Călușari es una
palabra rumana para designar a los participantes de un baile folklórico
tradicional, el Căluș, hoy en día existente en el sur de Rumania, más
precisamente en la región de Olt. La danza se asemeja al baile inglés Morris
en cuanto a la coreografía, al significado de la danza ritualística, con las
espadas y los trajes. Se considera que influenció al oeste de Europa desde la
antigua Dacia (España y más tarde Inglaterra) a través de los Celtas o los
Godos. Desde el punto de vista etimológico, la palabra es probablemente
derivada del vocablo rumano ”cal” (caballo), que a su vez proviene del latín;
aunque un ”căluș” también sirve para cubrir la boca de alguien. Esta tradición
se puede encontrar también entre los valacos de Serbia y Bulgaria, y fue
introducida en el folklore de Bulgaria con el mismo nombre, escrito en alfabeto
latino como "Kalushar" o"Kalushari". Se considera que el
baile fue derivado de un ritual precristiano de fertilidad y purificación, y un
rito de la primavera, que se decía que traía fortuna, salud y felicidad a los
pueblos donde se baile. Otros consideran que se originó de la antigua
veneración indo-europea del caballo, el que era reverenciado como la
reencarnación del sol. Es posible que se mezclaran varias tradiciones a lo
largo de la historia. Por ejemplo, según algunos, los Călușari también tienen
poderes curativos. El baile se organiza en algunos lugares una semana antes de
Pentecostés, con propósitos catárticos. Las fuentes más antiguas que atestiguan
la existencia del baile, son las notaciones musicales de Ioan Căianu (siglo XVII),
y también se lo menciona en la Descriptio Moldaviae de Dimitrie
Cantemir (1714).
El Căluș es un baile masculino de grupo, aunque en Oltenia
existían algunas tradiciones que incluía una o dos jóvenes, pero en la
actualidad esa variante ha desaparecido. El Căluș consiste en una
serie de juegos, parodias, cantos y danzas, y es realizado por bailarines con
el acompañamiento de dos violines y un acordeón. Los hombres jóvenes eran
iniciados en el ritual por un vataf (maestro), quien había recibido el
conocimiento de los decantece (poderes mágicos), y los pasos de danza de sus
predecesores. Un rasgo característico de la danza Căluș es que el líder muestra
la figura con anticipación y el resto del grupo lo sigue a continuación. Los Călușari,
cubiertos con sombreros coloridos, pantalones y túnicas blancas bordadas, en
sus tobillos llevan campanillas que tintinean. Ejecutan danzas complejas, que
combinan taconeos, brincos, saltos y balanceo de piernas. Los bailes incluyen
el uso de palos, guardados en posición vertical o apoyándose en el suelo. Como
en otros tipos similares de bailes, en muchas tradiciones los Călușari
incluyen también un "loco", "nebun" o "mudo". La
danza consta de los siguientes elementos: al principio los bailarines se pasean
(plimbări), marcando el ritmo del baile en un círculo, moviéndose en sentido
contrario al de las agujas del reloj. Movimientos más complejos (mișcare) durante la marcación de los pasos.
Según la tradición, los grupos de Călușari, que se consideraban
dotados con poderes mágicos y curativos, iban de casa en casa prometiendo buna
salud y prosperidad a los aldeanos. Testimonios de la diversidad cultural de
Rumania, el ritual Căluș ha sido ampliamente promovido en los festivales
folklóricos, como el Concurso Nacional de Caracal, en la región de Olt, donde
se lo considera como un verdadero símbolo nacional.
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