Una noche llena de sorpresas. Así podría
resumirse la actuación que ofreció Jay-Z en Londres. Por primera vez se
celebraba un concierto de hip-hop en el majestuoso Royal Albert Hall y Jay-Z
tuvo la suerte de ser su protagonista. Pero además de deleitar a sus fans con
algunos de sus éxitos más conocidos, les regaló una noche única llena de
invitados sorpresa sobre el escenario.
El rapero cantó con su compañero de
profesión Nas y con su novia, una espectacular Beyoncé Knowles, que se
encuentra en plena promoción de su nuevo disco B-Day en el que por cierto Jay-Z
también ha participado. La primera sorpresa de la noche Si bien la presencia de
Beyoncé era esperada por el público, sí resultó una sorpresa ver sobre el
escenario a Chris Martin. El líder de Coldplay acompañó a Jay-Z en una canción
inédita del que será su próximo trabajo -aún no a la venta- y le puso las voces
en Heart Of The City para sorpresa de los presentes, que si bien no son el
público objetivo del tipo de música que hace la banda de Chris Martin, le
ofrecieron una calurosa bienvenida y una ovación tras escucharle a dúo con el
rapero. La velada sin embargo reservaba aún uno de los momentos más especiales:
la presencia de Gwyneth Paltrow sobre el escenario. En un momento del concierto
el rapero dijo "me gustaría que todos le desearais un feliz cumpleaños a
mi buena amiga Gwyneth Paltrow (cumple hoy jueves 34 años)". La estrella
apareció entonces sobre el escenario para interpretar junto a Jay-Z el
estribillo de "Song Cry" de su álbum Blueprint. La ganadora de un
Oscar demostró sus dotes para la canción y rivalizó con su marido, Chris
Martin, por conseguir el aplauso del público.
-
¿Después de cinco años hay nuevo disco de
Aterciopelados?
- HÉCTOR BUITRAGO: Sí, desde que hicimos
Gozopoderoso en 2000 no grabábamos como Aterciopelados. Aunque hemos hecho
canciones aisladas, siempre hemos estado juntos. Yo trabajé en el disco de
Andrea y ella, en el mío. Lo de solistas fue un espacio que se generó por el
nacimiento de Milagros, la hija de Andrea.
- ¿Y cómo ha sido la experiencia de sonar
nuevamente como Aterciopelados?
H.B.: Juntamos el material que cada uno tenía e
hicimos lo que siempre hacemos: filtramos lo que había, quedamos con un 50 por
ciento y lo grabamos. De ahí resultó el nuevo disco Oye.
- ¿Es verdad que es un disco con mucho
ingrediente político?
H.B.: Sí, y aunque es muy variado, tiene varias
canciones de crítica social. Temas como Don dinero, Oye mujer o Canción
protesta, que es una composición relacionada con la desfiguración de la palabra
terrorismo.
- ¿Cuándo saldrá ‘Oye’?
H.B.: A finales de octubre. El 13 vamos a hacer
un prelanzamiento en Bogotá y luego nos vamos para una gira promocional por
España y Estados Unidos. Ya hay un video que está listo.
- ¿En este disco exploran ritmos nacionales?
H.B.: Sí, tratamos de fusionar la música
colombiana con bullerengue, con algo de cumbia y otros ritmos folclóricos más
globales.
- ¿Eso ha sido una característica de
Aterciopelados?
H.B.: Lo hemos hecho de manera intuitiva. Me
parecen muy interesantes las investigaciones que están haciendo con folclor
grupos como Aldrual, Curupira, Mojarra Eléctrica y Cielo Mama.
