La fiesta de la Patum de Berga es una celebración
tradicional que se realiza durante las fiestas de Corpus Christi en la
localidad catalana de Berga. La Patum fue fundada a finales del
siglo XIV como una fiesta de carácter esencialmente popular y se encuentra
documentada desde el año 1525. La celebración consiste en diversas
representaciones de figuras místicas y simbólicas que bailan al ritmo de la
música y tambores. Los bailes se caracterizan por su solemnidad, así como por
la utilización de fuego y pirotecnia. El miércoles, víspera del jueves del
Corpus Christi, el tabal (pregonero de la fiesta) junto a los gigantes,
recorren la ciudad anunciando el comienzo de la fiesta. Más tarde empieza el
drama mímico, divididos en varios actos que representan las intensas luchas de
los cristianos contra los moros, el Arcángel San Miguel, ayudado por ángeles
lucha contra Lucifer y sus diablos o las burlas contra el caudillo árabe
Abul-Afer o Bullafer, conquistador de la zona. En cambio, el acto del águila expresa
la satisfacción de Berga por haber acabado con el dominio feudal y pasar a
depender directa y exclusivamente del rey. Las fiestas tienen lugar desde el
miércoles, víspera de Corpus, hasta el domingo siguiente. El viernes se realiza
una Patum
infantil, en una versión adaptada para los niños. La comparsería de la Patum,
aun habiendo sufrido una importante superposición de significados a lo largo de
su historia, conserva reminiscencias de prácticas pre cristianas, en los
rituales de vegetación y de regeneración genésica que sustentan el ciclo de
mayo, prácticas que la Iglesia Católica asimiló, readaptó e integró parte de
este ceremonial primigenio, convirtiéndolo en un vehículo de cristianización.
Los orígenes de la Patum deben buscarse en la
celebración de Corpus Christi, fiesta nacida en el siglo XIII y universalizada
en 1316 por el Papa Juan XXII. En la ciudad de Berga la referencia documental
más antigua conservada de la fest. El vidad del Corpus y su procesión
corresponde al 20 de mayo de 1454. Desde sus inicios, la procesión de Corpus
empezó a integrar una serie de escenificaciones, que con el paso del tiempo se
llamaron entremeses, que tenían como objetivos principales la educación y la
moralización de los que observaban el séquito. Muchas veces estas
escenificaciones eran simples cristianizaciones de elementos paganos pre
existentes, los cuales fueron readaptados y acabaron representado diferentes
paisajes de las sagradas escrituras, adquiriendo su carácter procesional
definitivo. Estos entremeses, con el paso de los años, fueron obteniendo
entidad propia y ganando adeptos entre el pueblo, más por su vertiente lúdica
que por su carácter aleccionador, quedando sólo las partes más festivas. La Patum
de Berga se celebra una vez al año. La fecha de la fiesta es variable
por el hecho de coincidir con el Corpus Christi, por lo que la Patum
se celebra entre finales del mes de mayo y finales del mes de junio. Los actos
centrales de la fiesta tienen lugar de miércoles a domingo. Antiguamente la Patum
se celebraba dentro de la iglesia, pero esto se prohibió en 1723. El ritual se
celebraba cada año en la pequeña plaza de Sant Pere. El fuego, los ruidos, el
humo, los gritos, llegan de todas partes, mezclado con la música, la danza, la
luz y la pólvora, son una perfecta conjunción que los Patumaires saben vivir y
que se convierte en el símbolo que identifica a toda una población. Todo esto a
la vez, convierte a la Patum en una fiesta catalana y
universal.
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