Salsa

E1 alumbramiento de este genero tiene unas raíces largas y profundas que alcanzan a Cuba, Puerto Rico, Venezuela y Colombia y cuyo tronco aflora en Nueva York y Miami. Existe cierta reivindicación cubana sobre la denominación. Se basa en que el cubano Ignacio Piñeyro interpretaba en 1933 la canción "Échale salsita", que además de introducir la trompeta por primera vez en el Son, sirvió para que este elemento culinario se colara en la música bailable caribeña. No hay una continuidad entre esa aparición inicial y la utilización de la palabra Salsa como denominación de un determinado género. También se menciona que la primera vez que una persona usó el término Salsa para referirse a este género musical fue un DJ de radio venezolano llamado Phidias Danilo Escalona. Otra versión menciona a Johnny Pacheco, un líder dominicano que realizó un álbum llamado "Salsa Na'Ma". En realidad palabras como salsa, azúcar, sabor, se han utilizado en la música caribeña como una interjección para poner un acento de expresividad. De esa forma de uso surgió el bautismo de una música de hondos orígenes cubanos transformada y reelaborada en los barrios hispanos de Nueva York. La denominación de Salsa como un género musical fue un afortunado hallazgo comercial de la discográfica "Fania Records", al principio de los 70 en Nueva York. Es conveniente resaltar que Salsa es básicamente una denominación genérica para ritmos y estilos muy variados como Mambo, Cha cha cha, Rumba y Son cubanos, y también influencias de otros países como Puerto Rico, Colombia y Venezuela, En los años 40 y 50 durante el apogeo de las Big Bands norteamericanas, los músicos cubanos fueron influenciados por sus vecinos del norte. En algunos sones se parafraseaban melodías de Jazz norteamericanas y en las formaciones tradicionales se introdujo una sección de vientos siguiendo el ejemplo de bandas de Miller, Basie o Kenton.
Las influencias son bidireccionales ya que Dizzie Gillespie o CharJie Parker introdujeron percusiones e incluso percusionistas cubanos en sus bandas. Los norteamericanos en general no son remisos a aceptar los nuevos ritmos cubanos. Primero triunfó el Mambo y luego el Cha cha chá. Benni Moré, Pérez Prado, Tito Rodríguez y el portorriqueño Tito Puente encontraron su lugar en Nueva York que tiene en la calle 52 a la meca de la música latina, el "Palladium Danceball". Por esa época la Habana estaba repleta de turistas norteamericanos que recalaban en los night clubs, controlados por la mafia que planeaba trasladar su paraíso artificial de Las Vegas allí para eludir la presión fiscal y policial que se cernía sobre ellos en EEUU. Luego de la revolución del 59 y el exilio de músicos cubanos a EEUU se produjo una separación entre el desarrollo musical de los dos países. Esta separación causó un debate sobre la terminología que se utilizaba para describir la música de origen cubano en EEUU. La palabra "Salsa" creó mucha controversia desde su creación a principios de los 70. Muchos músicos cubanos insistían que la Salsa no existía, sino que era el Son cubano disfrazado con propósitos comerciales, pero la Salsa creó un impacto mundial que terminó dándole legitimidad. Ni siquiera el bloqueo supuso el fin de la influencia cubana sobre la música de Nueva York ya que fueron muchos los músicos que salieron de Cuba y se instalaron en Nueva York o en Miami y en EEUU crearon algo realmente nuevo y distinto de lo que se tocaba en Cuba. Se puede observar el desarrollo de varias formas musicales que emergieron en EEUU: la Salsa en la costa este, que es la música cubana post-revolución que incluye la música bailable, el Jazz, la Nueva Trova y la Timba; y en la costa oeste el Jazz y la fusión latina, incluyendo al Rock latino La Salsa se toca en tiempo común, lo que significa cuatro golpes en cada compás. La música se toca en frases de dos compases, formando una suma de ocho golpes que se tocan con un tambor alto llamado conga.





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