Más allá de la siempre cándida performance
hitera de Gustavo Cerati (con “Juegos de Seducción” al comienzo del show y
“Prófugos” al comienzo de los bises) es probable que el momento más emblemático
de la noche haya sido ese que los encontró al propio Cerati, a Richard Coleman
–que venía de tocar con L7D– y a Fernando Samalea interpretando “Ecos” (“Todo
es tan igual / tan predecible / tan frío”), veintiún años después de que se
editara en Nada Personal, sobre un escenario sólidamente construido y lleno de
luces, como lo fueron así las dispares carreras de los tres. (“Viejos lobos”,
les dijo el propio ex Soda en el escenario). Ahí estaban los tres, entonces,
ante un público remixado de 22 mil almas, en la tercera fecha del Pepsi Music,
ambicioso y maratónico festival de rock nacional, con el peso de la historia
haciendo de trampolín hacia sus presentes renovados. Alejados con nostalgia de
la fricción de los ’80, aunque definitivamente más cerca de esos años oscuros
que de la ascética experimentación post Soda. A Cerati se lo vio con ánimo de
reconciliarse con su pasado para sacar lo mejor de su presente. Apostó a un show
donde los hits bordearon la superficie de lo oscuro, pero su decisión pareció
encaminarse ya bien marcada: acercarse a la guitarra (desafinada por momentos),
aun a cuenta de jugar con la ironía del contexto musical en el que ahora se
desenvuelve. “Estuvimos de gira, recorriendo el mundo. Exportando rock chabón”,
dijo empezando los bises, y se mandó con una versión ¿rolinga? de “Prófugos”,
para seguir jugueteando con el sarcasmo que lo acompaña.
El contexto fue
cambiando para Cerati en estos últimos años. Su vuelta a las guitarras después
de años de regodearse con la experimentación lo encontró en una época de puro
exitismo rolinga, con el cual nunca –ni siquiera antes de que existiera– la
Gran Voz se llevó bien. La seguidilla de cinco temas de su flamante Ahí vamos
casi al comienzo (“La excepción”, “Uno entre mil”, “Adiós”, “Bomba de tiempo”,
“Caravana”) fue algo así como la versión permanente para Cerati de que “siempre
es hoy”, y habrá que ver si el público acompaña. Tanto eso como “Lago en el
cielo” y “Crimen” casi sobre el final del show, como el cierre definitivo con
“Jugo de luna” fueron sin duda una apuesta a su actualidad guitarrera, como
para enterrar aquel recordado chiste de la revista Barcelona que decía:
“Gustavo Cerati se queda dormido en su propio concierto”. Pero parece
inevitable encontrar a los nostálgicos a la espera de algo como Vuelta por el
Universo (del disco con Melero) como para saciar el cada vez más insípido
“¡Olé, olé... Soda, Soda!” que acompaña a la Gran Voz. Esa mezcla de públicos
existió también en el Pepsi del sábado, entre niñitos que esperaban corear de
memoria “¡es la guitarra de Lolo!”, de adolescencia oscura que puede inspirar
el detenido en el tiempo Richard Coleman, junto a la nostalgia de una época que
ya no vendrá, con un vip lleno de desconocidos, o con la presencia tardía de la
Fabi Cantilo, que venía de tocar en el escenario The Roxy con su amigo Cuino
(más conocido por ser el amigo de Andrés Calamaro, y componerle gloriosas
letras que por su propia carrera solista). El sábado fue también el día de más
cantidad de celulares con máquinas fotográficas por espectador que se haya
podido medir, el día donde tal vez las marcas mejor sintieron que la inversión
había valido la pena, donde los gerentes de marketing pensaron: “Otro mundo es
posible”, un mundo donde sólo haya que invertir entre aquellos que ya se sabe
que van a consumir. Así y todo, no deja de ser curioso cómo suceden las cosas:
en la seguidilla de espectáculos en el escenario central (No Lo Soporto, Los 7
Delfines, Turf, Miranda! y Cerati), la luz corrompió la piel de los vampiros de
Coleman, que cerró con su fantástico “Dale salida” (“si algo te importa, más
que tu vida”), estética que nada bien se lleva con la luz-día post primavera.
Algo mejor le fue al trío mimado de No Lo Soporto, que arrancó a la noche en el
escenario The Roxy, repitió su set a eso de las 16 en el escenario central, e
hizo triplete ante la ausencia de Virus poco antes del comienzo de Miranda!.
Habría que prestarles atención a las tres niñas con cara de miedo, pero con un
sonido crudo, despojado y letras que rozan lo naïf pero esconden cierta poesía.
