Demasiadas Noches 31 (FM Inolvidable)

 









Una noche llena de sorpresas. Así podría resumirse la actuación que ofreció Jay-Z en Londres. Por primera vez se celebraba un concierto de hip-hop en el majestuoso Royal Albert Hall y Jay-Z tuvo la suerte de ser su protagonista. Pero además de deleitar a sus fans con algunos de sus éxitos más conocidos, les regaló una noche única llena de invitados sorpresa sobre el escenario.
El rapero cantó con su compañero de profesión Nas y con su novia, una espectacular Beyoncé Knowles, que se encuentra en plena promoción de su nuevo disco B-Day en el que por cierto Jay-Z también ha participado. La primera sorpresa de la noche Si bien la presencia de Beyoncé era esperada por el público, sí resultó una sorpresa ver sobre el escenario a Chris Martin. El líder de Coldplay acompañó a Jay-Z en una canción inédita del que será su próximo trabajo -aún no a la venta- y le puso las voces en Heart Of The City para sorpresa de los presentes, que si bien no son el público objetivo del tipo de música que hace la banda de Chris Martin, le ofrecieron una calurosa bienvenida y una ovación tras escucharle a dúo con el rapero. La velada sin embargo reservaba aún uno de los momentos más especiales: la presencia de Gwyneth Paltrow sobre el escenario. En un momento del concierto el rapero dijo "me gustaría que todos le desearais un feliz cumpleaños a mi buena amiga Gwyneth Paltrow (cumple hoy jueves 34 años)". La estrella apareció entonces sobre el escenario para interpretar junto a Jay-Z el estribillo de "Song Cry" de su álbum Blueprint. La ganadora de un Oscar demostró sus dotes para la canción y rivalizó con su marido, Chris Martin, por conseguir el aplauso del público.



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¿Después de cinco años hay nuevo disco de Aterciopelados?

- HÉCTOR BUITRAGO: Sí, desde que hicimos Gozopoderoso en 2000 no grabábamos como Aterciopelados. Aunque hemos hecho canciones aisladas, siempre hemos estado juntos. Yo trabajé en el disco de Andrea y ella, en el mío. Lo de solistas fue un espacio que se generó por el nacimiento de Milagros, la hija de Andrea.

- ¿Y cómo ha sido la experiencia de sonar nuevamente como Aterciopelados?

H.B.: Juntamos el material que cada uno tenía e hicimos lo que siempre hacemos: filtramos lo que había, quedamos con un 50 por ciento y lo grabamos. De ahí resultó el nuevo disco Oye.

- ¿Es verdad que es un disco con mucho ingrediente político?

H.B.: Sí, y aunque es muy variado, tiene varias canciones de crítica social. Temas como Don dinero, Oye mujer o Canción protesta, que es una composición relacionada con la desfiguración de la palabra terrorismo.

- ¿Cuándo saldrá ‘Oye’?

H.B.: A finales de octubre. El 13 vamos a hacer un prelanzamiento en Bogotá y luego nos vamos para una gira promocional por España y Estados Unidos. Ya hay un video que está listo.

- ¿En este disco exploran ritmos nacionales?

H.B.: Sí, tratamos de fusionar la música colombiana con bullerengue, con algo de cumbia y otros ritmos folclóricos más globales.

- ¿Eso ha sido una característica de Aterciopelados?

H.B.: Lo hemos hecho de manera intuitiva. Me parecen muy interesantes las investigaciones que están haciendo con folclor grupos como Aldrual, Curupira, Mojarra Eléctrica y Cielo Mama.

 





