El Makossa es un tipo de música muy popular en las zonas urbanas de Camerún. Es similar al Soukous congoleño, pero con más preponderancia de los instrumentos de viento y los bajos. El nombre deriva de una danza del pueblo douala, el Kossa, y ésta a su vez es llamada así por un juego tradicional en que los niños aplauden con sus manos. El Makossa tiene influencias significativas del Jazz, el Ambass Bay, la música latina, el Highlife y la Rumba. En los años 50, antes que en Camerún surgiera un sonido propio, en la ciudad portuaria de Douala, los músicos tocaban Highlife, Rumba Congoleña y otros estilos nigerianos y cubanos. Pero en las calles los grupos tocaban una música tradicional llamada Ambass Bay, ofreciendo la percusión y la guitarra un sonido particular popularizado más adelante por músicos como Salle John. Cantantes como Lobe Rameau, realizaron y cantaron canciones tópicas. A comienzos de los 60, Eboa Lattin, basó sus grabaciones en guitarras y armónicas, siendo el primero en reunir todos los elementos característicos del Makossa. Se convirtió así en el principal referente del nuevo sonido nacional camerunés. El guitarrista Misse Ngoh del grupo The Calvins, desarrolló un estilo particular de tocar, con lo que terminó de darle una marca registrada al Makossa. Las primeras grabaciones rudimentarias hechas en Douala prevalecieron hasta que el pionero Ekambi Brillant fue a París y registró su música en estudios modernos. Por los años 80 el guitarrista Toto Guillaume y el bajista Aladji Touré, instalaron su base en la capital francesa, produciendo y haciendo los arreglos de un grupo de músicos allí radicados. Entre ellos estaban cantantes como Dina Bell, Ben Decca, Manulo, Douleur y Pierre Debussy, que cantaban en francés alternando estribillos en la lengua douala y bamiléké. Musicalmente se destacaban las secciones de instrumentos de viento y los estribillos a cargo de voces femeninas, con Sissy Dipoko, Marilou y Francis Titty entre las más destacadas.
El Makossa se compone de cuatro elementos fundamentales: el Kossa; el Kumbé; el Kwamba y el Ndombi. El Kossa representa al deseo irresistible que se tiene de bailar. Esta sensación es tan intensa que uno se abandona al Kumbé, que es la parte que permite improvisar pasos de danza y que provoca un estado de euforia. El Kwamba, por su parte, es todo lo que se mueve en torno al Kumbé, es un sentimiento de plenitud y libertad que la guitarra rítmica debe interpretar constantemente. Esto es fundamental y característico del Makossa. Vale destacar que la frontera entre el Makossa y el Ndombolo congoleño es muy estrecha debido al origen histórico de los Doualas, que provenían del Congo. Ambos estilos utilizan la fuerza del Kumbé como su principal característica. En los 70 Manu Dibango presentó el Soul Makossa, con el que logró traspasar las fronteras de Camerún y que le dio gran reconocimiento internacional. En los 80 apareció el Makassi, un subgénero más ligero del Makossa, lo que lo volvió potencialmente más comercial. En 1984 el DJ Thomas, del sello discográfico SAM, presentó el compilado Conexión Típica Africana, cuyo sonido se basó en el ritmo rápido del Makassi. Este trabajo permitió que el Makossa se extendiera a otros países africanos y a Occidente. Lapiro Mbanga fusionó el Makossa con el Soukous congoleño, consiguiendo así una mejor comercialización y una mayor audiencia. Mientras tanto en la escena de París surgieron nuevos músicos como Charlotte Mbango, Prince Eyango y Grace Decca. A finales de los 80 los productores Toto Guillaume y Aladji Touré comenzaron a mezclar el Makossa con el Zouk de las Antillas francesas. El sonido resultante, a veces llamado Makozouk, tiene como máximos exponentes a Guy Lobé y Petit Pays. Más recientemente músicos de sesión cameruneses, basados sobre todo en París, han desempeñado papeles preponderantes en el proyecto Tchokola, del violinista de Jazz Jean-Luc Ponty, y en la banda de Paul Simon. El más destacado de estos músicos es el guitarrista Vincent Nguini. El Makossa tiene mucha facilidad para adaptarse a los ritmos del mundo, prueba irrefutable que se trata de una música que puede fusionarse con las de otras latitudes.
El Makossa se compone de cuatro elementos fundamentales: el Kossa; el Kumbé; el Kwamba y el Ndombi. El Kossa representa al deseo irresistible que se tiene de bailar. Esta sensación es tan intensa que uno se abandona al Kumbé, que es la parte que permite improvisar pasos de danza y que provoca un estado de euforia. El Kwamba, por su parte, es todo lo que se mueve en torno al Kumbé, es un sentimiento de plenitud y libertad que la guitarra rítmica debe interpretar constantemente. Esto es fundamental y característico del Makossa. Vale destacar que la frontera entre el Makossa y el Ndombolo congoleño es muy estrecha debido al origen histórico de los Doualas, que provenían del Congo. Ambos estilos utilizan la fuerza del Kumbé como su principal característica. En los 70 Manu Dibango presentó el Soul Makossa, con el que logró traspasar las fronteras de Camerún y que le dio gran reconocimiento internacional. En los 80 apareció el Makassi, un subgénero más ligero del Makossa, lo que lo volvió potencialmente más comercial. En 1984 el DJ Thomas, del sello discográfico SAM, presentó el compilado Conexión Típica Africana, cuyo sonido se basó en el ritmo rápido del Makassi. Este trabajo permitió que el Makossa se extendiera a otros países africanos y a Occidente. Lapiro Mbanga fusionó el Makossa con el Soukous congoleño, consiguiendo así una mejor comercialización y una mayor audiencia. Mientras tanto en la escena de París surgieron nuevos músicos como Charlotte Mbango, Prince Eyango y Grace Decca. A finales de los 80 los productores Toto Guillaume y Aladji Touré comenzaron a mezclar el Makossa con el Zouk de las Antillas francesas. El sonido resultante, a veces llamado Makozouk, tiene como máximos exponentes a Guy Lobé y Petit Pays. Más recientemente músicos de sesión cameruneses, basados sobre todo en París, han desempeñado papeles preponderantes en el proyecto Tchokola, del violinista de Jazz Jean-Luc Ponty, y en la banda de Paul Simon. El más destacado de estos músicos es el guitarrista Vincent Nguini. El Makossa tiene mucha facilidad para adaptarse a los ritmos del mundo, prueba irrefutable que se trata de una música que puede fusionarse con las de otras latitudes.
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