Por otro lado, poco hicieron los Turf impostando a unos Ramones semipoperos, en
un horario y un escenario que tampoco les cayó bien, pero sus dos hits
alcanzaron para darle paso a Miranda!, claramente encaminados a convertirse en
los Pimpinela de los tiempos que caminan. De que Ale Sergi y los suyos entraron
al mundo del ¿rock? por un costado bastante particular ya casi no quedan dudas.
Porque ¿quién hubiese imaginado, transcurridos los años ’80, que un grupo de
espectadores que venía de regodearse con Coleman hubiese cantado también (¿eran
los mismos?) “Una lágrima sobre el teléfono” y “Esa extraña dama”, de su
flamante disco de canciones de telenovelas? Pero así fueron las cosas: la
oscuridad de L7D a plena luz, el glam iluminado de Miranda! en la pura
oscuridad; y todo frente a los ojos de aquella Gran Voz que abrió el camino y
sigue llevando la delantera.
Respaldada recientemente por la Palma de oro
del Festival de Cannes, "The wind that shakes the barley", de Ken
Loach, se ha convertido ya en una de las películas más atractivas de la
temporada. Mientras llega a nuestras carteleras, vamos a conocer algo más sobre
ella. Fue filmada el año pasado en el Condado de Cork (en la provincia de
Munster, al sur de Irlanda) y narra la vida de dos hermanos, Voluntarios del
Ejército Republicano Irlandés (IRA), durante la guerra de la independencia
(1919-21) y la posterior guerra civil (192223). Irlanda, 1920. Unos campesinos
se unen para formar un ejército de guerrilleros voluntarios (el IRA) y
enfrentarse a los despiadados Black and Tans [Negro y Caqui, por el color de
sus uniformes], tropas británicas que habían sido enviadas para sofocar las
aspiraciones independentistas de Irlanda. Llevado por un profundo sentido del
deber y por el amor hacia su país, Damien (el personaje interpretado por
Cillian Murphy) abandona su prometedora carrera de médico y se reúne con su
hermano Teddy (interpretado por Pádraic Delaney), que ya era miembro activo del
IRA, en una peligrosa y violenta lucha por la libertad. Cuando, tras dos años
de guerra, la lucha de los insurgentes lleva a los británicos a un punto
crítico, las dos partes firman un Tratado de Paz para poner fin al
derramamiento de sangre. Sin embargo, los dos hermanos se van a encontrar ahora
uno frente a otro en bandos irreconciliables durante un debate crucial que va a
dividir trágicamente a los nacionalistas irlandeses.
Teddy, que está implicado
en la organización del nuevo Estado Libre de Irlanda, apoya el Tratado. Damien
sin embargo considera que ese Estado Libre no es el objetivo por la que ha
luchado: "Sólo cambia el color de la bandera". Este es el estallido
de la guerra civil irlandesa, cuando se van a enfrentar los antiguos camaradas
y de una forma enormemente violenta. Las familias que habían estado luchando
hombro con hombro se van a ver ahora desgarradas, y los hermanos convertidos en
enemigos. Las atrocidades se suceden por ambos bandos: de un lado, el ejército
del Estado Libre (comandado por Michael Collins) en defensa del Tratado y,
enfrente, aquellos miembros del IRA que Io rechazan (se les va a conocer como
"los Irregulares", a las órdenes de Éamon De Valera). Aunque ya lo he
descubierto en Internet, no quiero desvelaros el final, pero ya os imaginaréis
que, siendo de Loach, no va a ser un cuento de hadas precisamente. El guionista
Paul Laverty ha explicado que muchos de los sucesos que narra la película están
basados en hechos reales. Algunos de los caracteres de los personajes son
probablemente compuestos. El personaje de Teddy tiene semejanzas con Tom Barry
(aunque éste en realidad luchó en el bando de los Irregulares del IRA), así
como la emboscada de la película se basa claramente en la legendaria Emboscada
de Kilmichael que Tom Barry, a sus 23 años, dirigió contra los británicos en
1920.
