jueves, 10 de febrero de 2022

Ópera Seria (Italia)

 


Ópera Seria es un término musical español que remite al estilo noble y “serio” de la Ópera italiana que predominaba en Europa aproximadamente entre los años 1720 y 1770. El único rival popular de la Ópera Seria era la Ópera Bufa, el subgénero cómico sobre el cual la comedia del arte y su tendencia a la improvisación ejercieron gran influencia.

La Ópera Seria italiana (que siempre contaba con libretos en lengua italiana), se componía no sólo en Italia, sino también en Austria, Dresde y otros estados alemanes, Inglaterra y España, entre otros. Sólo Francia desarrolló su propia tradición operística. La Ópera Seria se basa en las convenciones del “dramma per música” (el drama a través de la música) de la Ópera barroca, haciendo uso del modelo del aria da capo. En la primera parte se expone el tema principal; en la segunda, un tema secundario; y la tercera presenta una repetición del tema principal con variaciones en la parte cantada. Una Ópera prototípica de este período comienza con una obertura instrumental de tres tempos (rápido-lento-rápido). Tras ello, se alternan una serie de recitativos (que pueden o no incluir partes dialogadas), con arias a través de las cuales los personajes expresan sus sentimientos y emociones. Después de la interpretación de un aria, el cantante sale del escenario, lo que invita al público a aplaudir. Esta dinámica se mantiene en los tres actos de los que consta la Ópera, y concluye con una parte coral o un dueto de tono optimista. Los cantantes interpretan un gran número de arias, que pueden reflejar diversos estados de ánimo, como la tristeza o la ira, bien en tono meditativo, bien en tono heroico. Las convenciones dramáticas de los libretos de Metastasio contribuyeron más que los de ningún otro autor a configurar el formato de la Ópera Seria. En 1722, el brillante y joven poeta Pietro Trapassi, conocido como Metastasio, recibió el encargo de escribir un libreto para la celebración del cumpleaños de la Emperatriz de Austria. La composición recibió el nombre de "Serenata" (literalmente "entretenimiento vespertino"), aunque esta pieza está mucho más relacionada con la tradición de los espectáculos de danza y canto representados en la corte en los siglos XVI y XVII que con lo que hoy conocemos como Serenata musical.
Se tituló “Gli Orti Esperidi” ("Los Jardines de las Hespérides"). Nicola Porpora adaptó el texto a la música. Bajo la tutela de Marianna Bulgarelii, Metastasio escribió un libreto tras otro, que serían adaptados rápidamente por los más grandes compositores de Italia y Austria, configurando el tono transnacional de la Opera Seria. De este período datan los títulos ”Didone abbandonata”, “Catone in Utica”, ”Ezio”, ”Alessandro nell' Indie”, “Semiramide riconosciuta”, ”Siroe” y “Artaserse”. Después de 1730 se instaló en Viena y escribió más libretos para el teatro imperial hasta 1745 aproximadamente. La época de la Opera Seria coincide con el auge de los castrati, cantantes varones provistos de una voz prodigiosa a los que se les asignaba para interpretar a personajes masculinos heroicos. Su auge, unido al que experimentó la nueva figura de la ”prima donna”, llevó a los compositores a crear una música vocal cada vez más compleja, dado que este tipo de cantantes poseían extraordinarias habilidades técnicas. En algunos casos se componían Óperas destinadas a un cantante concreto. El más claro ejemplo es el de Farinelli, cuyo debut en 1722 coincidió con la llegada de la propia Opera Seria. Dadas las numerosas convenciones estilísticas de la Opera Seria, componer un drama de calidad suponía un reto considerable; probablemente por este motivo muchas de las composiciones de este género constaban de poco más que de personajes estereotipados y exhibicionismo vocal. Sin embargo, algunos autores trascendieron el género. El más importante de ellos fue Georg Friedrich Händel, quien escribió alrededor de cincuenta Óperas, la mayoría de ellas para los teatros de Londres.
No obstante, Johann Adolph Hasse alcanzó mayor fama en vida que este. Handel supo crear personajes de carne y hueso al mismo tiempo que respetaba las convenciones del género, gracias a su genio lírico y dramático. Pero tras su muerte el gusto musical cambió, y sus Óperas cayeron en el olvido, excepto algunos fragmentos. El renovado interés por la música barroca en los años 60, el desarrollo de la voz de contratenor y de los estilos musicales con instrumentos originales provocó el renacer de las Óperas italianas de Handel, y desde entonces muchas de ellas han vuelto a representarse y a ser grabadas en diversos formatos. Wolfgang Amadeus Mozart fue el descendiente más directo de Handel en el género de la Opera Seria, aunque ya por entonces esta forma de Ópera había caído en desuso. Sus contribuciones más destacables son ”Idomeneo, re di Creta” (1781) y “La clemenza di Tito” (1791). Durante la mayor parte del siglo XIX y principios del XX estas dos Óperas fueron prácticamente desconocidas, pero con el comienzo de la década de los 60 ambas se hicieron un hueco en el repertorio operístico del momento. Otros autores que contribuyeron al género fueron Christoph Willibald Gluck, Luigi Cherubini y Gaspare Spontini. Gluck intentó reformar la opera seria devolviendo a la acción dramática su papel principal y suprimió el recitativo secco. Por su parte Cherubini y Spontini también compusieron sus obras conforme a estas características. Con la llegada de la época napoleónica, con el efecto brillante y efervescente de las Óperas de Rossini se extendió por el continente con su pirotecnia vocal, las austeras Óperas de estos tres autores pasaron de moda. Sin embargo, también Rossini adaptó libretos de Metastasio a este nuevo tipo de música.

 


 

George Frideric Handel

Baldassare Galuppi

Francesco Feo

Leonardo Leo

Johann Adolph Hasse

Leonardo Vinci

Giovanni Pacini

Tommaso Traetta

Gaetano Donizetti

Niccolò Jommelli

Christoph Willibald Gluck

Giulio Sabino

Antonio Sacchini

Wolfgang Amadeus Mozart

Antonio Salieri

Alessandro Scarlatti

Vincenzo Bellini

Giovanni Battista Pergolesi

Domenico Cimarosa

Tomaso Albinoni


Josef Myslivecek

Giuseppe Sarti

Carl Heinrich Graun

 

 


 

 
 
















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