Vinculada a lo
divino en tiempos antiguos, la música japonesa se inspiró en las melodías
chinas para fraguar un estilo propio que desencadenó una variedad de géneros,
tanto tradicionales como populares. Al mismo tiempo de la música occidental, el
país tiene una música tradicional muy importante. En realidad hay varios tipos
de música tradicional provenientes de siglos pasados. Además de los estilos
tradicionales hay un tipo de música muy japonesa: Min’yo o música folclórica.
Dentro de este grupo hay varias clases pero básicamente se pueden agruparlas a
todas en cuatro grandes categorías: hay cantos religiosos, canciones para
eventos tales como bodas, funerales o festivales, canciones infantiles y
canciones que versan sobre el trabajo. Muchos Min'yo tienen vínculos
con ocupaciones o negocios y fueron cantados originalmente por individuos en el
trabajo o para trabajos especiales. Otros Min'yo no tienen otra función que el
entretenimiento, con la danza como acompañamiento o como un componente de
ritual religioso. Originalmente, la mayoría de las canciones Min'yo
relacionados al trabajo fueron cantadas sin acompañamiento, ya sea en solitario
o en grupos. Algunas canciones tienen el mismo tipo de canción "llamada y
respuesta" como a menudo se encuentran en la música negra del sur de los
Estados Unidos. Sin embargo, durante el periodo Edo, y más tarde también, se
introdujo el acompañamiento de instrumentos tradicionales japoneses. Entre
ellos están los clásicos taikos o tambores japoneses, la flauta de bambú,
campanas y el clásico shamisen, una especie de laúd o guitarra larga de tres
cuerdas. Algunos de estos acompañamientos se han convertido en independientes y
a su vez dio lugar a los tipos de música solo instrumental como Tsugaru
Shamisen. El Enka y muchos otros géneros de
música popular tienen sus raíces en el Min'yo. En Japón, los cantantes que
pueden interpretar canciones Min'yo
auténticas son muy admirados. El Min'yo es ahora muy difícil de
cantar y requiere un gran control vocal.
Dentro de las
canciones sobre el trabajo hay letras que hablan de los granjeros que plantan
arroz, aquellos pescadores que arreglan sus redes y ese tipo de cosas y
aquellas canciones Min’yo más modernas versan siempre sobre lo idílico de aquel modo
de vida. Originariamente la música folclórica no era cantada por gente
profesional y estaba en boca de la gente común y corriente pero fue
desarrollándose hasta formas más elaboradas y profesionales en tanto las
geishas comenzaron a entonarlas acompañadas por un shamisen. Así, el estatus
social de las canciones Min’yo fue subiendo y cuando a
comienzos del siglo XX se introdujo el sakuhachi o flauta de bambú alcanzó su
pico de éxito. Aunque se piense que las tecnologías modernas acabaron con esta
música tradicional, no pasó eso, al contrario las emisoras radiales japonesas
comenzaron a transmitir Min’yo en los años ’20 y las viejas
y locales tradiciones se dieron a conocer en todo el país. Algunos de sus
cantantes se convirtieron en verdaderas estrellas de la canción y de un tiempo
a esta parte no han faltado nuevas composiciones. Eso sí, durante la
modernización de Japón durante el período Meiji se perdió parte de su corazón
porque muchas de ellas fueron reescritas y debían ser o no aprobadas por el gobierno
que miraba más a occidente que hacia adentro. Durante el siglo XX muchas
canciones fueron alteradas para convertirse melodías altamente desarrolladas
que no pueden ser interpretadas con una gran cantidad de tiempo y esfuerzo.
Muchos japoneses consideran que el Min'yo afecta profundamente su ser,
porque evoca la nostalgia de su ciudad natal y sus familias. El Min'yo
es prácticamente desconocido en Occidente. Cuando piensan en la música
japonesa, la mayoría de los occidentales piensan de la música clásica como Gagaku
y Yayue.
Sin embargo, existe un poco más de difusión gracias a Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario