sábado, 21 de diciembre de 2024

Saeta (España)

 

 

La Saeta es un canto religioso tradicional interpretado fundamentalmente en las procesiones de Semana Santa en España, especialmente en Andalucía y algunas zonas de Extremadura, Castilla La Mancha y Murcia.

Es una comunicación sentida y profunda entre el cantaor y la imagen de Jesús o la Dolorosa. De ahí su origen, de la palabra latina sagitta, saeta o flecha, que expresa muy bien esta plegaria.

Este cante, que en su origen sería un rezo, una petición de auxilio o de alguna gracia a la Virgen o a Jesús, ha llegado a transformarse de tal modo que lo que en principio fue una oración sin melodía se ha convertido en uno de los cantes andaluces más bellos y sensibles.

Durante las procesiones, los saeteros esperan el paso del Cristo o la Virgen para lanzar este canto o plegaria desde un balcón o desde cualquier rincón de la calle cercano al paso procesional. Los costaleros, guiados por el capataz y sus ayudantes detienen o aminoran la marcha del paso al encuentro con el saetero a la vez que se detiene el redoble de los tambores y cajas que acompañan el paso.

Las saetas fueron influenciadas en su origen por los cantos primitivos cristianos, influenciados a su vez, por cantos sinagogales de judíos, cantos litúrgicos visigodos-bizantinos, melodías romanas y cantos de los almuecines. Según Gerhard Steingress explica en su artículo publicado en la Revista Transcultural de música, nº10 (35-48), el aparente “orientalismo” de las saetas es considerado la consecuencia de la perseverancia del canto litúrgico visigodo-bizantino, enriquecido por los estilos de la música andalusí medieval, en consonancia y precisando la tesis bizantina de Pedrell, Falla y Turina.

El origen de la Saeta está muy discutido, como ocurre con el Flamenco mismo. La teoría más extendida cuenta que los cantos litúrgicos de la Iglesia, influidos por los cantos primitivos cristianos, los de los almuecines y los de los judeo-hebraicos, dieron lugar a las llamadas Saetas de Frailes, que incitaban a la devoción y a la penitencia (del pecado mortal, exhortativas y penitenciales) y a los llamados romanceros de la pasión, que dieron lugar a la Saeta Llana, Vieja o Popular.

Muchos son los escritores, músicos y estudiosos que se han ocupado de la primitiva Saeta, investigaron sus raíces, recopilaron y ordenaron sus letras y estudiaron su estructura musical: Muñoz y Pavón, Luis Montoto de Sedas, Benito Mas y Prat, Joaquín Turina, Fray Diego de Valencina, Agustín Aguilar Tejera, etc.; pero es sin duda este último, en su libro “Saetas Populares” editado en 1916, y posteriormente complementado en edición de 1928, quien confirma las teorías señaladas intuitivamente con anterioridad y que vinculan la Saeta con los antiguos romances de la Pasión, al encontrar en 1915 en la ciudad de Marchena un manuscrito con escrituras correspondientes a finales del siglo XVIII y principios del XIX compuesto por 468 estrofas que contenían un verdadero poema de la Pasión, escrito en cuartas.

En el siglo XVIII los franciscanos andaluces comenzaron a llamarle “Saetas”, o más precisamente “saetas penetrantes” a las letrillas de las coplas que se cantaban en las procesiones de penitencia con motivo de las misiones que los religiosos daban por los pueblos de nuestra geografía regional. Las Saetas Penetrantes trataban del arrepentimiento del pecador, como preparación a una buena confesión general.

Otro tipo de Saeta Llana o primitiva o popular son las llamadas “Saetas del pecado mortal” de quienes se ocupa el sacerdote gaditano José María Sbarbi Osuna, folklorista, en carta abierta dirigida a D. Antonio Machado y Álvarez publicada en 1880 donde indica que estas Saetas las cantaban en sus misiones los Hermanos de la Real Congregación de Cristo Coronado de Espinas y María Santísima de la Esperanza, y Santo Celo por la Salud de las Almas, pero que desde finales del primer tercio del siglo XIX puede afirmarse que el uso de las Saetas había quedado relegado en Andalucía, dentro del templo y por las calles, a algunos hombres del pueblo durante los días de Semana Santa en la noche o en los actos procesionales.

Fue a partir de este momento en que la Saeta Vieja se transformó lentamente a manos del pueblo llano, que adoptó su propio estilo al cantarla, modificando lentamente su estructura musical. Con la interpretación de la Saeta por parte de los cantaores de Flamenco de la época (fin del siglo XIX y principios del XX), la Saeta tomó un aire Flamenco adoptando melodías y cadencias típicas de palos como: seguiriya, martinete, toná y carcelera.