La crítica ha calificado la película como "trepidante,
narrativamente intensa y en ocasiones muy dura, sobre todo cuando militares
ingleses reprimen a los campesinos con una crueldad que puede hacerse
insostenible para el espectador, no tanto por la crudeza de las imágenes como
por lo que éstas sugieren. Ken Loach rueda con sabiduría y sabe crear
situaciones de ahogo sin cargar las tintas. Su trabajo es excelente, como
igualmente el de los intérpretes y los responsables de fotografia y ambientación.
Aunque la parte discursiva del filme explicando los datos del enfrentamiento
político rompe el ritmo de la acción, lo que quizás sea inevitable, Loach
remonta el vuelo para llegar con brío a la tragedia final, en la que tanta
lucha acaba enfrentando hasta la muerte a dos hermanos". En Gran Bretaña,
la película ha recibido una reacción muy hostil por parte de los comentaristas
políticos de derechas. Algunos de ellos la atacaron antes de verla. La
calificaron como venenosa corrupción antibritánica de la historia de la guerra
de la independencia irlandesa" (Tim Luckhurst, 'The Times') o retrato de
los británicos como sádicos y de los irlandeses como románticos luchadores de
la resistencia idealista que recurrieron a la violencia sólo porque no había
forma de hacerse respetar" (Ruth Dudley Edwards, 'Daily Mail'). Resulta
evidente que no la han visto, porque ignoran completamente la parte de la
película que aborda la nueva situación tras el Tratado.
Título original: The Wind
that Shakes the Barley / Año: 2006 / Duración: 127 min. / País:
Irlanda / Dirección: Ken Loach / Guion: Paul Laverty / Música:
George Fenton / Fotografía: Barry Ackroyd / Intérpretes: Cillian
Murphy, Padraic Delaney, Liam Cunningham, William Ruane, Gerard Kearney, Orla
Fitzgerald, Mary O'Riordan, Mary Murphy, Laurence Barry, Damien Kearney, Frank
Bourke, Myles Horgan, Martin Lucey
Ann Yes es una cantautora francesa que juega
con la seducción a través de un falso candor, con textos muy elaborados. Ella
ironiza sin cinismo alrededor de la falsa moral de nuestra sociedad. En sus
canciones utiliza palabras mordaces y gran elocuencia, siguiendo la línea de
autores-compositores como Boris Vian, Ferré, Brassens, o Serge Gainsbourg. Su
mayor objetivo es alcanzar lo ideal: "lo ideal o nada", como dice
ella. De espíritu libre, anarquista, provocadora, sensual, Ann Yes libera toda
su energía en el escenario, guitarra en mano, palabras ardientes y voz
acústica, la joven atrapa a su público a fuerza de melodías elaboradas,
definitivamente acordes al discurso. Su presencia no pasó desapercibida al
público de Limonaire o de Francofolies, para la que fue seleccionada junto con
"Amelia-les-crayons", Pauline Croze, Nicoles Jules y Camilla. Con
versiones intimistas o versiones rock, siempre sus canciones muestran un sonido
ultrasofisticado. Cuando se presenta en vivo, con su infaltable campera negra
de encaje, siempre demuestra una rara mezcla entre desgano y energía. Hasta el
momento lleva dos discos grabados y autoproducidos. En 2005 grabó "Oxymore
Vivant", con arreglos de música clásica y electrónica, salpicado de
sonidos sintéticos, acordes de guitarras eléctricas y flautas envolventes. Todo
al servicio de poemas cantados o gritados según el humor y el propósito, usando
también un poco de rap, folk y baladas. Este disco tuvo gran trascendencia en
el programa "Tous Talents Confondus" de Radio Francia Internacional.
En 2006 grabó "Brut de ma pomme" que tiene como todo bagaje una
guitarra acústica y una flauta. Réplica exacta de sus presentaciones en vivo y
confirmación minimalista de canciones puras y duras que se basan en el texto,
la melodía y la interpretación.