Más allá de la siempre cándida performance hitera de Gustavo Cerati (con “Juegos de Seducción” al comienzo del show y “Prófugos” al comienzo de los bises) es probable que el momento más emblemático de la noche haya sido ese que los encontró al propio Cerati, a Richard Coleman –que venía de tocar con L7D– y a Fernando Samalea interpretando “Ecos” (“Todo es tan igual / tan predecible / tan frío”), veintiún años después de que se editara en Nada Personal, sobre un escenario sólidamente construido y lleno de luces, como lo fueron así las dispares carreras de los tres. (“Viejos lobos”, les dijo el propio ex Soda en el escenario). Ahí estaban los tres, entonces, ante un público remixado de 22 mil almas, en la tercera fecha del Pepsi Music, ambicioso y maratónico festival de rock nacional, con el peso de la historia haciendo de trampolín hacia sus presentes renovados. Alejados con nostalgia de la fricción de los ’80, aunque definitivamente más cerca de esos años oscuros que de la ascética experimentación post Soda. A Cerati se lo vio con ánimo de reconciliarse con su pasado para sacar lo mejor de su presente. Apostó a un show donde los hits bordearon la superficie de lo oscuro, pero su decisión pareció encaminarse ya bien marcada: acercarse a la guitarra (desafinada por momentos), aun a cuenta de jugar con la ironía del contexto musical en el que ahora se desenvuelve. “Estuvimos de gira, recorriendo el mundo. Exportando rock chabón”, dijo empezando los bises, y se mandó con una versión ¿rolinga? de “Prófugos”, para seguir jugueteando con el sarcasmo que lo acompaña.
El contexto fue cambiando para Cerati en estos últimos años. Su vuelta a las guitarras después de años de regodearse con la experimentación lo encontró en una época de puro exitismo rolinga, con el cual nunca –ni siquiera antes de que existiera– la Gran Voz se llevó bien. La seguidilla de cinco temas de su flamante Ahí vamos casi al comienzo (“La excepción”, “Uno entre mil”, “Adiós”, “Bomba de tiempo”, “Caravana”) fue algo así como la versión permanente para Cerati de que “siempre es hoy”, y habrá que ver si el público acompaña. Tanto eso como “Lago en el cielo” y “Crimen” casi sobre el final del show, como el cierre definitivo con “Jugo de luna” fueron sin duda una apuesta a su actualidad guitarrera, como para enterrar aquel recordado chiste de la revista Barcelona que decía: “Gustavo Cerati se queda dormido en su propio concierto”. Pero parece inevitable encontrar a los nostálgicos a la espera de algo como Vuelta por el Universo (del disco con Melero) como para saciar el cada vez más insípido “¡Olé, olé... Soda, Soda!” que acompaña a la Gran Voz. Esa mezcla de públicos existió también en el Pepsi del sábado, entre niñitos que esperaban corear de memoria “¡es la guitarra de Lolo!”, de adolescencia oscura que puede inspirar el detenido en el tiempo Richard Coleman, junto a la nostalgia de una época que ya no vendrá, con un vip lleno de desconocidos, o con la presencia tardía de la Fabi Cantilo, que venía de tocar en el escenario The Roxy con su amigo Cuino (más conocido por ser el amigo de Andrés Calamaro, y componerle gloriosas letras que por su propia carrera solista). El sábado fue también el día de más cantidad de celulares con máquinas fotográficas por espectador que se haya podido medir, el día donde tal vez las marcas mejor sintieron que la inversión había valido la pena, donde los gerentes de marketing pensaron: “Otro mundo es posible”, un mundo donde sólo haya que invertir entre aquellos que ya se sabe que van a consumir. Así y todo, no deja de ser curioso cómo suceden las cosas: en la seguidilla de espectáculos en el escenario central (No Lo Soporto, Los 7 Delfines, Turf, Miranda! y Cerati), la luz corrompió la piel de los vampiros de Coleman, que cerró con su fantástico “Dale salida” (“si algo te importa, más que tu vida”), estética que nada bien se lleva con la luz-día post primavera. Algo mejor le fue al trío mimado de No Lo Soporto, que arrancó a la noche en el escenario The Roxy, repitió su set a eso de las 16 en el escenario central, e hizo triplete ante la ausencia de Virus poco antes del comienzo de Miranda!. Habría que prestarles atención a las tres niñas con cara de miedo, pero con un sonido crudo, despojado y letras que rozan lo naïf pero esconden cierta poesía. Por otro lado, poco hicieron los Turf impostando a unos Ramones semipoperos, en un horario y un escenario que tampoco les cayó bien, pero sus dos hits alcanzaron para darle paso a Miranda!, claramente encaminados a convertirse en los Pimpinela de los tiempos que caminan. De que Ale Sergi y los suyos entraron al mundo del ¿rock? por un costado bastante particular ya casi no quedan dudas. Porque ¿quién hubiese imaginado, transcurridos los años ’80, que un grupo de espectadores que venía de regodearse con Coleman hubiese cantado también (¿eran los mismos?) “Una lágrima sobre el teléfono” y “Esa extraña dama”, de su flamante disco de canciones de telenovelas? Pero así fueron las cosas: la oscuridad de L7D a plena luz, el glam iluminado de Miranda! en la pura oscuridad; y todo frente a los ojos de aquella Gran Voz que abrió el camino y sigue llevando la delantera.