Las Saetas Viejas aún se conservan en determinadas poblaciones granadinas; en Puente Genil, Lucena, Cabra y Castro del Río, en Córdoba; en Alosno, Huelva; Arcos de la Frontera en Cádiz, y en las localidades sevillanas de Mairena del Alcor, Arahal, Utrera, destacando el patrimonio de Marchena.

A principios del siglo XX la Saeta se siguió transformando con el proceso de la adopción de ritmos Flamencos donde intervinieron los grandes del cante flamenco; Manuel Centeno, al que se atribuye la autoría de la Saeta por seguiriyas, Enrique el Mellizo, Antonio Chacón, Manuel Torre, La Serrana, Medina El Viejo, La Niña de los Peines y Manuel Vallejo. Otra gran saetera ha sido la Niña de la Alfalfa. De esta manera la Saeta se transformó en una nueva versión más moderna y elaborada con ornamentos; tercios más alargados y cadencias propias de las seguiriyas, tonás, carcelera y martinetes.

Con la intervención de estos intérpretes la Saeta puede llegar al rango de consumada obra de arte, pero en su calidad de espontánea oración cantada ante una imagen que pasa procesionalmente. Esa calidad no es imprescindible, aunque constituye una excelencia.

La primera grabación de Saeta Flamenca se trata de un disco de pizarra grabado en 1909 en el que en una de las caras grabó su Saeta La Serrana, María Valencia, hija del extraordinario Paco la Luz.

Las letras de Saetas que se conocen evocan a un momento de la Pasión y Muerte de Jesucristo, del Dolor de la Virgen o bien de una de las Escenas. Hay otras que son puros y simples piropos a la virgen o al Señor.

Las Saetas Flamencas que ahora se interpretan tienen 4 o 5 versos de 8 sílabas (derivan del romance) que se suelen corresponder con 4 o 5 fragmentos cadenciales (llamados tercios) de los cuales se repite el tercero o los dos primeros.

Se han intentado diversas clasificaciones del cante por Saeta. Aparte de las Saetas Por Seguiriyas, por Carceleras, por Tonás y Martinetes, amén de la Saeta Malagueña, mezcla de seguiriya y martinete redoblao, el resto se han basado en el tema que tratan: de Cristo o de la Virgen, división que es evidente; las demás llevan a excesivas sub-divisiones: Laudatorias, explicativas o descriptivas, exhortativas, plegaria según el tipo de texto.

• Saetas narrativas: Describen la pasión y muerte de Jesús, son verdaderamente las más primitivas, tanto por su forma –que deriva del Romance- , como por su melodía, que está emparentado con el canto Salmodiado. Estas Saetas nacieron a mediados del siglo XVIII, incluyéndose dentro de ellas las famosas “Quinta” y “Sextas” Marcheneras.

• Saetas explicativas Dan a conocer al pueblo los misterios representados en los pasos de Semana Santa y también forman parte de las primitivas, aunque su melodía se acerca más a los Pregones, tendiendo igualmente su nacimiento durante el siglo XVIII. Dentro de este grupo se incluyen las llamadas “Cuartas” (Saeta sin melodía). Estas Saetas suelen ser cantadas por un hermano nazareno que explica en ella lo que sucede. 

• Saetas afectivas: Como su nombre indica, es una copla espontánea que manifiesta afecto, devoción, o súplica. Estas ya no son cantadas generalmente como las anteriores (por los hermanos nazarenos), siendo ejecutadas bien por el simple devoto, el preso, así como, posteriormente, por los flamencos. Su nacimiento es más moderno, situándose a partir de mediados del siglo XIX.

• Saeta flamenca: El estilo de esta Saeta fue tomado por los artistas flamencos se consideró, por su expresión musical, como Saeta flamenca. La Saeta Flamenca llegó a divulgarse a principio de los años veinte. En cuanto a sus creadores unos apuntan a Enrique “El Mellizo” y su entorno familiar y otros a Don Antonio Chacón. 

• Saeta Moderna: La Saeta Moderna se suele clasificar según la melodía y cadencia típica del palo Flamenco al que hacen alusión, que puede ser: seguiriyas, martinetes, carceleras o tonás. La Saeta por Seguiriyas es quizás la fórmula más extendida entre los intérpretes.

 

 

Fuente:

 

• Esmediterrani.info

 


 

















































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