Te amo sin razón ya que vos me hiciste volar
Una gaviota empetrolada en una marea negra
Espera desarreglada en una playa de Vandeé
Al marinero de Greenpeace que podría salvarla
Ella espera sin violencia, mirando el atardecer
Una gaviota inmóvil sobre la arena encallada
Sola, en medio de las algas inundadas de
petróleo
Espera que el día venga para lavar y secar
Sus alas, como las sábanas sumergidas en el
pegamento
Aún te amo, yo podría volar
Te amo sin razón, ya que vos me hiciste volar
Una gaviota se posa delante de la sombrilla
De tus vacaciones llenas de sol
Largo tiempo te ha fijado una mirada sin
palabras
Antes de ser espatarrada con el revés de un
diario
Una gaviota gritó en el corazón de tus sueños
Hace tantos años, tantas mareas pasadas
Posada sobre tu oreja cada noche te despierta
Tu mujer duerme a tu lado en un cuerpo extraño
Una gaviota noctámbula aclamada por la luna
Jura en nombre de Neptuno, blasfema en las
dunas
Todo ese magma en los abismos, es su idea fija
Ella maldice tantos años, tantas mareas pasadas
Dando vuelta sobre el origen de nuestras
calamidades
No hay más azar que la necesidad
De deshacerse de nuestros stocks intoxicantes
cueste lo que cueste
Una gaviota tan blanca que podría decirse de un
sueño
Acarició tu mejilla en un soplido, un beso
Fue un poco antes que la marejada se levante
Que te hechizó aún en el tiempo
Aún te amo, yo podría volar
Ningún otro tango azarzuelado, de los del
período inicial del género, perduró en los repertorios con la misma fuerza de
“La Morocha”, de Saborido y Villoldo. Su incomparable trayectoria abarca todas
las generaciones de intérpretes femeninas del tango. Concretamente, une dos
extremos: Flora Hortensia Rodríguez de Gobbi y Susana Rinaldi. Sobre las
circunstancias de su estreno, el propio Enrique Saborido proveyó diferentes
versiones, aunque no irreconciliables. Raúl Lafuente se basa en una entrevista
publicada en el diario Crítica, el 1 de noviembre de 1925, para afirmar que “La
Morocha”, dedicado a los socios del Club de Pelota, de Piedras al 400, fue estrenado
en el local Tarana, anteriormente llamado Hansen, donde «por esa época Saborido
estaba al frente de un trío con él en el piano, Genaro Vázquez en violín y
Benito Masset en flauta». En la misma edición de Cuadernos de Difusión del
Tango que incluye el trabajo de Lafuente el coleccionista Eduardo Visconti
reproduce, de su archivo personal, un reportaje publicado en Caras y Caretas el
1 de septiembre de 1928, en el que Saborido afirma que “La Morocha” fue
estrenado por Lola Candales. Claro que ése pudo ser un informal preestreno,
presumiblemente en el Bar Reconquista, previo a la interpretación a cargo del
trío que menciona Crítica. La entrevista de Caras y Caretas, que aquí
transcribimos, detalla además la historia del nacimiento: «—¿El tango fue inspirado,
quizás, por una linda criollita de entonces? Saborido piensa. Parece que en su
mente revivieran escenas de aquel tiempo inolvidable. -En ese tiempo existía
aún el Bar Reconquista del popular Ronchetti. Yo solía ir allí con frecuencia y
también hacía lo propio una linda bailarina uruguaya llamada Lola Candales... -¿Ella
fue la musa? -Le diré. Una noche la reunión estaba sumamente animada, figurando
en ella los muchachos Victorica, Argerich, el diputado Félix Rivas y otros.
Como notaran que yo estaba muy entusiasmado con Lola, que era una morocha
exquisita, me tocaron el amor propio asegurando que yo no podía escribir un
tango que ella pudiera cantar con éxito. Siguió la jarana y, ya de madrugada,
nos retiramos todos. Me acosté y estaba por dormirme cuando me acordé del
desafío. -¿Y allí mismo escribió su tango? -Inmediatamente. Eran las cinco, y
yo me senté al piano. A las seis y media había compuesto la pieza. Una hora
después estaba en casa de mi amigo Ángel Villoldo pidiéndole que escribiera la
letra. A las diez de la mañana, letra y música estaban de acuerdo y, al
mediodía ambos visitábamos a Lola. -¿Para ejecutarle el nuevo tango? -Así fue.
