La costumbre de juntarse con amigos a celebrar se ha ido contagiando y con el paso del tiempo se convirtió en una celebración en muchos países del mundo, pero pocos saben el origen de la historia y los hechos que motivaron esta fecha. Todo se remonta al 20 de julio de 1969, el día en que el hombre pisó por primera vez la Luna.
Un equipo de astronautas de la NASA, enviados por Estados
Unidos, llegó por primera vez en la historia al satélite de la Tierra. Así,
esta fecha quedó patentada en la conciencia colectiva como un triunfo
generalizado. Después de cuatro días de viaje fuera de la órbita terrestre, Neil
Armstrong y Edwin Aldrin ingresaron al módulo lunar y la nave comenzó a
descender para posarse en la superficie de la Luna. El primero en pisarla fue Neil
Armstrong, el 20 de Julio a las 10:56 (hora de Florida), ante millones
de personas en todo el mundo, que observaban el acontecimiento por televisión. El
20 de julio se festeja el Día del Amigo en Argentina por
iniciativa del locutor, psicólogo, escritor, profesor y músico argentino, Enrique
Febbraro, quien consideró la llegada del hombre a la Luna como un
momento único a nivel histórico y sentimental. De hecho, creó la teoría de que
ese gran paso era una demostración de amistad de la humanidad al universo. Él
entendió que el histórico acontecimiento unía a toda la humanidad en una suerte
de fraternidad ante un impresionante logro. Febbraro sentía mucha
empatía hacia el coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Edwin
Aldrin, quien hizo su incursión a la luna junto con Neil
Armstrong en el Apolo XI. Al igual que Aldrin, el locutor
argentino era masón. Así que se le ocurrió que una excelente manera de celebrar
el logro de este hombre era conmemorar en la víspera de su viaje un día que
tuviese como génesis un sentimiento humano limpio y puro, como lo es la
amistad. En una época que nos parece demasiada lejana –hoy todo lo resolvemos
con el envío de un mail– Febbraro, escribió mil cartas en la
que argumentó su idea diciendo que todo el planeta estaba pendiente de los tres
astronautas.
“Fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo”, y las envió a
cien países en 1969. En total, recibió 700 respuestas de vuelta. Su sueño
estaba en marcha. Interesó a organismos estatales, se reunió con políticos, con
representantes de la iglesia, entusiasmó a referentes de la comunidad y les
solicitó ayuda a sus amigos en esta particular cruzada, en la que nunca bajó
los brazos. Febbraro fue nominado dos veces al premio Nobel de la Paz y
recibió muchas distinciones por su aporte a la amistad entre los pueblos. La
obra de Febbraro continuó con su vida y fue reconocido por innumerables
organizaciones y gobiernos. De esta manera, en 1989, fue declarado Ciudadano
Ilustre de la ciudad de Buenos Aires y, en 1992, de la ciudad de Miami. En
1972, registró su idea en el registro de la propiedad intelectual, que donaría
al Rotary Club, y en 1979, el Decreto 235 del gobierno de la provincia de
Buenos Aires estableció: “Auspíciase la celebración del Día Internacional del
Amigo a realizarse el día 20 de julio de cada año”. Ese mismo año, la dictadura
militar autorizó la celebración y luego se sumaron entidades públicas y
privadas de Argentina y naciones de América Latina. Cuatro años después,
decretó que Lomas de Zamora, la cuna de Febbraro, fue la “capital provincial
de la amistad”. Desde entonces, la fecha propuesta por el odontólogo se
extendió a cuentagotas y fue adoptada por países cercanos a la Argentina
geográfica o culturalmente, como Uruguay, Brasil, España y Chile. Luego de ver
cómo su iniciativa se instaló en la región, Febbraro falleció en 2008
en su casa del barrio porteño de San Cristóbal.
Dos años antes de su muerte,
cuando su trayectoria ya lo precedía, dijo en una entrevista lo que para él
significaba ser un amigo para alguien: “Es una persona real, que ronca, que
tiene mal carácter y que uno lo aguanta porque lo conoce”. La iniciativa para
el establecimiento de un Día del Amigo a nivel mundial tuvo
un antecedente histórico llamado Cruzada Mundial de la Amistad, que
fue una campaña en favor de dar valor y realce a la amistad entre los seres
humanos, de forma que permita fomentar la Cultura de la Paz. Fue ideada por el
Doctor Ramón Artemio Bracho en Puerto Pinasco, Paraguay en 1958. A
partir de dicha idea, se fijó el 30 de julio como Día de la Amistad. En
Paraguay, las vísperas del 30 son aprovechadas para comprar regalos a los
amigos cercanos y a las parejas, son muy comunes las fiestas en los bares,
boliches o una cena entre amigos íntimos. También se considera tradicional el
juego del Amigo Invisible, donde en pequeños papeles se reparten los
nombres de todos los miembros de un grupo y al que sale elegido (en forma
secreta) se le regala un presente el día 30. Esta costumbre es muy practicada
en Asunción y otras ciudades paraguayas en las escuelas y lugares de trabajo. En
reconocimiento a esto es que el 27 de abril de 2011, durante el Sexagésimo
quinto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
dentro del tratamiento de la Cultura de Paz, se reconoce “la pertinencia y la
importancia de la amistad como sentimiento noble y valioso en la vida de los
seres humanos de todo el mundo” y se decide designar como Día Internacional de la Amistad
el 30 de julio de cada año.
Fuentes:
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