miércoles, 5 de abril de 2023

Bailes que escandalizaron al mundo

 


La manera en la que movemos nuestros cuerpos al ritmo de la música siempre ha tenido el potencial de desafiar a las convenciones del momento. Conozca los bailes que rebasaron los límites del pudor y escandalizaron a la sociedad a lo largo de la historia.

Danzar por placer en Europa y América ha tenido una larga historia de incomprensión y reprobación, que ocasionalmente llevó a la prohibición del baile, por ser considerado moralmente perjudicial. Escritos clásicos y del cristianismo temprano hablan de la danza como peligrosa y pecaminosa, particularmente si permitía el contacto físico entre hombres y mujeres de las clases bajas. En el período medieval, las danzas en rondas eran comunes y aquellas con parejas se fueron volviendo más populares con el tiempo. Factores como la guerra, la esclavitud, la migración por razones políticas y económicas hicieron que las danzas se dispersaran por el globo. Al mezclarse con nuevas influencias, emergieron danzas sociales que retaron y transformaron las convenciones sociales de género, raza y clase. Las cortes reales de Francia e Inglaterra, con su rígido decoro, se escandalizaron con una danza que requería del contacto cercano de los cuerpos de ambos sexos. La Volta (italiano para “la vuelta”) era muy diferente a las lentas rutinas que se acostumbraba bailar en la corte. En la danza, el hombre empujaba a la mujer hacia adelante con su muslo, una mano le agarraba la cintura y la otra iba debajo de su corset mientras ella brincaba. Los oponentes pensaban que esta danza rápida y energética era poco modesta e incluso peligrosa para las mujeres. La danza no sólo era criticada en la alta sociedad. Hombres y mujeres del común también fueron atacados en el siglo XVII. Durante la Danza del Cojín, los hombres y mujeres podían seleccionar y besar a sus parejas en la pista de baile. En una época en la que rara vez tenían la oportunidad de mezclarse, tal intimidad física atrajo la atención de los puritanos. Ese movimiento buscaba no sólo borrar de la Iglesia anglicana los que consideraba como rastros de la influencia del catolicismo romano, sino también mejorar la conducta moral de la gente en el país. Un notable crítico puritano condenó “el baile indecente y lascivo” como el camino al infierno. El baile retornó en su mayor parte a las posiciones de uno al lado del otro en el siglo XVIII. Pero al principio del siglo XIX, una nueva danza escandalizó a Reino Unido: el Vals. Entre la gente educada de la época, las mujeres y los hombres rara vez se encontraban juntos solos hasta que se casaban. El abrazo íntimo del Vals, un hombre sosteniendo a una mujer en sus brazos en una pista de baile en público, con sus rostros a milímetros de distancia, era revolucionario. También lo era la rápida y revoltosa naturaleza de la danza cuyos orígenes eran austríacos, y que eventualmente se convirtió en sinónimo de Viena y la música de Strauss. Al final, hasta la públicamente recatada reina Victoria bailó el Vals.
A finales de la década de 1820, un grupo de parisinos de clase baja estaba bailando una cuadrilla. Al improvisar, levantaron las piernas… así nació el Cancán. Los parisinos de clase media consideraban que las danzas debían ser discretas y agraciadas. A sus ojos, las clases bajas parecían estar sufriendo de una enfermedad degenerativa debido a la manera en la que sacudían sus extremidades al bailar el Cancán. El baile fue adoptado por los teatros de música y practicado sólo por mujeres, que exponían su ropa interior y sus piernas. Cuando la danza fue introducida a la audiencia londinense por la bailarina parisina Finette en 1868, algunos diarios reflejaron la alarma que causó. En la época eduardiana, las convenciones sociales, como el uso de chaperones, se relajaron un poco. El Tango puso a prueba esa nueva actitud. El Tango llegó a Reino Unido vía Francia más o menos en 1913. Sus raíces en los puertos de Buenos Aires, las sensacionalistas descripciones en la prensa -que la pintaban como una danza de vaqueros, proxenetas y prostitutas-, así como la música latina, intrigaron y atrajeron a muchos. Comparado con el Vals, el Tango ofrecía un abrazo más apretado, así como el potencial para la improvisación individual. A medida que el Jazz se fue volviendo popular en los años 20, el Charleston surgió en Estados Unidos. Por primera vez, las mujeres podían bailar en sociedad sin pareja. El Charleston se desarrolló a partir de la música y las danzas de los descendientes de esclavos cerca de Charleston, Carolina del Sur. Que los bailes cruzaran la división cultural –de la cultura afroamericana a la blanca estadounidense- pasó a ser algo normal en la danza popular por los siguientes 100 años. Después de la Primera Guerra Mundial, las mujeres tenían la ambición de ganar su propio dinero y expresarse creativamente. Se vestían a la moda y bailaban Charleston.
Pero los movimientos de las piernas, la sacudida de los brazos y el meneo de las caderas era considerado inmoral y provocativo. Primero se hizo popular en EE.UU. en los años 30 y luego los soldados estadounidenses la exportaron durante la Segunda Guerra Mundial. El Jitterbug, como el Charleston, se basaba en una danza afroamericana: el Lindy-Hop. Nuevamente, se expresó la preocupación por el bienestar tanto físico como moral de quienes lo bailaban. Bailando al ritmo de la música Swing, las parejas hacían pasos y piruetas enérgicas e improvisadas que incluían hombres levantando a mujeres… lo que podía llevar a que se les viera su ropa interior. El Twist despegó tras una actuación de cantante Chubby Checker en el programa de televisión estadounidense American Brandstand en 1960, y rápidamente se convirtió en un fenómeno global. Inicialmente se le consideró vulgar y obsceno por razones similares a las del Charleston: la danza se podía bailar sin pareja y tenía sus raíces en el estilo afroamericano de rotación de caderas. Como con el Charleston, se habló de riesgos a la salud. Un ortopedista reportó un aumento en lesiones de rodilla y la Sociedad de quiroprácticos de Nueva Jersey dijo que podía causar “tensión en las áreas lumbares y sacroiliacas”. La Lambada fue una danza sensual que salió un verano de Brasil y se tomó a Europa. Así como el Tango había escandalizado al acercar a las parejas más que el Vals, la Lambada los acercó aún más, con las caderas presionadas mientras giraban. Supuestamente, el presidente brasileño Getulio Varga prohibió la danza cuando emergió en los años 30 pues le horrorizó su “inmoralidad”. Ya era muy conocida en Sudamérica, pero un grupo francés la popularizó al lanzar el gran éxito de ventas “Lambada” en 1989. Así como en Charleston y Twist, el foco de Twerking está en las caderas. El movimiento rápido de la cadera y las nalgas puede considerarse sexualmente provocativo. Su origen está en movimientos de danzas de África occidental y se cree que llegó a EEUU por los salones de danza jamaiquinos. Se bailaba más que todo en la comunidad afroamericana, pero la actuación de la ex estrella de Disney Miley Cyrus en los premios de música de MTV Video en 2013 la trajo a primer plano. Causó un estallido en los medios sociales. Su acto dividió la opinión e hizo que se cuestionaran asuntos como la explotación sexual, la apropiación cultural de parte de artistas blancos, así como la libertad artística y feminismo.

 

 

 Fuente:

 

• Elcomercio.pe

 






















































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