 












Respaldada recientemente por la Palma de oro del Festival de Cannes, "The wind that shakes the barley", de Ken Loach, se ha convertido ya en una de las películas más atractivas de la temporada. Mientras llega a nuestras carteleras, vamos a conocer algo más sobre ella. Fue filmada el año pasado en el Condado de Cork (en la provincia de Munster, al sur de Irlanda) y narra la vida de dos hermanos, Voluntarios del Ejército Republicano Irlandés (IRA), durante la guerra de la independencia (1919-21) y la posterior guerra civil (192223). Irlanda, 1920. Unos campesinos se unen para formar un ejército de guerrilleros voluntarios (el IRA) y enfrentarse a los despiadados Black and Tans [Negro y Caqui, por el color de sus uniformes], tropas británicas que habían sido enviadas para sofocar las aspiraciones independentistas de Irlanda. Llevado por un profundo sentido del deber y por el amor hacia su país, Damien (el personaje interpretado por Cillian Murphy) abandona su prometedora carrera de médico y se reúne con su hermano Teddy (interpretado por Pádraic Delaney), que ya era miembro activo del IRA, en una peligrosa y violenta lucha por la libertad. Cuando, tras dos años de guerra, la lucha de los insurgentes lleva a los británicos a un punto crítico, las dos partes firman un Tratado de Paz para poner fin al derramamiento de sangre. Sin embargo, los dos hermanos se van a encontrar ahora uno frente a otro en bandos irreconciliables durante un debate crucial que va a dividir trágicamente a los nacionalistas irlandeses.
Teddy, que está implicado en la organización del nuevo Estado Libre de Irlanda, apoya el Tratado. Damien sin embargo considera que ese Estado Libre no es el objetivo por la que ha luchado: "Sólo cambia el color de la bandera". Este es el estallido de la guerra civil irlandesa, cuando se van a enfrentar los antiguos camaradas y de una forma enormemente violenta. Las familias que habían estado luchando hombro con hombro se van a ver ahora desgarradas, y los hermanos convertidos en enemigos. Las atrocidades se suceden por ambos bandos: de un lado, el ejército del Estado Libre (comandado por Michael Collins) en defensa del Tratado y, enfrente, aquellos miembros del IRA que Io rechazan (se les va a conocer como "los Irregulares", a las órdenes de Éamon De Valera). Aunque ya lo he descubierto en Internet, no quiero desvelaros el final, pero ya os imaginaréis que, siendo de Loach, no va a ser un cuento de hadas precisamente. El guionista Paul Laverty ha explicado que muchos de los sucesos que narra la película están basados en hechos reales. Algunos de los caracteres de los personajes son probablemente compuestos. El personaje de Teddy tiene semejanzas con Tom Barry (aunque éste en realidad luchó en el bando de los Irregulares del IRA), así como la emboscada de la película se basa claramente en la legendaria Emboscada de Kilmichael que Tom Barry, a sus 23 años, dirigió contra los británicos en 1920.
La crítica ha calificado la película como "trepidante, narrativamente intensa y en ocasiones muy dura, sobre todo cuando militares ingleses reprimen a los campesinos con una crueldad que puede hacerse insostenible para el espectador, no tanto por la crudeza de las imágenes como por lo que éstas sugieren. Ken Loach rueda con sabiduría y sabe crear situaciones de ahogo sin cargar las tintas. Su trabajo es excelente, como igualmente el de los intérpretes y los responsables de fotografia y ambientación. Aunque la parte discursiva del filme explicando los datos del enfrentamiento político rompe el ritmo de la acción, lo que quizás sea inevitable, Loach remonta el vuelo para llegar con brío a la tragedia final, en la que tanta lucha acaba enfrentando hasta la muerte a dos hermanos". En Gran Bretaña, la película ha recibido una reacción muy hostil por parte de los comentaristas políticos de derechas. Algunos de ellos la atacaron antes de verla. La calificaron como venenosa corrupción antibritánica de la historia de la guerra de la independencia irlandesa" (Tim Luckhurst, 'The Times') o retrato de los británicos como sádicos y de los irlandeses como románticos luchadores de la resistencia idealista que recurrieron a la violencia sólo porque no había forma de hacerse respetar" (Ruth Dudley Edwards, 'Daily Mail'). Resulta evidente que no la han visto, porque ignoran completamente la parte de la película que aborda la nueva situación tras el Tratado.

