El Waylarsh Wanka es una danza folklórica peruana. Durante los
meses de febrero y marzo, el Valle del Mantaro se convierte en una verdadera
capital de la danza nacional del Waylarsh Wanka, danza vigorosa, alegre y
contagiosa, que se enseñorea en la zona Sur del Wankamayo. Waylas es un vocablo
quechua que significa “danza agrícola”, mientras que wanka significa muchacho,
joven en edad del despertar amoroso y próximo a casarse. El Waylarsh es una
danza agrícola, ya sea antes, durante o después de la faena del cultivo de la
papa. En épocas pasadas, los Allaukas se dedicaban a la agricultura, ganadería
y artesanías. Durante las faenas agrícolas se formaban grupos de trabajadores
entre los jóvenes de ambos sexos de entre 20 y 30 años de edad. Siguiendo una
tradición ancestral realizaban los trabajos comunitarios y recíprocos que los
nativos conocían como el Uyay, la Unya y el Ayni, actividad laboral sin cobro
alguno y que hasta hoy se conserva este legado de las culturas peruanas. Los
últimos trabajos previos a la cosecha era y es el recultivo o aporque de la
papa, o Acshru Tatay. Terminadas las labores diarias, al regresar a la casa del
dueño de la chacra o terreno agrícola, los trabajadores sentían que “algo” les
faltaba. Los jóvenes de esa época, que eran fornidos chacareros y peones de la malka
o pueblo, intranquilos buscaban ese “algo” que les de alegría para celebrar la
buena cosecha. Hasta que sucedió el milagro de Apu Willka (gran señor –
sagrado), y su mágico instrumento al que bautizó como Crtrín - Chtrún.
Apu Wilka, dotado de un don especial para la música, en su afán de
encontrar ese “algo” que les faltaba, un día no asistió a las faenas y se puso
a caminar por la orilla del Jatunmayo. De repente, ante los diferentes sonidos
de su medio, se le ocurrió torcer la fibra del maguey, y más tarde la sujetó de
extremo a extremo a un palo seco de sauce que ya había diseñado, formando un
arco de más o menos 50 centímetros de largo. Una vez puesta la cuerda al palo,
de manera casual la llevó a sus labios semiabiertos. Entonces se puso a pulsar
la cuerda con el dedo pulgar y escuchó un sonido suave y melodioso. En noche de
luna llena fue al campo en busca de inspiración y poco a poco descubrió las
notas musicales que le faltaban. Pero las estrofas de la primera y segunda
frase no estaban bien definidas hasta que compuso la segunda parte. Al tercer
día de haber encontrado ese “algo”, Apu Wilka se dirigió a la chacra para
darles la sorpresa a sus compañeros de trabajo, quienes sin conocer su hallazgo
le dijeron que los surcos de papa que le correspondía cultivar lo habían
dejado, y que debía trabajar día y noche para nivelarse con los demás. Apu
Wilka presentó su descubrimiento a sus asombrados compañeros, quienes quedaron
muy admirados. Luego compusieron bien la música y el baile, que era un zapateo. Opinaron que las
wanblas o mujeres canten acompañando al ritmo de la música. El instrumento
musical, acompañado por el canto de las wanblas y el zapateo fue presentado a
los ancianos y sabios, quienes encantados con Apu Wilka, apodaron a la danza
como “Way Walarsh”. Con el correr de los años sufrió una metamorfosis
transformándose en “Waylarsh” o Danza Agrícola.
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