Lo aprendió de memoria, lo ensayó y esa noche, en presencia de toda aquella
barra memorable, ella misma lo cantó por primera vez. -¡Todo un triunfo! -Absoluto.
Fue repetido ocho veces, entre los aplausos de la concurrencia, y el diputado
Rivas envió a Lola 200 pesos como premio por su éxito. -¿Y después? -Se lo
llevé a don Luis Rivarola, que era el principal editor de música. El lo hizo
imprimir y, un mes después, todo Buenos Aires lo cantaba, como creo jamás fue
cantado tango alguno. Fue un triunfo inesperado, y pocas veces me sentí tan
feliz como entonces". Señalemos que Héctor y Luis Bates, a partir de una
entrevista de 1935 con Saborido, reseñada en su Historia del Tango, sitúan el
nacimiento de La Morocha, en la navidad de 1905. En torno a las condiciones de
edición del tango, las versiones son contradictorias. De nuevo Lafuente,
basándose en Crítica, afirma: “Inmediatamente de componerlo, lo llevó a la
editorial Rivarola y cedió sus derechos de autor al editor. Este le retribuyó
regalándole un piano y además se hizo cargo de un viaje que hizo nuestro hombre
a Montevideo”. Pero los Bates, por su parte, denuncian: “Editado por Rivarola,
se vendieron 280.000 ejemplares a $ 0.70 cada uno. Sin embargo, a Saborido “La
Morocha” no le produjo ni un solo centavo. ¡Absurdo, inconcebible pero exacto!
A la casa Odeón se presentó un individuo atribuyéndose derechos que nadie le
había dado, manifestando que, muerto Saborido (?), él era el único autorizado
para disponer del tango. Grabado primeramente por la señora de Gobbi, y después
de aquella "autorización" por casi todas las orquestas e intérpretes,
cobró todos los derechos el supuesto albacea. Al autor le quedó la gloria.» Lo
cierto es que, en cualquier caso, Saborido estuvo muy lejos de obtener con
"La Morocha" un beneficio proporcional al descomunal nivel de
difusión del tango. Villoldo murió en 1919. Saborido, en 1941. En distintos
momentos, los dos llegaron a viajar a Europa y obtener, al menos, la
satisfacción de ver su tango divulgado internacionalmente. Porque "La
Morocha" está considerada la primera partitura de tango de exportación, la
primera que cruzó el Atlántico, pocos meses después de su edición original,
alrededor de 1906. »La fragata Sarmiento realizaba su segundo viaje a Europa
-dicen los Bates-, y se llevó 1000 ejemplares del tango, dejándolos en todos
los puertos de su ruta.» Además de la original y consagrada, Villoldo produjo
otras letras sobre la música de "La Morocha", que tuvieron
grabaciones suyas o de su compadre Alfredo Gobbi (padre). Para empezar, existe
una ligera adaptación para intérprete masculino, de la que los dos intérpretes
dejaron versiones. Esta letra reemplaza "Yo soy la morocha" por
"Tengo una morocha" y, sistemáticamente, la primera persona por la
tercera persona, sin otras modificaciones esenciales. Pero, también, Villoldo
empleó la música de ese tango para escribir y grabar "La suba de alquileres",
jocoso ruego del locatario al dueño del inquilinato, que es una encendida
protesta contra los aumentos. Por su parte, Gobbi cantó y llevó al disco
"Los mamertos", con la misma música, que es el remoto antecedente de
"De puro curda" y de los muchos tangos de esa línea temática. Volviendo
a la letra original, en trabajos de Eduardo Romano y de Ricardo Ostuni, hay
referencias a una posible fuente de inspiración. Estos autores señalan que a
principios de 1905, es decir, antes del nacimiento de este tango, la revista
Caras y Caretas publicó un poema titulado La morocha, de Francisco Aníbal Riu,
que dice: "Yo soy la gracia argentina/con mi garbo de morocha/la que un
poema derrocha/de flores cuando camina...". Las coincidencias son más que sugestivas.