Título original: The Wind that Shakes the Barley / Año: 2006 / Duración: 127 min. / País: Irlanda / Dirección: Ken Loach / Guion: Paul Laverty / Música: George Fenton / Fotografía: Barry Ackroyd / Intérpretes: Cillian Murphy, Padraic Delaney, Liam Cunningham, William Ruane, Gerard Kearney, Orla Fitzgerald, Mary O'Riordan, Mary Murphy, Laurence Barry, Damien Kearney, Frank Bourke, Myles Horgan, Martin Lucey











Ann Yes es una cantautora francesa que juega con la seducción a través de un falso candor, con textos muy elaborados. Ella ironiza sin cinismo alrededor de la falsa moral de nuestra sociedad. En sus canciones utiliza palabras mordaces y gran elocuencia, siguiendo la línea de autores-compositores como Boris Vian, Ferré, Brassens, o Serge Gainsbourg. Su mayor objetivo es alcanzar lo ideal: "lo ideal o nada", como dice ella. De espíritu libre, anarquista, provocadora, sensual, Ann Yes libera toda su energía en el escenario, guitarra en mano, palabras ardientes y voz acústica, la joven atrapa a su público a fuerza de melodías elaboradas, definitivamente acordes al discurso. Su presencia no pasó desapercibida al público de Limonaire o de Francofolies, para la que fue seleccionada junto con "Amelia-les-crayons", Pauline Croze, Nicoles Jules y Camilla. Con versiones intimistas o versiones rock, siempre sus canciones muestran un sonido ultrasofisticado. Cuando se presenta en vivo, con su infaltable campera negra de encaje, siempre demuestra una rara mezcla entre desgano y energía. Hasta el momento lleva dos discos grabados y autoproducidos. En 2005 grabó "Oxymore Vivant", con arreglos de música clásica y electrónica, salpicado de sonidos sintéticos, acordes de guitarras eléctricas y flautas envolventes. Todo al servicio de poemas cantados o gritados según el humor y el propósito, usando también un poco de rap, folk y baladas. Este disco tuvo gran trascendencia en el programa "Tous Talents Confondus" de Radio Francia Internacional. En 2006 grabó "Brut de ma pomme" que tiene como todo bagaje una guitarra acústica y una flauta. Réplica exacta de sus presentaciones en vivo y confirmación minimalista de canciones puras y duras que se basan en el texto, la melodía y la interpretación.






Te amo sin razón ya que vos me hiciste volar

Una gaviota empetrolada en una marea negra

Espera desarreglada en una playa de Vandeé

Al marinero de Greenpeace que podría salvarla

Ella espera sin violencia, mirando el atardecer

Una gaviota inmóvil sobre la arena encallada

Sola, en medio de las algas inundadas de petróleo

Espera que el día venga para lavar y secar

Sus alas, como las sábanas sumergidas en el pegamento

Aún te amo, yo podría volar

Te amo sin razón, ya que vos me hiciste volar

Una gaviota se posa delante de la sombrilla

De tus vacaciones llenas de sol

Largo tiempo te ha fijado una mirada sin palabras

Antes de ser espatarrada con el revés de un diario

Una gaviota gritó en el corazón de tus sueños

Hace tantos años, tantas mareas pasadas

Posada sobre tu oreja cada noche te despierta

Tu mujer duerme a tu lado en un cuerpo extraño

Una gaviota noctámbula aclamada por la luna

Jura en nombre de Neptuno, blasfema en las dunas

Todo ese magma en los abismos, es su idea fija

Ella maldice tantos años, tantas mareas pasadas

Dando vuelta sobre el origen de nuestras calamidades

No hay más azar que la necesidad

De deshacerse de nuestros stocks intoxicantes cueste lo que cueste

Una gaviota tan blanca que podría decirse de un sueño

Acarició tu mejilla en un soplido, un beso

Fue un poco antes que la marejada se levante

Que te hechizó aún en el tiempo

Aún te amo, yo podría volar

 














Ningún otro tango azarzuelado, de los del período inicial del género, perduró en los repertorios con la misma fuerza de “La Morocha”, de Saborido y Villoldo. Su incomparable trayectoria abarca todas las generaciones de intérpretes femeninas del tango. Concretamente, une dos extremos: Flora Hortensia Rodríguez de Gobbi y Susana Rinaldi. Sobre las circunstancias de su estreno, el propio Enrique Saborido proveyó diferentes versiones, aunque no irreconciliables. Raúl Lafuente se basa en una entrevista publicada en el diario Crítica, el 1 de noviembre de 1925, para afirmar que “La Morocha”, dedicado a los socios del Club de Pelota, de Piedras al 400, fue estrenado en el local Tarana, anteriormente llamado Hansen, donde «por esa época Saborido estaba al frente de un trío con él en el piano, Genaro Vázquez en violín y Benito Masset en flauta». En la misma edición de Cuadernos de Difusión del Tango que incluye el trabajo de Lafuente el coleccionista Eduardo Visconti reproduce, de su archivo personal, un reportaje publicado en Caras y Caretas el 1 de septiembre de 1928, en el que Saborido afirma que “La Morocha” fue estrenado por Lola Candales. Claro que ése pudo ser un informal preestreno, presumiblemente en el Bar Reconquista, previo a la interpretación a cargo del trío que menciona Crítica. La entrevista de Caras y Caretas, que aquí transcribimos, detalla además la historia del nacimiento: «—¿El tango fue inspirado, quizás, por una linda criollita de entonces? Saborido piensa. Parece que en su mente revivieran escenas de aquel tiempo inolvidable. -En ese tiempo existía aún el Bar Reconquista del popular Ronchetti. Yo solía ir allí con frecuencia y también hacía lo propio una linda bailarina uruguaya llamada Lola Candales... -¿Ella fue la musa? -Le diré. Una noche la reunión estaba sumamente animada, figurando en ella los muchachos Victorica, Argerich, el diputado Félix Rivas y otros. Como notaran que yo estaba muy entusiasmado con Lola, que era una morocha exquisita, me tocaron el amor propio asegurando que yo no podía escribir un tango que ella pudiera cantar con éxito. Siguió la jarana y, ya de madrugada, nos retiramos todos. Me acosté y estaba por dormirme cuando me acordé del desafío. -¿Y allí mismo escribió su tango? -Inmediatamente. Eran las cinco, y yo me senté al piano. A las seis y media había compuesto la pieza. Una hora después estaba en casa de mi amigo Ángel Villoldo pidiéndole que escribiera la letra. A las diez de la mañana, letra y música estaban de acuerdo y, al mediodía ambos visitábamos a Lola. -¿Para ejecutarle el nuevo tango? -Así fue. Lo aprendió de memoria, lo ensayó y esa noche, en presencia de toda aquella barra memorable, ella misma lo cantó por primera vez. -¡Todo un triunfo! -Absoluto. Fue repetido ocho veces, entre los aplausos de la concurrencia, y el diputado Rivas envió a Lola 200 pesos como premio por su éxito. -¿Y después? -Se lo llevé a don Luis Rivarola, que era el principal editor de música. El lo hizo imprimir y, un mes después, todo Buenos Aires lo cantaba, como creo jamás fue cantado tango alguno. Fue un triunfo inesperado, y pocas veces me sentí tan feliz como entonces". Señalemos que Héctor y Luis Bates, a partir de una entrevista de 1935 con Saborido, reseñada en su Historia del Tango, sitúan el nacimiento de La Morocha, en la navidad de 1905. En torno a las condiciones de edición del tango, las versiones son contradictorias. De nuevo Lafuente, basándose en Crítica, afirma: “Inmediatamente de componerlo, lo llevó a la editorial Rivarola y cedió sus derechos de autor al editor. Este le retribuyó regalándole un piano y además se hizo cargo de un viaje que hizo nuestro hombre a Montevideo”. Pero los Bates, por su parte, denuncian: “Editado por Rivarola, se vendieron 280.000 ejemplares a $ 0.70 cada uno. Sin embargo, a Saborido “La Morocha” no le produjo ni un solo centavo. ¡Absurdo, inconcebible pero exacto! A la casa Odeón se presentó un individuo atribuyéndose derechos que nadie le había dado, manifestando que, muerto Saborido (?), él era el único autorizado para disponer del tango. Grabado primeramente por la señora de Gobbi, y después de aquella "autorización" por casi todas las orquestas e intérpretes, cobró todos los derechos el supuesto albacea. Al autor le quedó la gloria.» Lo cierto es que, en cualquier caso, Saborido estuvo muy lejos de obtener con "La Morocha" un beneficio proporcional al descomunal nivel de difusión del tango. Villoldo murió en 1919. Saborido, en 1941. En distintos momentos, los dos llegaron a viajar a Europa y obtener, al menos, la satisfacción de ver su tango divulgado internacionalmente. Porque "La Morocha" está considerada la primera partitura de tango de exportación, la primera que cruzó el Atlántico, pocos meses después de su edición original, alrededor de 1906. »La fragata Sarmiento realizaba su segundo viaje a Europa -dicen los Bates-, y se llevó 1000 ejemplares del tango, dejándolos en todos los puertos de su ruta.» Además de la original y consagrada, Villoldo produjo otras letras sobre la música de "La Morocha", que tuvieron grabaciones suyas o de su compadre Alfredo Gobbi (padre). Para empezar, existe una ligera adaptación para intérprete masculino, de la que los dos intérpretes dejaron versiones. Esta letra reemplaza "Yo soy la morocha" por "Tengo una morocha" y, sistemáticamente, la primera persona por la tercera persona, sin otras modificaciones esenciales. Pero, también, Villoldo empleó la música de ese tango para escribir y grabar "La suba de alquileres", jocoso ruego del locatario al dueño del inquilinato, que es una encendida protesta contra los aumentos. Por su parte, Gobbi cantó y llevó al disco "Los mamertos", con la misma música, que es el remoto antecedente de "De puro curda" y de los muchos tangos de esa línea temática. Volviendo a la letra original, en trabajos de Eduardo Romano y de Ricardo Ostuni, hay referencias a una posible fuente de inspiración. Estos autores señalan que a principios de 1905, es decir, antes del nacimiento de este tango, la revista Caras y Caretas publicó un poema titulado La morocha, de Francisco Aníbal Riu, que dice: "Yo soy la gracia argentina/con mi garbo de morocha/la que un poema derrocha/de flores cuando camina...". Las coincidencias son más que sugestivas. Entre las cantantes que grabaron "La Morocha", además de las mencionadas, destaquemos a la olvidada pionera Linda Thelma y a la legendaria Lola Membrives. Ada Falcón lo grabó en dos ocasiones con la orquesta de Francisco Canaro: como vocalista y como solista. También lo registraron, en distintas épocas, Mercedes Simone, Libertad Lamarque, Virginia Luque y Lolita Torres. En versiones instrumentales, lo grabaron las orquestas de Juan D' Arienzo y de Carlos Di Sarli. El propio Saborido intentó, sin demasiada suerte, reeditar el éxito de "La Morocha", con un nuevo tango titulado "La hija de la Morocha". No es el único tango vinculado al que nos ocupa. Alrededor de 1906 fue editada una pieza que lleva los siguientes títulos: "Yo soy la Rubia", Tanguito criollo. Retruque de "La Morocha". Quizás la principal curiosidad es que letra y música fueron escritas por una mujer, con título nobiliario: la baronesa Eloísa D'Herbil de Silva. Ricardo Ostuni reconstruyó, a través de diversas fuentes, la historia de esta singular figura. Era hija del barón francés Joseph D'Herbil y la duquesa de Portugal Raquel Angel de Cadia y nació en Cuba, en 1852, vivió en la Argentina desde la infancia y fue pianista y compositora. Sus versos, inspirados en los de "La Morocha", introducen la variante de la picardía: "Yo soy la rubia gentil/la de los cabellos oro/la que conserva un tesoro/en su lánguido mirar./Yo soy la rubia ideal/la que soñando la vida/a sus placeres convida/con su risa angelical./Tengo la gracia de la porteña/tengo de la francesa todo su chic/de la española tengo el salero/y de la rubia inglesa su dulce flirt./Soy cariñosa, soy hacendosa/y sé hacer unas cosas!/que sí que no./Cantar, bailar, coser, bordar y un mate amargo también cebar...











