Las alternativas
Las compañías independientes ya no tienen el empaque de santidad de cruzada contra el corrupto stablishment discográfico. Reducidas a la marginalidad o convertidas involuntarias en bancos de prueba de las multinacionales, han asimilado lecciones de economía empresarial o se han contagiado del ansia de triunfo. Sin embargo no es posible minimizar su aportación. En el Reino Unido las independientes, conocidas popularmente como Indies, surgieron luminarias como The Police, Depeche Mode, U2, Simple Minds, Elvis Costello, Human League, UB 40 y cientos más. Gracias a su existencia prosperaron la New Wave, el Ska, el Tecno, los sonidos industriales, el Punk, el Rock Gótico, el Electro Funk, el nuevo Heavy Metal y todo tipo de aleaciones o resurrecciones nostálgicas. Las Indies surgieron como movimiento compacto en los días del Punk. Recogieron la experiencia de sellos míticos como Sun o Atlantic, que proporcionaron en los 50 la irrupción del Rock and Roll. Al tener mayor audacia y oídos mas finos que las grandes compañías, ajenos a los rumores de la calle. Los padres del invento podían ser locales de actuaciones, tiendas de discos, revistas aventureras, estudios de grabación, aficionados devotos, renegados de las compañías fuertes o músicos laboriosos. En la segunda mitad de los 70 los unió el deseo de ver surgir a nuevos grupos rebeldes. Son realistas en lo financiero ya que realizan el mínimo de gastos de funcionamiento y presupuestos de grabación ajustados, están en contacto directo con su mercado potencial y desean dar un corte de manga a sus hermanas mayores. Gracias a las indies, oleadas de grupos flamantes salieron al mercado con ofertas inéditas. Había margen para locuras dentro de la concepción del Pop como negocio lúdico: se lanzaron vinilos envueltos en disparatadas fundas; se jugaba con el afán de los coleccionistas por tenerlo todo; el sello londinense Cherry Red llegó a comercializar un LP recopilatorio de su catálogo a un precio de menos de una libra. El espejismo de la independencia se evaporó lentamente por la desorganización e improvisación de muchas indies.
The Smiths |
Todo comenzó con Colosal Youth, el primer y único disco del trío galés Young Marble Giants, quienes redujeron los esquemas musicales a una escueta expresión: lo exiguo como garantía depurada, nuevo descubrimiento del Pop británico de los 80. Los grupos posteriores encauzaron mucho mejor ese camino con pasión, pero también distanciamiento, con artistas y sonidos rescatados con nostalgia y bastante buen gusto. Luego aparecieron Week End y Working Week, que manejaban más Jazz que sus antecesores. Todo lo contrario a la saga de Everything But The Girl. En cambio, el acercamiento del trío Carmel al Jazz es de los menos complacientes y brillantes. Uno de los mayores descubrimientos de los sellos indies es The Smiths. Originarios de Manchester y liderados por Steve Morrisey, admiraban la estética y la música de los 60, y se convirtieron rápidamente en los favoritos de un sector de la crítica independiente. Depeche Mode fue otro grupo independiente con ventas masivas, que no se pasó a sellos internacionales. El caso más representativo de grupos independientes lo marcaron cuatro muchachos dublineses, fervientes católicos de clase media-baja, que ofrecían una música apasionada, contundente y melódica. Se trata de U2, que saltaron a la palestra con Boy, su primer disco de 1980. De Escocia llegaron grupos como Aztec Camera, producidos por Mark Knopfler; Orange Juice, quijotes del Pop de Glasgow; Scars; Associated y varios más de menor trascendencia. Aunque uno de los grupos que sobrevivió a esa época es Simple Minds, más ligados al Rock. En Liverpool, el movimiento independiente estuvo liderado por el grupo Dead School. La posta fue tomada por un grupo ya mítico: Big In Japan, que eran músicos aficionados, innovadores y divertidos. Como respuesta a su atrevimiento surgió en 1977 The Nova Mob. Hubo otros grupos transitorios como The Mystery Girls, Industrial Domestic o A Shadow Madness, hasta que en 1978 apareció Echo & The Bunnymen y luego Frankie Goes To Hollywood y Orchestral Manoeuvres In The Dark. Alrededor de estos grupos surgieron cultos o simple interés por la novedad, pero conformaron una filosofía de exigencia ante el proceso creativo del Pop.
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