A finales de los años 90 irrumpió en la ciudad de Guadalajara, uno de los colectivos considerados como un punto de inflexión en la historia de la música electrónica mexicana: el Colectivo Nopal Beat. En plena etapa de expansión de la música electrónica en México, Nopal Beat se aventuraría, al igual que sus colegas tijuanenses del Nortec Collective, en ir más allá de producir copias fieles del Techno que se estaba haciendo en Berlín o del House manufacturado en Chicago.
La apuesta fue por generar un
sonido original, que pudiera ser identificado y diferenciado a nivel global y
que generara identidad, ese nuevo sonido sería el Acid Cabaret. El Acid
Cabaret se le puede describir como un hibrido, una fusión entre la música
electrónica y los estilos propios de los salones de baile de la época dorada de
la historia mexicana (años 1930-1950), como el Mambo y el Danzón;
aunque el Acid Cabaret tomó elementos de años menos prósperos, estilos
propios de la década de 1960 y 1970. Tuvo como inspiración diversos lugares
icónicos de la ciudad de Guadalajara como “El Astoria” (un conocido cabaret de
la capital Jalisciense), las cinco de la mañana (hora en la que cierran muchos
centros nocturnos del lugar), los músicos desafinados, la borrachera, la forma
en cómo se hacen las fiestas mexicanas y ese sonido sobre todo cincuentero y
sesentero de La Sonora Santanera y Pérez Prado. La música es reflejo de
la sociedad en donde se desarrolla y el Acid Cabaret no es la excepción,
presenta una visión más amplia y cálida de la escena electrónica ante el mundo,
es música electrónica “a la mexicana”, reflejando aspectos propios del país tal
y como el Techno lo hace con Alemania y EEUU (el Techno es frío y arrítmico
por el contexto en donde surgió y el Acid Cabaret tiene un sonido más
fiestero propio de la manera de ser en las fiestas en México). Nopal
Beat fue concebido en un principio sólo como disquera, las mentes
creativas detrás del proyecto fueron Luis Flores y Chas (Carlos
Rodríguez), este último, en un principio, encargado de cuestiones
administrativas, más adelante sería el responsable de traducir a imágenes el Acid
Cabaret en su faceta VJ, para finalmente convertirse en DJ y productor.
A dicha sociedad se sumaron Axkan y Sebastian Veytia. Nopal Beat surgió en 1999 ante la
necesidad de unir fuerzas en pos de la música. Double Helix, Sussie
4, Revolver, Axkan y Galápago, serían los
proyectos encargados de darle vida al colectivo en una primera etapa. Se dice
que Martín
Parra, DJ y productor pionero de la escena electrónica mexicana, fue en
parte responsable del nacimiento del sonido Acid Cabaret como tal,
luego de producir un remix de la extinta banda de Rock Aurora y la Academia
en el que utiliza sampleos de una canción de Pérez Prado.
Luis
Flores y Jorge HM (Double Helix) retomaron ese sonido,
lo desarrollaron, y fue así que los proyectos que integraban Nopal
Beat comenzaron a trabajar a partir del Acid Cabaret. Para el año
2000, Opción Sónica, sello independiente ya desaparecido, lanzó la
primera recopilación del colectivo bajo el título de “Acid Cabaret vol. 1”,
incluyendo tracks de Luis Flores, Sussie 4, Revolver,
Axkan,
Double
Helix y Galápago. De forma paralela apareció la recopilación en España,
publicada por el sello Nuevos Medios, lo mismo que en el sello francés Cyber
Productions. Nopal Beat se integraba en su mayoría por músicos y productores de
Jalisco, aunque en su momento dieron cabida a gente de fuera como Tovar
de Tijuana, Martín Parra y Acid Kit, de la Ciudad de México.