La batalla por el ocio digital portátil tiene un nuevo contendiente: Microsoft. Si hasta ahora la compañía de Redmond se había contentado con proporcionar soluciones de conectividad con el software Windows Media Player a terceras partes fabricantes de reproductores MP3 por hardware, lo que ha hecho es lanzar su propia solución completa (hard+soft) al estilo iPod+iTunes. La idea principal del Zune es la compartición de contenidos, algo que en principio parece chocar diametralmente con la filosofía y el modelo de negocio de Microsoft y encajar más fácilmente con el software libre. El reproductor multimedia de la compañía de Bill Gates hará uso de la tecnología de conectividad sin hilos, cada vez más extendida a todo tipo de dispositivos electrónicos para materializar la filosofia de conectividad y compartición del Zune. Cuando nos acerquemos al propietario de otro dispositivo Zune dispondremos de la posibilidad de intercambiar archivos con él, de forma que podremos enviar a su dispositivo (o recibir de él) todos los contenidos que queramos. Aquellos archivos que no estén sujetos a sistemas de derechos de copyright digitales (DRM) podrán ser disfrutados indefinidamente, mientras que los que sí lo estén podrán ser reproducidos como máximo hasta tres veces en los siguientes tres días. El hardware del Zune, el dispositivo reproductor de MP3 en sí, dispone de un disco duro de 30 GB., pantalla de 3", tecnología WiFi, sintonizador de radio FM y se encontrará disponible en tres colores en el momento de su salida: negro, marrón y blanco. Como funcionalidades, el Microsoft Zune será capaz de reproducir audio, vídeo e imágenes fijas. El reproductor es actualizable, gracias a una funcionalidad incluida en el software Zune de conectividad con el. Pero Zune no viene solo. Con él desembarca también la nueva tienda online de música de Microsoft, a imagen y semejanza de la iTunes Store de Apple. En el caso de que a alguien le pasen una canción que le guste, va a poder comprarla en Zune Marketplace a través del propio dispositivo MP3. La tienda online incluso dispone de una "tarifa plana" con la que el usuario puede descargar toda la música que desee.