Entre las cantantes que grabaron "La Morocha", además de las
mencionadas, destaquemos a la olvidada pionera Linda Thelma y a la legendaria
Lola Membrives. Ada Falcón lo grabó en dos ocasiones con la orquesta de
Francisco Canaro: como vocalista y como solista. También lo registraron, en
distintas épocas, Mercedes Simone, Libertad Lamarque, Virginia Luque y Lolita
Torres. En versiones instrumentales, lo grabaron las orquestas de Juan D'
Arienzo y de Carlos Di Sarli. El propio Saborido intentó, sin demasiada suerte,
reeditar el éxito de "La Morocha", con un nuevo tango titulado
"La hija de la Morocha". No es el único tango vinculado al que nos
ocupa. Alrededor de 1906 fue editada una pieza que lleva los siguientes
títulos: "Yo soy la Rubia", Tanguito criollo. Retruque de "La
Morocha". Quizás la principal curiosidad es que letra y música fueron
escritas por una mujer, con título nobiliario: la baronesa Eloísa D'Herbil de
Silva. Ricardo Ostuni reconstruyó, a través de diversas fuentes, la historia de
esta singular figura. Era hija del barón francés Joseph D'Herbil y la duquesa
de Portugal Raquel Angel de Cadia y nació en Cuba, en 1852, vivió en la
Argentina desde la infancia y fue pianista y compositora. Sus versos,
inspirados en los de "La Morocha", introducen la variante de la
picardía: "Yo soy la rubia gentil/la de los cabellos oro/la que conserva
un tesoro/en su lánguido mirar./Yo soy la rubia ideal/la que soñando la vida/a
sus placeres convida/con su risa angelical./Tengo la gracia de la porteña/tengo
de la francesa todo su chic/de la española tengo el salero/y de la rubia
inglesa su dulce flirt./Soy cariñosa, soy hacendosa/y sé hacer unas cosas!/que
sí que no./Cantar, bailar, coser, bordar y un mate amargo también cebar...
La batalla por el ocio digital portátil tiene
un nuevo contendiente: Microsoft. Si hasta ahora la compañía de Redmond se
había contentado con proporcionar soluciones de conectividad con el software
Windows Media Player a terceras partes fabricantes de reproductores MP3 por
hardware, lo que ha hecho es lanzar su propia solución completa (hard+soft) al
estilo iPod+iTunes. La idea principal del Zune es la compartición de
contenidos, algo que en principio parece chocar diametralmente con la filosofía
y el modelo de negocio de Microsoft y encajar más fácilmente con el software
libre. El reproductor multimedia de la compañía de Bill Gates hará uso de la
tecnología de conectividad sin hilos, cada vez más extendida a todo tipo de
dispositivos electrónicos para materializar la filosofia de conectividad y
compartición del Zune. Cuando nos acerquemos al propietario de otro dispositivo
Zune dispondremos de la posibilidad de intercambiar archivos con él, de forma
que podremos enviar a su dispositivo (o recibir de él) todos los contenidos que
queramos. Aquellos archivos que no estén sujetos a sistemas de derechos de
copyright digitales (DRM) podrán ser disfrutados indefinidamente, mientras que
los que sí lo estén podrán ser reproducidos como máximo hasta tres veces en los
siguientes tres días. El hardware del Zune, el dispositivo reproductor de MP3
en sí, dispone de un disco duro de 30 GB., pantalla de 3", tecnología
WiFi, sintonizador de radio FM y se encontrará disponible en tres colores en el
momento de su salida: negro, marrón y blanco. Como funcionalidades, el
Microsoft Zune será capaz de reproducir audio, vídeo e imágenes fijas. El
reproductor es actualizable, gracias a una funcionalidad incluida en el
software Zune de conectividad con el. Pero Zune no viene solo. Con él
desembarca también la nueva tienda online de música de Microsoft, a imagen y
semejanza de la iTunes Store de Apple. En el caso de que a alguien le pasen una
canción que le guste, va a poder comprarla en Zune Marketplace a través del
propio dispositivo MP3. La tienda online incluso dispone de una "tarifa
plana" con la que el usuario puede descargar toda la música que desee.
