Corría el verano de 1988 cuando la abulia parecía definitivamente instalada en el mundo del Rock bizz y los infaltables agoreros estaban a punto de extenderle, con malsano placer, el certificado de defunción. Fue nuevamente Inglaterra la que llegó con las vituallas de refresco para el cansado Rock. Y, aunque efímero, valió la pena. En la norteña ciudad de Manchester, por entonces apretada por la tibieza estival, el hollín que caía y lo cubría todo y el desempleo generalizado, empezaron a suceder cosas. Los jóvenes recuperaron para sí la estética de los 60, adoptando flequillos y vestimentas coloridas que recordaban los dorados años del swining London, y manifestaban una voluntad inclaudicable por divertirse. Antiguos galpones sirvieron como escenario para consumar lo que en aquel momento se denominó raves: furiosas sesiones de baile en las que el Acid House atronaba hasta el amanecer y el éxtasis corría de mano en mano. Por algún tiempo Manchester cambió su nombre por el de Madchester. Desde ese caldo de cultivo surgieron bandas que sacudieron a la alicaída escena musical británica. The Stone Roses, Inspiral Carpets y Happy Mondays fueron las más emblemáticas. Con acento bien setentista, de fuerte raigambre Beat en las melodías y las vocalizaciones, más el agregado de la experimentación sonora más propia de los setenta, estos grupos alcanzaron una glamorosa síntesis y obtuvieron un éxito casi de inmediato. Los llamados sellos indie fueron los primeros en poner sus ojos sobre la criatura. Así Beggars Banquet, Creation, Go Discs, Silverstone o Factory Records luchaban a brazo partido para reclutar a los chicos de flequillo. Empezaba a encapotarse el horizonte con oscuras amenazas. El sonido psicodélico acuñado en Manchester hizo eco en otros puntos del Reino Unido. Así surgieron fenómenos como The Charlatans, quienes aportaron un sonido en el que se destacaba el órgano Hammon. En Brighton The Levellers mezclaron instrumentos eléctricos y acústicos. La lejana Glasgow engendró los más densos Teenage Fan Club mientras que Liverpool contó con The Stairs. La historia de Stone Roses puede citarse como el paradigma del movimiento. Dueños de un sonido cautivante, en el 89 editaron su primer álbum, una joya de melodías frescas y sofisticadas armonías vocales. Todos se fijaron en ellos, sobre todo los ejecutivos de Geffen Records, y fue allí donde empezaron los problemas. Silvestone, su primer editor, se opuso legalmente al traspaso y comenzó a publicar material sobre el grupo que no tenía ningún tipo de control. La batalla legal duró tres años por lo que los Stones Roses quedaron prácticamente disueltos. Su discografía está plagada de grabaciones piratas y ediciones no autorizadas. Demasiado expuestos al éxito repentino, su nave naufragó con la misma rapidez con la que fue botada.
Algo que se hizo costumbre entre las demás bandas de Manchester. Pocos debuts discográficos deben tener la sonoridad y la pomposidad de Happy Mondays. Squirrel and G-Man Twenty Four Hour Party People Plastic Face Carnt Smile (White Out), de 1986, además de mostrar las muchas virtudes y matices de la banda, contó con la producción de John Cale y alcanzó puestos importantes en los rankings con el corte Step On. El número uno llegó con Pills 'n' Thrills and Bellyaches, de 1990, que se apoyó en melodías contagiosas, con un sonido de teclados bien setentista. La carrera de los Happy Mondays encontró su punto más oscuro en la adicción a la heroína de su líder, Shaun Ryder, lo que dificultaba las grabaciones y precipitó la separación del grupo en el 92. Los Inspiral Carpets compartieron el liderazgo del movimiento manchesteriano, repitiendo los inconvenientes del éxito repentino y con un marcado desmejoramiento a lo largo de sus producciones. El grupo hizo del sonido de los Doors, su bandera y su marca personal, y apenas debutar con el single Planecrash, recibieron el espaldarazo de ser convocados por la BBC para grabar. Luego crearon su propio sello, Cow Records, y tras lanzar varios simples de amplia aceptación, cerraron trato con Mute Records. Tras varias placas experimentales, en el 92 editaron Revenge of the Goldfish, que fue sepultado por las críticas y dio por tierra con todas las expectativas, por lo que el grupo se disolvió. Todos perecieron en el intento. Lamentable, porque el útero de Manchester parecía dispuesto a engendrar nuevas y saludables criaturas.
De vuestra oferta, me quedo con el "Loaded", de Primal Scream y el "She's a rainbow", de World of Twist. Me parecen muy interesantes...
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