 


El gigante de los procesadores Intel ha alcanzado un importante hito en su tecnología láser. La tecnología puede ser incorporada en los microprocesadores del futuro e implica, en la práctica, que la velocidad de procesamiento estará limitada sólo por la velocidad de la luz. Desde comienzos de la presente década, Intel ha trabajado en el desarrollo de alternativas a los actuales cirquitos eléctricos, que desde el comienzo mismo de los procesadores de silicio han sido usados para transmitir datos entre los minúsculos conductores. En febrero de 2005, la compañía presentó por primera vez la tecnología G la opinión pública. Según el periódico. The New York Times, la compañía ya tiene un prototipo que presentar. Hacia el fin de la Ley de Moore Todo indica ahora que se acerca el relevo del procesador de silicio. Numerosos científicos y centros de desarrollo han experimentado con materiales alternativos, pero no hay duda de que la luz es la forma óptima de transmitir datos con la mayor rapidez. En la práctica, la luz no tiene limitación de ningún tipo, aparte del "límite de velocidad" de la propia luz. Esto significa que también la famosa Ley de Moore, según la cual la capacidad de los procesadores se dobla cada 24 meses, podría quedar obsoleta. La ley fue formulada por el fundador de Intel, Gordon E. Moore en 1965, y ha demostrado ser cierta solo con excepción de los avances de los últimos años en materia de procesamiento. La velocidad de la luz Todo indica que a futuro las limitaciones de cada procesador estarán determinadas principalmente por la cantidad de circuitos de transmisión de datos. Al incorporar tecnología láser, la luz podría transmitir hasta un terabit por segundo, incrementando de manera exponencial el rendimiento y velocidad de cálculo de los procesadores. Según Intel, la nueva tecnología estará disponible en productos comerciales hacia el fin de la presente década.






Si se te olvidan los aniversarios. . . ten cuidado si tu pareja te regala un anillo parecido a este. Tiene grabada la fecha de dicho evento, pero cuidado. Dentro incorpora un circuito que llegado el día antes del aniversario te hará una sorpresita. 24 horas antes del aniversario el anillo se calentará hasta los 500 C durante IO segundos. Así cada hora hasta el día señalado. Unos 500 bien calentitos que harán que te acuerdes hasta del aniversario y de algunos de sus familiares.




Supongo que la mayoría de vosotros tendréis un ratón inalámbrico. En mi caso no trae ninguna base para cargarlo, así que tengo que tirar de pilas recargables. Dichas pilas vienen con el típico cargador que se conecta a la corriente y permite cargar 4 pilas. Lo normal. Pero ahora usbcell ha sacado unas pilas la mar de curiosas. Son unas pilas recargables, pero su peculiaridad reside en que se cargan directamente via USB. Se destapan y se conectan a los puertos USB de cualquier ordenador. Sin conectores de por medio ni adaptadores. Y todo esto por unos 19 euros al cambio tendrás estas maravillas.




Temblamos en Xatakamovil cuando un fabricante dice que tiene el teléfono móvil más pequeño del mundo. Al final todo son guerras por ver quien lleva la razón, y el capítulo más cercano todos lo recordamos: ver quien hacía el móvil más delgado. El teléfono móvil Xun Chi 138 dice su fabricante que es el más diminuto del mundo, y viéndolo tenemos que darle la razón de momento. Luego habría que especificar que dicen teléfono móvil multimedia, con lo que empiezan ya con los retoques. El terminal mide de largo 67 mm y pesa sólo 55 gramos. Ofrece en su diminuto tamaño funciones de reproductor multimedia, pantalla LCD táctil e incluso una cámara de 1.3 megapíxeles.

Características Técnicas Xun Chi 138

* Cámara pequeña, pero con la capacidad de tomar fotografías de 3 megapíxeles.

* El móvil tiene un tamaño de una pila común AA.

* Pantalla táctil con tecnología de reconocimiento de escritura.

* Reproductor de MP3.

* Trae GPRS.

* Pesa apenas 55 gramos y tiene un diseño con tapadera con colores llamativos.

