Las emisoras de radio y los sellos discográficos promovieron a finales de los 70 un estilo para dejar atrás los problemas del día a día y poder desconectar de preocupaciones. El Yacht Rock es la solución para quienes querrían navegar lejos de las obligaciones y no tienen forma de hacerlo.
Guitarras poco distorsionadas
y ocultas tras teclados, percusión a tempo tranquilo, voces de Soul,
letras sencillas, de amor y libertad, melodías pegadizas, un solo de saxofón y
un montón de arreglos en el estudio para crear la obra perfecta: 4 minutos
radiables de pura y elegante evasión. Acompañado de una piña colada, el tema
del verano. ¿Qué importa si las letras no tienen sentido? ¡Son tarareables!
Podría ser una descripción de lo que nos propone el Yacht Rock. También
etiquetada como Smooth Music, era perfecta para los oyentes que no querían
escuchar nada sobre la interminable guerra de Vietnam, escándalos políticos
como el Watergate o crisis como la de los rehenes en Teherán. Además, el Yacht
Rock sonaba en el supermercado, en el dentista y en la gasolinera. Fue
la banda sonora invisible que acompañó a la segunda mitad de los 70 y a los
años 80, una música que hacía sentir bien y que no requería de mucha atención.
El Rock
entre 1965 y 1975 había sido demasiado profundo. Ya era hora de volver a la
sencillez. No es fácil distinguir el Yacht Rock del Soft Rock o el Adult
Oriented Rock (AOR). A grandes rasgos podríamos decir que el Soft
Rock mantiene la lógica del Rock clásico en cuanto a la
temática, pero suaviza totalmente los ritmos y melodías, el AOR
es algo más potente y apuesta por baladas románticas y el Yacht Rock adopta de
manera evidente esa actitud social tan determinada y criticada: la de la vida
de lujo y despreocupación. El Yatch Rock es Soft Rock para un
determinado grupo social.
Es como el medio tiempo más almibarado de los Beatles
tuneado con esencias jazzísticas y soul pálido, encerado por músicos de estudio
con el mayor número de arreglos al alcance del hombre (violines, pianos, Moogs,
ocarinas) y pasado de mano en mano por un ejército de productores. Un ejemplo:
en “Gaucho”,
el disco de 1980 de Steely Dan, se utilizaron 42 músicos de estudio y 11 ingenieros
de sonido (en el Punk Rock estaban de suerte si un solo ingeniero se saltaba el
pub, y de los cuatro miembros del grupo siempre había una baja por sobredosis).
El Rock
blando busca la ampulosidad digerible, sin la caprichosa cripticidad del Rock
Sinfónico. Tuvo su inicio en el período que va desde 1976 a finales de
la década, aproximadamente, cuando empezaron a tener éxito las emisoras FM
principalmente en EEUU y que demandaban músicas con un sonido más depurado ante
las nuevas posibilidades que ofrecía la frecuencia modulada y el sonido en
estéreo. Los cambios
sociopolíticos y económicos que contribuyeron al surgimiento del género fueron
descritos por periodistas como Steven Orlofsky y la directora de documentales
Katie Puckrik. El período en el que surgió, es decir, la segunda mitad de los
años 70, fue probablemente la última gran era de la música Pop que está
completamente separada de la política de su tiempo. Según otros, el Yacht
Rock refleja un "individualismo introspectivo" que surgió
después del "idealismo del movimiento de masas" de los años 70. El
"escape vago y tranquilizador" de la realidad que representaba se
vería reforzado por el surgimiento de la radio FM, que reconciliaría dos
consecuencias de la emancipación de género, es decir, las mujeres que manejan
el consumo familiar y los hombres que se sintieron más libres para transmitir
sus emociones en sus canciones. Según Dan O''sullivan de la revista Jacobin,
las raíces del Yacht Rock se remonta a la música de The Beach Boys, cuya
estética fue dirigida por artistas como Rupert Holmes. En 1975, Captain
& Tennille, ganó "el primer Grammy al mejor disco de Yacht
Rock gracias a su “Love will Keep us together”.
El Yacht
Rock se basa en diferentes géneros, incluyendo el Smooth Soul, Smooth
Jazz, R&B, Funk y música Disco y se caracteriza
por una producción muy cuidadosa, letras limpias y melodías ligeras y
pegadizas. La compleja maestría musical del Yacht Rock se puede
atribuir, en parte, a los músicos de sesión en cada pista. Músicos como el
percusionista Steve Gadd, el guitarrista y miembro fundador de Toto
Steve Lukather, y el baterista de Toto Jeff Porcaro no tienen mucho en
el camino del reconocimiento de nombres entre los oyentes ocasionales de Soft Rock,
pero son los clavos que mantienen unido el barco. Aunque algo más roqueros, los
siguientes grupos podrían sonar en las fiestas de los californianos de clase
alta: Boston con “More than a feeling” (1976), Toto
con “Stop
loving You” (1988), Steely Dan con “Reelin’ in the years”
(1972) o The Police con “Roxanne” (1978). También tendrían
cabida las románticas letras de Air Supply o incluso algunos temas
de Reggae,
como “I can see clearly now” (en sus versiones de 1972 y 1993). Lo
que sea para desconectar manteniendo un toque de ritmo y animación. Los
verdaderos exponentes del Yacht Rock son Christopher Cross, Kenny
Loggins y Michael McDonald. Otros fijos de las listas de reproducción de
nuestro yate deben ser The Doobie Brothers con “What
a fool believes” (1978), Bertie Higgins con “Key
Largo” (1981), Pablo Cruise con “Love
will find a way” (1978) o Hall & Oates con prácticamente
todo su repertorio. También Steve Winwood, quien pese a
iniciarse en la escena del Blues británico a finales de los 70,
vivió un resurgimiento en su madurez con el disco “Back in the high life”
(1986), repleto de joyas para relajarse y creer que se está escuchando Rock.
Volviendo a los maestros de las letras vacías, las melodías pegadizas y la
buena selección de la compañía en el estudio a la hora de producir, es hora de
hablar de los reyes del yate. Comenzamos con Michael McDonald,
omnipresente en el género que nos ocupa, cuya voz se puede escuchar en los
coros de varias canciones de Christopher Cross y Kenny
Loggins, los otros dos reyes del Yacht Rock.
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