Japón: una tierra que ha marcado un parteaguas en el mundo del entretenimiento; las ideas más locas e incomprensibles han visto la luz desde tierras niponas, y justamente una de estas creaciones es el nuevo género Kawaii Metal –la combinación de sonidos del J-Pop con melodías de un género aparentemente opuesto, el Metal.
Antes de mediados del siglo
XX, “Kawaii”
era un término despectivo en japonés, que significaba “patético”, en lugar de “lindo”.
Pero en la década de 1970 surgió una rebelión contra la cultura tradicional
japonesa. Corrió junto con una serie de revoluciones globales que comenzaron en
las décadas de 1950 y 1960, como el Movimiento por los Derechos Civiles, las
manifestaciones contra la Guerra de Vietnam y las propias protestas de Japón
contra la revisión del Tratado de Seguridad entre EEUU de 1951. En las
escuelas, donde se enfatizaron demasiado las formas tradicionales de hablar y
escribir para preservar la cultura japonesa, se prohibió la escritura y el habla
Kawaii,
que era burbujeante, difícil de leer y se consideraba infantil. Se consideró “peligroso”
en un clima político donde los estudiantes y los gobiernos chocaron por los
valores socioculturales. Posteriormente, la escritura Kawaii funcionó como una
especie de lenguaje “codificado” que podía alterar el orden administrativo,
especialmente porque desafiaba la nostalgia tradicional por el cambio cultural.
Entonces, en 1969, como resultado de la rebelión de los jóvenes, el Ministerio
de Educación japonés renovó sus esfuerzos para institucionalizar la “japonidad”
al aprobar la Ley de Medidas Temporales Relativas a la Gestión Universitaria.
Esto buscaba normalizar los valores japoneses dentro de la gestión de las
universidades, que los críticos temían que reviviera el nacionalismo de antes
de la guerra. Pero la juventud de Japón, tanto los activistas como los Kawaii,
solo querían recuperar su cultura y hacerla propia. Es este tema de la cultura
juvenil frente a la nostalgia por la tradición, o en casos extremos, la
remilitarización, lo que llevó al florecimiento de la cultura Kawaii.
Fue a través de los esfuerzos de marca nacional de Japón que el anime, y
eventualmente el Kawaii, se exportarían globalmente sin sus raíces subversivas.
El Kawaii
comenzó en Japón como un acto de expresión en medio de un país que sufría la
disidencia civil y la resaca de la guerra, el estancamiento económico y el
conservadurismo cultural. Pero en lugar de ser algo kitsch extraño, el Kawaii
Metal ayuda a reconciliar las raíces subversivas de Kawaii
de una manera demasiado familiar para el Punk occidental y el Metal.
El género combina influencias orientales y occidentales que atraen a ambas
culturas. ¿Cómo lograron que una serie de lindas y tiernas adolescentes asiáticas
comenzaran a bailar y cantar canciones “pesadas” como si se tratase de
canciones Pop? La cultura japonesa no es precisamente famosa por destacar
en el género del Rock o Metal, sin embargo, han desarrollado
una identidad en relación a estos géneros, siendo el Visual Kei (un género que
musicalmente es parecido al Heavy Metal tradicional, pero los
integrantes de la banda cuentan con una estética única donde usan mucho
maquillaje y llevan vestuarios extravagantes) y X Japan una de sus primeras
aportaciones. Este boom con el Visual Kei dio origen a muchas
bandas de este género como Dir en Grey. ¿Pero dónde entra el Pop
en esta historia? Algo en lo que la cultura nipona se caracteriza es el poder
integrar elementos de distintos géneros sin el mayor esfuerzo.
Como por ejemplo
en las canciones de anime, existe una gran cantidad de ellas que son poperas
con incorporaciones cercanas al Rock y Metal; y justamente esto
llamó la atención a Marty Friedman, un joven guitarrista que decidió probar su
suerte en Japón. Así nació el proyecto de Death Panda y el primer indicio de
la combinación del Pop y Metal. Después Marty empezó con
colaboraciones con Momoiro Clover Z, quienes también tienen un crossover con Kiss.
Y así, Marty inició lo que sería la evolución en el sistema Idol
de Japón. Ya no se trataba de una sola cantante o grupo, ya eran una “marca”
que debía ser renovada cada cierto tiempo: cuando una integrante tenía que
salir –sea por un problema externo o por edad (las idols tienen un rango de
edad hasta los 18 años como máximo; una vez alcanzada esa edad, deben abandonar
el mundo del espectáculo)–, era rápidamente reemplazada por otra, sin ningún
problema para el grupo ni para los fans. De uno de estos grupos salió Suzuka
Nakamoto, ex miembro de Sakura Gakuin, ya que tuvo que
“graduarse” de éste en 2013. Sin embargo, también formaba parte de un proyecto
alterno de Amuse Inc (empresa que maneja Sakura Gakuin), y gracias
al éxito de esa iniciativa paralela, se decidió darle seguimiento como un grupo
autónomo. Integrado originalmente por Suzuka (Su-metal), Moa
Kikuchi (Moametal) y Yui Mizuno (Yuimetal), quien dejó la
banda en 2018, fue formado por el productor Key Kobayashi con chicas que no
tenían una inclinación hacia el Metal, adoptando el género más como
una imagen para el proyecto que por una pasión.
Al empezar a hacerlo, pronto
las chicas se enamoraron del género. Sus experiencias llevaron a la creación de
Kawaii
Metal, una especie de J-Pop, con mucho de Metal,
voces muy altas y agudas sobre una poderosa base de Power, Nu,
Alternative,
Industrial,
Speed
y Heavy
Metal. Analizando las canciones de Babymetal se evidencia que las
letras son excesivamente simples, hasta llegar al punto de considerarse
aniñadas, como canciones de J-Pop, pero rodeadas por melodías
poderosas. Los temas líricos de Kawaii Metal a menudo son kawaii (lindos,
adorables, infantiles), haciéndolos mucho menos hostiles que los de otros
géneros de heavy metal. Saben usar muy bien el marketing: no son sólo tres niñas
cantando, es todo un equipo de marketing que trabaja para que la agrupación
tenga los mejores videos, las mejores fotos, las mejores presentaciones, etc.
Además, crean grandes campañas de marketing que las hacen enormemente
superiores al resto. A pesar de todo lo que se pueda pensar de este género,
considerando opiniones de que es una perversión al Metal, éste es apoyado
por leyendas del género como Lars Ulrich, de Metallica, Tom
Araya, de Slayer, y Rob Halford, de Judas Priest. Así es como
el Metal
pasó de ser visto como algo oscuro y contestatario a ser algo dulce y tierno.
¿Será un cambio positivo o negativo? Pasaron
los años y se fueron formando otras agrupaciones que también querían “parte del
pastel”. Agrupaciones como Ladybaby, Doll$Boxx y Death
Rabbits salieron al mercado luego de algunos años y todo comenzaba a
girar en torno a estas agrupaciones que tenían cada una su particularidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario