Sin dudas, una de las partes más bellas de la orden masónica es su
versatilidad. La masonería, a lo largo de la historia, ha sido representada de
múltiples formas, desde trabajos escritos, discursos, pinturas o piezas
musicales. La Música Masónica puede definirse como ”la música usada en
conexión con el ritual y las funciones sociales de la masonería”.
Los tipos
principales de música utilizada en logas masónicas son dos: las canciones de
logia, con acompañamiento de teclado para ser interpretadas antes o después de
las reuniones o durante las comidas, y la música escrita para acompañar
ceremonias y eventos masónicos específicos. Debido a que el número 3 y la letra
“B” son de particular importancia para la masonería, la música escrita en
tonalidades de do menor o mi bemol mayor, ambas con tres bemoles en la armadura
(cuyo símbolo '♭' se asemeja a la letra minúscula “b”) han sido
consideradas especialmente adecuadas para la música ceremonial masónica. La
música especialmente compuesta para los ritos masónicos comenzó a publicarse en
el siglo XVIII, incluida la música escrita por Georg Benda, Ignaz
Pleyel, François-André Danican Philidor, Johann Gottlieb Naumann y
Christian
Gottlob Neefe. Quienes escribieron himnos y otras obras para los
trabajos en las logias masónicas han sido, entre otros: William Boyce, en el
siglo XVIII; Albert Lortzing, en el siglo XIX, y Jean Sibelius, en el
siglo XX. La música escrita por Wolfgang Amadeus Mozart para la
masonería es una de las más conocidas del género. Incluye la ”Maurerische
Trauermusik” (Música fúnebre masónica) y una serie de canciones y cantatas.
La música en la masonería es una de las artes liberales que todo masón debe
conocer. La francmasonería recibe en sus filas a todo tipo de personas, por lo
que no es raro pensar que icónicos personajes han encontrado en la orden
masónica un lugar, como pudieron ser Washington, Fransklin, Roosvelt, Newton,
Galileo, Mozart, Bach y un montón más.
Esto ha contribuido en buena manera a
que la cultura masónica se disperse por los más diversos grupos y en todos los
sectores que uno pueda imaginarse. La música, dentro de la masonería, también
tiene un valor muy importante, ya que es utilizada como ambientación. Vivir una
de las ceremonias masónicas es una de las experiencias más impresionantes de
toda la vida, desde la iniciación masónica hasta la culminación de la carrera
de cada hermano. Las iniciaciones son una serie de pasos de carácter
procedimental, ritualístico, exo y esotérico, en las que se procede a realizar una
serie de pasos para llevar al candidato del estado en el que se encuentra hasta
el punto en el que efectivamente ingresa a las filas de la masonería o que pasa
de un grado a otro. Pero, no es lo mismo vivir una ceremonia masónica sin más a
vivirla con música. Pero, no es lo
mismo vivir una ceremonia masónica sin más a vivirla con música. El efecto
causado por las notas de una melodía inspirada y diseñada a partir de los
elementos que se está a punto de vivir es inigualable. Básicamente se obtiene
el mismo efecto que cuando se ve una película. Se lleva al espectador de un
estado de relajación hasta uno de éxtasis tratando de que todos sus sentidos
sean excitados. Los artistas que han colaborado en el desarrollo de música para
ser utilizada en ceremonias masónicas o que simplemente han tenido como
inspiración las mismas, incluye a personajes muy variados, con estilos
musicales diferentes, pero con la misma inspiración: la masonería.
Dentro de
los músicos que han hecho vibrar a las masas con sus piezas musicales se
encuentran a Bach, Paganini, Meyerbeer, Franz
Joseph Haydn, Jean Sibelius, Beethoven, Vivaldi,
Romberg,
Count
Basie, Berlioz, Mendelssohn, Pleyel y finalmente: Mozart,
uno de los principales exponentes y quizás de los que más se ha escrito sobre
la relación entre sus obras y la orden masónica. Wolfang Amadeus Mozart,
quien fue iniciado como aprendiz masón el 14 de diciembre de 1784 en la logia
“La Esperanza Coronada”, interpretándose con este motivo su cantata “A ti,
alma del universo, oh sol”, en la que el aria del tenor es un himno al
sol y a la luna, cantata doblemente adaptada a la celebración de la gran fiesta
de San Juan del verano (más conocida como del solsticio del verano) y punto
culminante del año masónico, y que encaja igualmente bien en la ceremonia de
iniciación del primer grado masónico, cuando el aprendiz, después de haber pasado
las pruebas simbólicas, recibe la luz. Agradecido y apasionado por su logia, Mozart
compuso para ella los más notables cantos, en los que no se limitó a expresar
de una manera sencilla y bella el sentido de las palabras, sino que dio a las
notas todo el calor de su fantasía, todas las nobles y levantadas aspiraciones
de un alma conmovida por lo bueno y lo bello y ardiendo de amor por la
humanidad. Las logias a veces utilizaban la música de otros compositores para
sus actos (con o sin permiso) y a menudo le cambiaban la letra. Por ejemplo, en
1810, Ludwig von Beethoven, que no está documentado como masón, escribió
a su amigo, el doctor Franz Wegeler: ”me dijeron que estaban cantando una
canción mía en la logia masónica, mándemela que voy a cambiarla, no se
arrepentirá”. El propio Wegeler publicó dos textos masónicos que sugieren
melodías de Beethoven (la Opferlied,
y la canción ”Der freie Mann”), que quizá se utilizaron en los rituales. La competencia
de las logias por contar con los más virtuosos instrumentistas originó que se
admitiesen en las mismas a músicos que prestaban sus servicios y componían
obras para las diferentes ceremonias masónicas. Estos hermanos, en las grandes
ceremonias, celebraciones y banquetes, estaban obligados a contribuir con su
arte.
Excelente presentación. Gracias
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