciranda en sus trabajos.





















































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