domingo, 12 de marzo de 2023

Carnaval de Baklahorani (Turquía)

 


El Carnaval de Baklahorani, también conocido como el Carnaval Tatavla, es una celebración de las comunidades multiculturales de la ciudad de Estambul que inició como una tradición cristiana de la Cuaresma. En el pasado Siglo XX, Tatavla era el nombre de un barrio al noroeste de Taksim, habitado por una gran población de origen griego.

Después del incendio que devastó el vecindario en 1929, pasó a llamarse Kurtuluş, que significa “liberación, liberación”. A pesar de contar una importante cultura, esta celebración dejó de realizarse luego de la prohibición de máscaras en 1943. Sin embargo, volvió a la vida en 2010 luego de que se levantara esta ley. La antigua comunidad ortodoxa griega, en los días previos al Miércoles de Ceniza organizaba cada año un carnaval de tres días de duración. El ‘apokriá’ griego –algo así como “lejos de la carne”- cuyo origen se remonta a unos cinco siglos, y cuya fecha de inicio varía de acuerdo con el calendario de Pascua, pero siempre previo al inicio de los 40 días de Cuaresma, un período mucho más importante para la religión ortodoxa que para la católica. La celebración tradicional del Carnaval de Tatavla comenzó en el siglo XIX o antes, y cesó cuando fue prohibido su festejo público por las autoridades turcas en 1941. Entre 1943 y 2009, el Apokriá se siguió festejando en un círculo cerrado de la pequeña comunidad griega de la ciudad por temor a una posible controversia. La celebración del 2010 de llevó a cabo de una forma modesta por motivos de seguridad, pero fueron el inicio de futuras celebraciones mucho más alegres y fortalecidas. Durante siglos, las comunidades griegas locales de Estambul celebraron el Carnaval con semanas de desfiles extravagantes, bailes y fiestas callejeras. A pesar de ser únicamente dirigidas por la comunidad ortodoxa griega, las celebraciones eran públicas e intercomunitarias. Las fiestas se llevaban a cabo generalmente en los distritos de Kurtuluo, Gálata y Pera. Las raíces de Baklahorani se remontan a principios del siglo XIX, cuando las comunidades griegas y armenias de la ciudad se juntaban y celebraban durante las semanas previas al Lunes de Carnaval y el inicio de la Cuaresma. El carnaval alcanzó su punto máximo después de la Primera Guerra Mundial, durante los años de la ocupación aliada de la ciudad (1918-1922). Continuó después del establecimiento de la República de Turquía hasta la Segunda Guerra Mundial. Las celebraciones de los Carnavales de Baklahorani tuvieron lugar en Estambul donde eran consideradas únicas y diversas como la propia ciudad. En los eventos participaban diferentes comunidades cristianas marchando en desfiles enmascarados, mientras bailaban y tocaban música.
Sin embargo, duran la década de 1940 se decretó la prohibición del uso de máscaras y como resultado el Carnaval de Tatavla llegó a su fin. Baklahorani fue una de las fiestas más famosas de los cristianos en Estambul hasta su última celebración en 1941. Después de eso, los griegos, junto con las otras comunidades no musulmanas de la ciudad, fueron objeto de discriminación social y financiera. Desde la prohibición no se celebraban los Carnavales de Baklhorani en Estambul, hasta que finalmente se levantó esta ley en 2010 en un esfuerzo por mostrar la diversidad religiosa y el multiculturalismo de la ciudad. En 2010, casi 70 años después de la última celebración, el carnaval histórico fue revivido por un grupo celebrante de griegos y turcos que cantaron, bailaron y desfilaron disfrazados por las calles del distrito de Şişli. Los principales organizadores de la reencarnación del festival fueron Hüseyin Irmak, un investigador nacido en Kurtuluş, y Haris Theodorelis Rigas, un griego que ahora vive en Estambul, donde toca música en tabernas, especializándose en un estilo “casi extinto”. de música que mezcla influencias griegas y turcas. Irmak y Rigas consideran que el restablecimiento del carnaval es una oportunidad para que la gente redescubra el pasado multicultural de Turquía, al tiempo que agrega “color” a la vida de las personas. Debido a preocupaciones sobre la seguridad, la celebración de 2010 se llevó a cabo a pequeña escala sin anuncios por adelantado, pero la celebración de 2011 fue un evento público “a gran escala”. Las celebraciones más grandes tuvieron lugar en la plaza principal frente a la histórica iglesia de Hagia Dimitri. Aunque el evento fue iniciado principalmente por griegos locales, pronto se convirtió en un festival que reúne a personas de varios barrios y de diversos orígenes religiosos, étnicos y culturales. Antiguamente se llevaba a cabo un desfile de máscaras en el que se entonaban y danzaban bailes folclóricos acompañados de varios instrumentos tradicionales, como tambor, zurna (un instrumento de viendo), clarinete y mandolina. Los residentes de las diferentes localidades como Bakerkiy, Samatya, Fener, Balat cruzaban el Cuerno de Oro, estuario de 7.5 kilómetros de alto y 750 metros de ancho, a través del Puente de Gálata y Unkapaná. Luego llegaban a bailar a la plaza frente a la iglesia de San Demetrio en Kurtuluş. Además, varias personas de los barrios del Bósforo, Ili, Kemerburgaz se reunían frente al Cementerio Católico de Pangaltá y marchaban por la calle principal hasta la misma plaza, donde culminaron las celebraciones.
Hoy en día se celebra de una forma más o menos similar, pero de una forma un poco más modesta. Se realiza un pequeño desfile en varias localidades del distrito de Şişli de la ciudad en donde un grupo de personas desfilan por las calles. Algunos hombres cubren sus caras con harina, mientras que otros la pintan de negro. Estos desfiles son una representación de los antiguos desfiles que se realizaban siglos atrás. El uso de máscaras es esencial y algunos jóvenes usan la Fustanella, un tipo de falda o vestido griego. También se ven personas usando disfraces con diferentes temáticas como de bandidos o doctores. Afortunadamente, las celebraciones están adquiriendo cada vez más y más fuerza para intentar volver a la forma y magnitud que tenía hace poco menos de 100 años atrás. Al finalizar el desfile, se celebra con comida y bebida, música en vivo y una presentación de Laterna. Otros eventos pequeños se realizan en diferentes partes de la localidad durante varias semanas. A pesar de que los carnavales se hayan reanudado hace poco tiempo, están tomando más fuerza para volver a sus antiguos años de gloria cuando los diferentes grupos étnicos participaban en las celebraciones.

 

Fuente:

 

• Carnavalesmundo.org

 






















































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