El Carnaval de Binche es una fiesta que se celebra cada mes de
febrero en la ciudad belga de Binche. Constituye un gran atractivo turístico
que convoca anualmente a muchos visitantes. Este célebre carnaval, cuyos
orígenes se remontan a la Edad Media, es una de las más antiguas celebraciones
de este tipo que sobreviven en Europa. Se dice que la celebración se remonta al
año 1549, cuando María de Hungría, alcaldesa de Binche en ese momento, estaba
ansiosa por impresionar a su hermano Carlos V y a su sobrino Felipe II de
España, por lo que organizó siete días de bailes, banquetes, desfiles militares
y fuegos artificiales. Como esto también coincidió con el regreso de los
exploradores españoles que habían descubierto las Américas, se dice que los
cortesanos ibéricos que acompañaban a los príncipes, iban vestidos como Incas,
como un recordatorio de las recientes victorias de los conquistadores. El
público belga quedó tan cautivado por el esplendor de esos trajes coloridos,
que continuaron la tradición. Algunos aseguran que el Carnaval de Binche es aún
más antiguo, basándose en las festividades del siglo XV, conocidas como Quaresmiaux
o Caresmiaux
(fiestas cuaresmales). Los Gilles de Binche, personaje central
del carnaval, hacen referencia al popular nombre español del siglo XVI ”Gil”.
Personifican a los indígenas andinos, algo similar a lo que puede encontrarse en
el folklore boliviano, sobre todo en Tarija. Las máscaras blancas de los Gilles
tenían razones estéticas, ya que escondían los rostros sucios del pueblo, en su
mayoría carboneros. Los Gilles ostentan trajes rojos, amarillos y negros,
sombreros de pluma de avestruz, zuecos de madera, máscaras de cera y pequeños
anteojos. Además llevan un apertintaille (un cinturón del que cuelgan de siete
a nueve campanillas), así como una campana más pequeña en la camisa.
La fiesta del Carnaval de Binche se divide en dos
partes. La primera se celebra 49 días antes del carnaval propiamente dicho,
conocida también como “soumonces”, aunque se la considera también como parte
del evento. Cada domingo de estas siete semanas hasta el día del carnaval, se
hace una ceremonia, que incluye bailes, actos teatrales y algunas preparaciones
previas a la gran fiesta. En el quinto y sexto domingo previos, las compañías
de Gilles y sociedades del carnaval, se reúnen en las tardes, aunque sin usar
su traje y recorren las calles de Binche al son de los tambores. El
acontecimiento principal tiene lugar en el centro de la ciudad y consiste en
personas vestidas de determinadas formas, como los Gilles, bailando al son de
la música. También aparecen arlequines, pierrots, los niños de la ciudad y
campesinos, que siguen los desfiles y las bandas de música locales, equipadas
con instrumentos de cobre y clarinetes. Los bailarines, exaltados por las
melodías tradicionales, tocadas por violas y tambores, ejecutan una serie de
complicados pasos. El momento culminante de los festejos del día, es el baile
de los Gilles en la plaza mayor, iluminados por fuegos artificiales. Todo
comienza a las cuatro de la mañana con la reunión de los participantes. Bajo el
sonido de una flauta de caña tocando una melodía tradicional, los Gilles van de
casa en casa recogiendo a los miembros de sus grupos. Ellos son recibidos en
cada casa con una copa de champagne. A continuación, casi un millar de Gilles,
llegan a la estación, donde se desayunan ostras y champagne. Desde allí parte
el desfile, donde se dan o a veces se tiran, naranjas a la multitud. Cuando cae
la tarde, todo el mundo se reúne para bailar alrededor de una gran hoguera. La
fiesta continúa toda la noche, pero los tambores callan cuando el sol sale el
Miércoles de Cenizas, que marca el comienzo de la Cuaresma.
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