miércoles, 27 de noviembre de 2024

Ricercare

 

 

El Ricercare, o Ricecar (del italiano “ricercare”, “buscar”) es una composición instrumental propia de los siglos XVI y XVII, aunque sus efectos y connotaciones estuvieron presentes en los siglos XVIII, XIX y XX. La noción general de la composición musical como proceso de búsqueda o descubrimiento está presente en el concepto que hay detrás de palabras como “troubadour” o “trouvère”.

Existen dos tipologías de Ricercare: Un tipo rapsódico con textura homofónica que carece de organización formal y de unidad temática y se caracteriza por mezclar libremente acordes con pasajes de escalas a la manera de una improvisación. Es lo que a partir de mediados de siglo XVI sería designado como Tasteggiata, Tastata y Tocata.

Un tipo polifónico que explota los complejos artificios contrapuntísticos y que es precursor de la Fuga.

En el siglo XVI, ambos tipos aparecen frecuentemente en fuentes alemanas, españolas, francesas e inglesas tituladas respectivamente Preludio, Tiento, Fantasía y Fancy. También han servido de Estudios, por lo que podemos encontrar Ricercares imitativos y no imitativos diseñados como ejercicios de vocalización, o composiciones elaboradas y técnicamente difíciles para viola que muestran la técnica de elaboración de un cantus firmus.

La función de búsqueda puede estar, por tanto, asociada bien a la elaboración de las posibilidades imitativas del sujeto o, teniendo en cuenta la función de Preludio que a menudo posee el Ricercare, a los lazos modales o temáticos de la intabulación, danza, motete, salmo o porción de la Misa subsiguientes (como recurso retórico, el Ricercare actuaría de proemio o exordio). El propio Frescobaldi especificó que se tocaran Ricercares antes de la Eucaristía, y en el siglo XVII, los Ricercares podían aparecer en grupo con una Toccata precedente y una Canzona subsiguiente, o simplemente con una Toccata, anticipando el Preludio y Fuga posteriores. No hay que olvidar que la palabra Ricercare fue usada durante más de dos siglos, por lo que su significado fue variando con el paso del tiempo.

Precisamente, pocos autores de Ricercares se atrevieron a dar una definición comprensible. Para Vincenzo Galilei (Dialogo, 1581, p. 87) era una forma de Fuga, comparable en su complejidad a la forma de verso de la Sestina. Para Michael Praetorius (Syntagma Musicum, III, 1618, pp. 21-22) también era imitativo, y el equivalente de la Fuga. Muchos compiladores de diccionarios del XVIII y XIX mencionan su función preludial sin referirse a su connotación de Fuga.

Asimismo, tuvo una gran influencia en los siglos XVI y XVII, siendo, por ejemplo, la forma dominante de la música para teclado en España y Portugal bajo el término de Tiento (también figurado o contrapuntístico). En muchas de las Fugas de Bach todavía pueden encontrarse vestigios del Ricercare, con sus ritmos lentos y su movimiento por grados conjuntos. Pero la connotación de una pieza fugada severa (Kunstfuge) continuó hasta el siglo XIX, y fue en este sentido en el que Beethoven describió su ''Große Fuge'' op. 133 como “tantôt recherchée”. El neoclasicismo del siglo XX ha producido Ricercares que evocan un significado similar. Los dos incluidos en la Cantata (1952) de Igor Stravinsky contienen cánones que se valen de la inversión, el espejo y la retrogradación.

La música instrumental del siglo XVI estuvo caracterizada por la innovación, siendo Italia el lugar donde se afianzó con mayor fuerza. A los géneros tradicionales, que se siguieron cultivando, se le sumaron nuevos géneros y estilos que permitieron a la música instrumental desligarse de la música vocal y desarrollarse según sus principios. Al siglo XVI se le debe la creación de géneros como el Ricercare instrumental, la Tocata virtuosística para tecla, y la idea del tema y variaciones.

Los primeros Ricercares fueron publicados entre 1507 y 1509 por Ottaviano Petrucci, el pionero veneciano de la impresión musical. Los mismos, habían sido compuestos por los laudistas Francesco Spinacino, Joan Ambrosio Dalza y Franciscus Bossinensis. Así pues, la primera aparición del término tiene lugar en “Intabulatura de lauto libro primo” (Venecia, 1507), de Spinacino. De los diecisiete Ricercares situados al final, dos presentan claramente función de Preludio al referirse su título a dos canciones que aparecen anteriormente en el volumen. Spinacino compuso otros diez Ricercares en el segundo libro, del mismo año. De esta manera, los Ricercares normalmente estaban relacionados con una intabulación o danza subsiguiente, aunque algunos se tocaban entre los versos de una Frottola o las danzas de una Suite, especialmente en aquellas que modulaban.