 












Juan Atkins
 La ciudad quebrada de Detroit es una urbe diseñada para cuatro millones de personas y en la que apenas viven menos de un millón. Detroit es el lugar, donde en 1892, Henry Ford construyó su primer prototipo de automóvil, y que fue cuna de la industrialización del motor y modelo de desarrollo estadounidense durante las siguientes siete décadas. Pero también, de segregación racial y de desigualdad. La riqueza generada en las fábricas atrajo a una gran masa de población, principalmente, negros del sur. Como consecuencia de la tensión racial y la reconversión industrial de los años 70, que provocó el abandono de la ciudad por parte de los fabricantes de automóviles, produjo la llamada “huida blanca”, lo que a lo largo llevó a que en 2013 se declarara en bancarrota. En ese contexto desolador nació el Detroit Techno a comienzos de los 80. El Detroit Techno se caracteriza por el uso de sintetizadores analógicos y cajas de ritmo, especialmente la Roland TR-909. Las tres personas más profundamente ligadas al nacimiento del Detroit Techno como género son Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunderson, también conocidos como “The Belleville Three”. Como otros jóvenes de su generación, la mayor influencia musical del trío fue el programa de radio nocturno “The Midnight Funk Association”, conducido por The Electrifying Mojo. 
Derrick May
Este espacio se caracterizaba por una programación ecléctica que generalmente estaba fuera de los sonidos de moda de la época, dando especial protagonismo al P-Funk, combinándolo con sonidos europeos como los de Kraftwerk, Depeche Mode o los New Romantics. Juan Atkins fue el primero de los tres en adquirir un sintetizador y también fue el primero que enseñó a los otros a mezclar discos. Bajo el nombre de Deep Space Soundworks, Atkins y May comenzaron a trabajar como DJ’s en el circuito de fiestas de Detroit. Luego el trío viajó a Chicago para investigar la incipiente escena House






Kevin Saunderson
En 1981 Juan Atkins formó el grupo Cybotron, junto al veterano de Vietnam Richard Davies. Su primer single "Alleys of Your Mind", fue grabado en su sello Deep Space, vendiendo unas 15000 copias, siendo considerado como el primer tema Techno de la historia. Lo que el cerebro de Cybotron había creado, llegó especialmente a la mente de sus dos compañeros Saunderson y May, quienes ayudaron a Atkinson a sentar las bases de todo un nuevo género musical. Sounderson creó en 1987 el grupo Inner City, junto a la vocalista Shanna Jackson, llegando a los primeros puestos de las listas británicas y vendieron más de seis millones de discos. La primera ola de Techno alcanzó su cénit entre 1988-1989. Una vez que el Detroit Techno se convirtió en un género musical con elementos distintivos claramente identificables, surgió toda una segunda generación de músicos en la ciudad del motor, quienes comenzaron a desarrollar un sonido propio a partir del original. Entre ellos se cuentan el colectivo de Techno militante Underground Resistance, con sus creadores Jeff Mills, Mike Banks y Robert Hood a la cabeza, o el dúo de los hermanos Burden, Octave One, a los que se unieron productores como Suburban Knigth
The Belleville Three
La mezcla de las escenas Techno y House contribuyó al despegue de la música electrónica y a lo que llegaría luego: el “verano del amor” de 1988-89, Ibiza y la aparición de las Raves. Pero aquel sonido no cruzó el charco hasta que un DJ inglés, intrigado por el sonido que había escuchado en un naxi, decidió llamar a Derrick May y, producto de aquella conversación, el Techno se dio a conocer en Europa, con el lanzamiento de “Techno! The New Dance Sound of Detroit”. Dos semanas después, ”Big Fun”, de Inner City, conquistó las listas de éxitos del país británico. La historia del Techno en el viejo continente echó a andar, y los jóvenes de Detroit llegaron a las salas británicas y alemanas, pasando de clubes con 200 personas en Detroit, a clubes con más de 5000 en Europa.













En Inglaterra, un oficial de tránsito ayudó a una mujer a arrancar su auto, sentando al perro de ésta en el asiento del conductor. Todo comenzó cuando Juliette Piesley cambió las pilas de la llave electrónica de su auto, pero luego no pudo enceder el vehículo. Cuando el agente Kevin Gorman llegó al lugar, se enteró de que faltaba el chip de inmovilización, el cual había sido ingerido por "George", la mascota de la señora. Por lo tanto, sentó al can en el asiento del conductor y arrancó el auto con la llave. El oficial declaró que la mujer "deberá llevar a George en el auto hasta que las cosas tomen su curso natural" y, herido en su orgullo, declaró: "es la primera vez que tuve un usar un perro para arrancar un auto".











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