Para el año 2002 el colectivo firmó con EMI. Nopal Beat Records
funcionaba a la manera de subsello de música electrónica de la transnacional y
con ello iniciaba una etapa ardua de trabajo. Solo entre 2002 a 2003 llegaron a
publicar un disco por mes en promedio. Entonces la escena mexicana vivía un
momento de efervescencia como nunca antes había ocurrido, Guadalajara, Tijuana
y el Distrito Federal, concentraban la atención a nivel internacional, incluso
comenzaba a hablarse ya del sonido Acid Cabaret y del Nortec
como géneros de música electrónica. Con EMI apareció una segunda recopilación,
el “Acid
Cabaret vol. 2”, que incluyó tracks de Medina, God
Is My Name, Shock Bukara, Club Nova, Sussie 4, Tovar,
Martín
Parra, Fat Naked Lady, Galápago, Double Helix y Axkan.
Entre 2002 y 2005 se publicaron con EMI recopilaciones, maxis, EPs y LPs del
colectivo. Lo mismo se distribuyó este material en EEUU, Europa, Asia y
Latinoamérica. En la actualidad son contados los productores mexicanos que se
pueden dar el lujo de tener ese nivel de distribución física de su música, como
el que alcanzaron los integrantes de Nopal Beat. Double Helix, Chas,
Sebastian
Veytia, Axkan, Galápago, Sussie 4, Martín
Parra, Shock Bukara, Data, Acid Kit, Medina,
God
Is My Name, Sweet Electra, Club Nova, Tovar, Fat
Naked Lady, Carmen Mud, Kumbia Korrupters, Ultra
Deep, Mink, D_Bug y Funky Dragon son sólo
algunos de los proyectos que formaron parte del colectivo en sus diferentes
etapas.
Todos ellos interpretaron a su manera el Acid Cabaret, llevándolo
por los terrenos del Jazz, el House, la
experimentación, el Drum & Bass y los sonidos étnicos. El colectivo se presentó
en múltiples foros nacionales e internacionales con gran aceptación. Pero si
algo generaba expectativa, era el verlos tocar en vivo esa potente fusión de
música electrónica con sonidos latinos. Queda para la historia y la memoria
colectiva de más de 60 000 asistentes al Zócalo del DF, aquel concierto en el
marco de las actividades del Festival Radical Mestizo 2003. La noche en que la
Ciudad de México cayó rendida a los pies del Acid Cabaret. El género
pocas veces volvería a sonar tan poderoso y explosivo como aquella ocasión. El
colectivo logró una exposición internacional por demás relevante, hablando de
la distribución de su música y de presentaciones, llevando la bandera del Acid
Cabaret a países como: España, Alemania, Francia, China, EEUU, Cuba,
Colombia y Suiza, por mencionar algunos. Nopal Beat logró el éxito de forma
muy acelerada, pocas veces vista, sobre todo hablando de música electrónica
mexicana. Al mismo tiempo el colectivo creció de forma un tanto descontrolada,
el cambio de prioridades y las pugnas, no se hicieron esperar. Desde 2004
algunos medios ya hablaban del declive del colectivo a partir de la salida de
proyectos emblemáticos como Sussie 4, Galápago y Sweet
Electra. Ese año el periódico Mural publicaba un reportaje en el que
las bandas mencionadas señalaban que Nopal Beat ya no representaba un
movimiento como tal, otro argumento fue la falta de apoyo por parte del
colectivo. Para 2005 la otrora fructífera relación profesional EMI/Nopal
Beat llegaba a su fin. Para 2006 el colectivo apuntó sus baterías al Techno
y al Minimal
Techno, lanzando el subsello Antena Discos, con la finalidad de incluir
toda aquella música que no encajaba dentro del estilo Acid Cabaret. La nueva
subdivisión de Nopal Beat Records lanzaría cuatro discos, pero la falta de
solvencia económica forzaría su desaparición. Nopal Beat funcionó como
una plataforma que contribuyó a dar salida y difusión a proyectos de música
electrónica, que de haberlo intentado por su cuenta, quizá les hubiera costado
más tiempo el dar a conocer su propuesta en el plano nacional e internacional.
En ello radica su trascendencia y en el haberse arriesgado al experimentar con
elementos propios de la música latina y mexicana, muchas veces despreciados.
Pues yo que no soy de mucha música electrónica, pero sí de lo mexicano y de Pérez Prado, me pareció un descubrimiento sensacional...
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