sábado, 31 de agosto de 2024

Los Locos de la Azotea

 


El 27 de agosto de 1920 cuatro amigos, el médico Enrique Susini, de 25 años y tres colaboradores, todos estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, fueron responsables de un hito histórico: la primera emisión radial en la Argentina. Transmitieron “Parsifal” de Wagner desde la terraza del Teatro Coliseo y fue captado por menos de cien personas. Ellos aseguraron de que se trató de la primera del mundo en radiodifusión.

Por este acontecimiento, cada 27 de agosto se celebra el Día de la Radiodifusión en la Argentina. En 1920, el proyecto liderado por el Dr. Enrique Telémaco Susini cobró vida cuando aproximadamente entre 50 y 100 personas sintonizaron la primera transmisión radial en Argentina. “Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Richard Wagner, “Parsifal”, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”. A las nueve de la noche del 27 de agosto de 1920, Enrique Susini pronunció frente a un micrófono de radio las que serían las primeras palabras de una transmisión en Argentina. Si bien ese histórico momento, originado desde la terraza del Teatro Coliseo, solo fue escuchado por menos de 100 personas, estableció un precedente significativo en la radiofonía mundial, cambiando para siempre la vida cotidiana de los argentinos. Fue tan bien recibida la novedad, que continuaron los siguientes días transmitiendo las ÓperasAída”, “Iris”, “Rigoletto” y “Manón”, y se extendieron al escenario del Teatro Colón. A raíz de este reconocimiento, Susini, junto con sus colaboradores, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, se ganaron el apodo de “Los Locos de la Azotea”. ¿Quiénes eran ellos? Los cuatro venían del campo de la medicina: Susini, ya era médico a los 25 años, mientras que Mujica, Guerrico y Romero Carranza, entre los 18 y 22 años eran estudiantes de la Universidad de Buenos Aires. Más allá de su formación académica, compartían un gran interés por la radio. Eran radioaficionados apasionados por la música clásica con una visión clara: poner la radio como herramienta al servicio de la cultura. En aquel entonces, por más vanguardistas que fueran todavía no tenían en claro la dimensión que alcanzaría este nuevo medio, que se convertiría con el paso del tiempo en un fenómeno de masas.
En aquel histórico 27 de agosto, Los Locos de la Azotea construyeron una antena de 40 metros de alto y combinaron una bocina para sordos, con un micrófono y un transmisor de 5 vatios y de forma rudimentaria, en la terraza del Teatro Coliseo cumplieron su sueño. La señal solo fue captada por aquellos en Buenos Aires que contaban con auriculares “a galena”. Desde ese día, las transmisiones se realizaron de forma continua. Al día siguiente, se emitieron las ÓperasAída” y “Parsifal”, y durante la noche, “Iris”. Este hito derivó en la concesión de la primera licencia de radiodifusión en el país: LOR, Radio Argentina (Sociedad Argentina de Broadcasting). Fue la primera radio de emisiones regulares en nuestro país y de habla hispana en el mundo. Transmitía desde diferentes teatros, entre ellos el Colón, con el firme propósito de estos jóvenes de promover el arte y la cultura. Luego llegaron Radio Sudamericana, Radio Cultura, Radio Brusa (luego Radio Excelsior), Radio Splendid, Radio Nacional - Estación Flores, Radio Municipal, Radio Fénix (luego Radio Antártida), entre otras. Por este acontecimiento, cada 27 de agosto se celebra el Día de la Radiodifusión en la Argentina. Y Susini es recordado no solo por este acontecimiento, que tuvo repercusión mundial. Sino por todos sus valiosos aportes al desarrollo de los medios de la comunicación en el país. “Yo quiero reclamar, no por inmodestia, ni para aumentar el mérito nuestro, sino porque le corresponde a la ciudad y al país la absoluta seguridad que la primera transmisión nuestra fue la primera del mundo en radiodifusión”, expresó Susini. Algunos cuestionan esta atribución, argumentando que hubo numerosos intentos previos en otras naciones. A pesar de que el debate continúa, es innegable que se trató de la primera emisión con propósitos artísticos, y la pionera en transmitir una obra completa, estableciendo así una regularidad en las emisiones y sistematizando el servicio.
Además, esta emisora se distinguió por ser la primera en transmitir en vivo la asunción de un presidente, en este caso Marcelo T. de Alvear, el 12 de octubre de 1922, así como en ofrecer un noticiero y en conformar un equipo de locutores. Susini fue sin dudas una mente brillante. Un repaso por su trayectoria académica y profesional lo demuestra: completó la escuela primaria a los 10 años y la secundaria a los 14. A los 23, ya se recibió de médico y se especializó en otorrinolaringología. Además, prosiguió sus estudios en el renombrado Instituto Pasteur de París, donde se especializó en vacunas. Más allá del ámbito médico, Susini demostró ser un polímata. Se graduó como profesor de canto y violín en Viena, fundó la Escuela de Danzas del Teatro Colón y en 1931, creó la empresa cinematográfica Lumiton. En 1938, en Venecia, recibió el primer premio internacional para el cine argentino. Sus logros no se limitaron al cine y la radio: en 1951 dirigió la primera transmisión de televisión en Argentina, fue primer director general de Canal 7, director del Primer Festival de Cine en Mar del Plata en 1948, y también tuvo incursiones en la industria minera y en proyectos tecnológicos innovadores, como las pantallas gigantes para la Fiesta de la Vendimia en 1957. Sus colaboradores, luego de aquél día histórico, se destacaron en sus carreras. Miguel Mujica se recibió de médico y ocupó el cargo de ministro de Comunicaciones durante la administración de Frondizi. César Guerrico, también médico, asumió la dirección de Radio Splendid. Mientras que Luis Romero Carranza se especializó en radiología y estableció la primera fábrica de celuloide virgen destinado al cine. Además, patentó un sistema de grabación de sonido y un innovador micrófono de velocidad. La emblemática transmisión del 27 de agosto no fue un hecho aislado, sino producto de una década de experimentación. Durante las celebraciones del centenario de la Revolución de Mayo, el italiano Guillermo Marconi, el inventor del “telégrafo inalámbrico”, desembarcó en Buenos Aires con el propósito de avanzar en sus investigaciones.
En territorio argentino, este ingeniero electrónico realizó diversas pruebas de transmisión. En una usó un barrilete para elevar una antena y de esa manera logró comunicarse con tierras lejanas, como Irlanda y Canadá. Estos experimentos habrían aumentado el interés en la radiofonía por parte de Susini y sus colaboradores. Susini dedicó todos sus esfuerzos para realizar su primera transmisión radial y sorteó todo tipo de obstáculos. A pesar del estallido de la Primera Guerra Mundial, que convirtió al desarrollo radiofónico en un asunto de carácter confidencial, el grupo avanzó con su trabajo. Si bien la Argentina tuvo una posición neutral durante el conflicto, existía un interés militar en comprender el uso de gases y de los radiotransmisores en el campo de batalla. En este contexto, en 1917, la Armada argentina solicitó a Susini que viajara a Francia. De ese viaje se trajo equipos de 5 kw que habían sido usados por las fuerzas armadas francesas. Carranza fue obligado a retirar la antena de radio situada en la terraza de su domicilio en Libertad y Paraguay, porque creyeron que transmitía datos a barcos alemanes. “Vía Radiar” representa una muestra más del ingenio de Susini y su equipo. Tras haber establecido la radio en 1920, para 1927 ya estaban explorando las potencialidades de la onda corta, inicialmente con objetivos medicinales. Esta investigación los llevó a idear un sistema de radiocomunicación telegráfica de onda corta. Aunque buscaron establecer puntos estratégicos en ciudades europeas clave, encontraron resistencia en Londres, París y Berlín, donde corporaciones gigantes como ITT y Telefunken veían en ellos una potencial amenaza competitiva. Ante estos obstáculos, Susini propuso establecer una base en España, que en ese momento estaba bajo el reinado de Alfonso XIII. Tras conversaciones exitosas, se decidió que España sería el punto de inicio para este ambicioso proyecto. En Madrid, Susini adquirió un terreno para instalar una antena de gran envergadura destinada a recibir señales de onda corta. Esta movida, aunque complicada, resultó transformadora para las telecomunicaciones en tan solo dos años.

 

 

Fuentes:

 

• Infobae.com

 


 



















 










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