Todos los Ricercares de las tres primeras décadas del siglo XVI se caracterizaban por carecer de organización formal y de unidad temática y mezclar libremente acordes con pasajes de escalas a la manera de una improvisación.

Hacia 1523, Marco Antonio Cavazzoni​ transfirió el estilo preludial del Ricercare del laúd a los instrumentos de teclado con “Recercari, motetti, canzoni…libro primo”. En este caso, dos Ricercares sirven de preludios a dos transcripciones de Motetes, “Salve virgo” y “O stellamaris”. Se trata de dos composiciones extensas que introducen pasajes imitativos sin que la imitación se convierta en el principio estructural de la obra. Uno de los rasgos más importantes de estos dos Ricercares es la combinación de acordes con una escritura idiomática para teclado ejecutada con gran habilidad, en una textura que todavía permanece clara.

Se inició así una transformación del Ricercare, entre 1530 y 1540, donde la imitación se introduce paulatinamente, pero sin ser aún el principio rector de la obra. Una de las fuentes más importantes de música para teclado que incorporó Ricercares de este estilo es el manuscrito de “Castell´Arquato”, que incluye uno de Jacques Brunel (organista de Ferrara entre 1532-64), cuatro de Giacomo Fogliano y otro de Marco Antonio Cavazzoni. Entre aquellos que llevaron a cabo el cambio, también destacó Francesco Canova da Milano (1497-1543), uno de los laudistas más famosos y prolíficos de la primera mitad del siglo XVI y uno de los primeros músicos nativos italianos que gozaron de una fama verdaderamente internacional.

Después de mediados del siglo XVI, términos como tasteggiata, tastata y tocata sustituyeron a Ricercare como designación para piezas de carácter improvisatorio con función de preludio. Sin embargo, el Ricercare no-imitativo no murió por completo. Por ejemplo, los manuales para viola de Sylvestro di Ganassi dal Fontego y de Diego Ortiz. Usan los términos recercata y recercada respectivamente para identificar piezas ornamentadas que exploran un aspecto técnico, como las figuras semejantes a trinos, secuencias de escalas, o dobles cuerdas, bien piezas que ilustran procedimientos para adornar una línea en una obra vocal para grupo o para improvisar sobre un cantus firmus o fórmula de bajo.

El origen del Ricercare polifónico es incierto. Hay quien sugiere que los primeros, de mediados del siglo XVI, fueran la contraparte instrumental del Motete y devinieran de él, ya que emplean todas las técnicas compositivas vocales de la generación de Josquin des Prez adaptadas a los instrumentos para los que escriben, como si fuera un Motete transcrito para tecla. Es de destacar que emplean las complejidades de la escritura a cuatro voces propia de los Motetes, aunque adquieren ritmos más rápidos y animados, melodías más ornamentadas y con ámbitos más amplios que éstos y una imitación no continuada del mismo tema, sino con alternancia de episodios (pasajes de escalas, secuencias armónicas, etc.). Así ocurre en las primeras obras de los laudistas Marco Dall´Aquila (1536), Francesco Canova da Milano (1536); en los Ricercares para conjunto instrumental publicados en “Musica nova” (Venecia, 1540) de Julio Segni, Willaert, Girolamo Cavazzoni; y en los compuestos por este último para órgano y publicados en “Intavolatura cioe recercari canzoni himni magnificati” (1543).

La tradición vocal se mantuvo también en el siglo XVII, con los “Ricercare da Cantare”. El Tercer libro de Claudio Merulo (1608) o “Ricercari e canzoni franzese… libro primo” (1619) de Antonio Cifra son ejemplos de ello. Las agrupaciones vocales también variaron, de cuatro voces a dúos (o bicinia) en estilo imitativo, con una función posiblemente didáctica, como en los “Ricercari a due voci” (1588), de Francesco Guami, los “Motetti et ricercari” (1585), de Lassus, o los “Ricercari a canto e tenore”, de Grammatio Metallo.

A partir del siglo XVIII el género tendió a desaparecer, en favor de la Fuga. Así, el término Ricercare quedó relegado a una composición breve en contrapunto severo, a la manera antigua. Bach en su “Ofrenda musical” (1747) incluyó dos Ricercares, cuya función se sospecha que es la de Preludios de la primera y la segunda parte de la obra. Fuera del período barroco, Beethoven tituló a su “Große Fuge”, op. 133, “tantôt recherchée”, y Stravinsky incluyó dos en su “Cantata” (1952).

 

 

 

Fuente:

 

• Es.wikipedia.org

 


 

 



























 























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