El Music Hall fue una forma de espectáculo muy popular en el Reino Unido entre 1850 y 1920, pero que luego entró en decadencia. El término puede referirse a una forma particular de espectáculo con una mezcla de canción popular, comedia y baile.
El Music Hall británico es similar al Vodevil estadounidense y
a la Revista
española presentando entusiastas canciones y actos cómicos. El Canterbury Hall
abrió en el año 1856 en Lambeth, Londres y tuvo sus orígenes en el espectáculo
ofrecido en los bares de nuevo estilo o pubs (que fueron sustituyendo a las
antiguas tabernas) desde los años 1830. Estos lugares reemplazaron los
entretenimientos semirrurales de las ferias tradicionales y jardines suburbanos
de placer tales como Vauxhall Gardens y los Cremorne Gardens. Estos últimos
fueron desplazados por el desarrollo urbanístico y perdieron su popularidad. El
Hall era una sala junto al bar donde se ejecutaba canto, baile, drama o
comedia, previo pago de una admisión. El Hall más famoso de Londres y uno los
más antiguos era el Grecian Saloon, abierto en 1825 en The Eagle (un antiguo salón
de té), en City Road al este de Londres. Otras salas famosas "song and
supper" (canto y cena) incluían la de Evan, en el Covent Garden; el Coal
Hole, en The Strand; el Cyder Cellars, en Maiden Lane; el Covent
Garden y el Mogul Saloon, en Drury Lane; El Music Hall ya como tal,
se desarrolló a partir de tales establecimientos en los años 1850 y eran
levantados encima y en los sótanos de los pubs. Algunos Music Halls famosos
construidos en esa época fueron: El Middlesex, Drury Lane (1851),
levantado en el lugar del Mogul Saloon; el Canterbury, Westminster Bridge Road,
Lambeth (1856); Wiltons, Wellclose Square in the East End (1856), constituye en
la actualidad el Music Hall más antiguo del mundo; Weston's, en Holborn (1857), erigido en el lugar del Seven Tankards y la
Punch Bowl Tavern; The Oxford, Oxford Street (1861), construido en el sitio de un
lugar de entrenamiento llamado Boar and Castle; The London Pavilion
(1861); Deacons, en Clerkenwell (1862); Collins, en Islington
(1862). Después le siguió el tiempo de mayor esplendor del “teatro de
variedades” y edificios de gran envergadura fueron abiertos como el nuevo Pavilio
de Londres en 1885. Uno de los más grandes nuevos halls fue el Coliseum
Theatre, construido por Oswald Stoll en 1904 al final de la calle St
Martin's Lane, el cual fue seguido por el London Palladium (1910), en Little
Argyll Street.
Como el Music Hall había crecido en
popularidad y respetabilidad, la distribución original de un hall grande con
mesas en que se servían copas, cambió a un auditorio sin bebidas. La aceptación
del Music
Hall como forma de entretenimiento legítima fue sellada por la
representación realizada ante el rey Jorge V en 1912 en el Palace Theatre. Sin
embargo, a objeto de mantener su respetabilidad, la estrella de Music
Hall del momento Marie Lloyd, no fue invitada dado su
carácter “picante” a los ojos y oídos de la monarquía. La presión por
conseguir mayores sueldos para los autores de Music Hall llevó a la
aplicación de la ley de propiedad intelectual a las composiciones musicales.
Esta situación fomentó la industria de grabación de música y las ventas de
música en gramófonos. El término Tin Pan Alley, para la industria de
publicación musical ganó adeptos entre editores rivales. Los editores musicales
de la época como Bill Feldman, Francis and Day, etc., eran compañías grandes y
extremadamente rentables. Vendieron el derecho a cantar sus canciones a
artistas particulares, y ninguna otra persona tenía así el derecho de cantar
las canciones en público. La Primera Guerra Mundial es considerada por muchos
como el punto álgido de la popularidad del Music Hall. Los artistas y
compositores se lanzaron a dar su apoyo público y expresaron su entusiasmo por
los esfuerzos realizados en pro de la guerra. El Music Hall Patriótico con
composiciones como “Keep the home fires burning”, “Pack up your troubles”, “It's
a long way to Tipperary” y “We don't want to lose you (but we think you ought
to go)”, fueron cantados por los soldados en las trincheras y por las
audiencias en casa. Muchas canciones promovían el
alistamiento: “All the boys in khaki get the nice girls” (en español, “Todos
los hombres de caqui tienen chicas lindas”); otras satirizaban
elementos particulares de la experiencia de guerra. “What did you do in the Great war,
Daddy” criticó a los usureros y gandules; la canción de Vesta
Tilley titulada “I've got a bit of a blighty one”
describía a un soldado fascinado por ser seriamente herido y enviado a casa.
El
Music
Hall continuó durante los años 1920, 1930 y 1940, pero no ya como la
única forma dominante de entretenimiento popular en Gran Bretaña. La llegada de
la radio y la baja en los precios del gramófono, lo dañaron enormemente porque
ahora tenía que competir con el Jazz, el Swing y la música de
baile de las Big Band, así como con el cine. A pesar de ello, el Music
Hall dio aun origen a grandes estrellas, tales como George
Formby, Gracie Fields, Max Miller y Flanagan y Allen durante
este período. Después de la Segunda Guerra Mundial, la competencia de la
televisión y otros nuevos géneros musicales, como el Rock and Roll, llevó a la
lenta desaparición de los Music Halls, a pesar de algunos
intentos desesperados por retener a la audiencia mediante actos desnudistas con
estríper. El golpe final vino cuando Moss Empires, la cadena más grande
de Music
Hall británica, cerró la mayoría de sus teatros en 1960. De todas
formas, la puesta en escena y las mismas películas musicales continuaron siendo
influenciadas por el idioma del Music Hall. “Oliver!”, “Dr.
Dolittle”, “My Fair Lady” y muchos otros musicales exitosos mantenían
fuertes raíces en el Music Hall. La serie de la BBC, “The
good old days”, que duró treinta años, recreaba el Music Hall para la
audiencia moderna y el “Paul Daniels Magic Show” contenía
varios actos especializados, cuya presencia en televisión se prolongó desde
1979 a 1994. Enfocado a una audiencia más joven, pero aun conservando mucho del
Music
Hall clásico estaba también el “Show de los Muppets”.
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