El gigante de los procesadores Intel ha
alcanzado un importante hito en su tecnología láser. La tecnología puede ser
incorporada en los microprocesadores del futuro e implica, en la práctica, que
la velocidad de procesamiento estará limitada sólo por la velocidad de la luz. Desde
comienzos de la presente década, Intel ha trabajado en el desarrollo de alternativas
a los actuales cirquitos eléctricos, que desde el comienzo mismo de los
procesadores de silicio han sido usados para transmitir datos entre los
minúsculos conductores. En febrero de 2005, la compañía presentó por primera
vez la tecnología G la opinión pública. Según el periódico. The New York Times,
la compañía ya tiene un prototipo que presentar. Hacia el fin de la Ley de
Moore Todo indica ahora que se acerca el relevo del procesador de silicio.
Numerosos científicos y centros de desarrollo han experimentado con materiales
alternativos, pero no hay duda de que la luz es la forma óptima de transmitir
datos con la mayor rapidez. En la práctica, la luz no tiene limitación de
ningún tipo, aparte del "límite de velocidad" de la propia luz. Esto
significa que también la famosa Ley de Moore, según la cual la capacidad de los
procesadores se dobla cada 24 meses, podría quedar obsoleta. La ley fue
formulada por el fundador de Intel, Gordon E. Moore en 1965, y ha demostrado
ser cierta solo con excepción de los avances de los últimos años en materia de
procesamiento. La velocidad de la luz Todo indica que a futuro las limitaciones
de cada procesador estarán determinadas principalmente por la cantidad de
circuitos de transmisión de datos. Al incorporar tecnología láser, la luz
podría transmitir hasta un terabit por segundo, incrementando de manera
exponencial el rendimiento y velocidad de cálculo de los procesadores. Según
Intel, la nueva tecnología estará disponible en productos comerciales hacia el
fin de la presente década.
Si se te olvidan los aniversarios. . . ten cuidado si tu pareja te regala un anillo parecido a este. Tiene grabada la fecha de dicho evento, pero cuidado. Dentro incorpora un circuito que llegado el día antes del aniversario te hará una sorpresita. 24 horas antes del aniversario el anillo se calentará hasta los 500 C durante IO segundos. Así cada hora hasta el día señalado. Unos 500 bien calentitos que harán que te acuerdes hasta del aniversario y de algunos de sus familiares.
Supongo que la mayoría de vosotros tendréis un
ratón inalámbrico. En mi caso no trae ninguna base para cargarlo, así que tengo
que tirar de pilas recargables. Dichas pilas vienen con el típico cargador que
se conecta a la corriente y permite cargar 4 pilas. Lo normal. Pero ahora
usbcell ha sacado unas pilas la mar de curiosas. Son unas pilas recargables,
pero su peculiaridad reside en que se cargan directamente via USB. Se destapan
y se conectan a los puertos USB de cualquier ordenador. Sin conectores de por medio
ni adaptadores. Y todo esto por unos 19 euros al cambio tendrás estas
maravillas.
Temblamos en Xatakamovil cuando un fabricante
dice que tiene el teléfono móvil más pequeño del mundo. Al final todo son
guerras por ver quien lleva la razón, y el capítulo más cercano todos lo
recordamos: ver quien hacía el móvil más delgado. El teléfono móvil Xun Chi 138
dice su fabricante que es el más diminuto del mundo, y viéndolo tenemos que
darle la razón de momento. Luego habría que especificar que dicen teléfono
móvil multimedia, con lo que empiezan ya con los retoques. El terminal mide de
largo 67 mm y pesa sólo 55 gramos. Ofrece en su diminuto tamaño funciones de
reproductor multimedia, pantalla LCD táctil e incluso una cámara de 1.3
megapíxeles.
Características Técnicas Xun Chi 138
* Cámara pequeña, pero con la capacidad de
tomar fotografías de 3 megapíxeles.
* El móvil tiene un tamaño de una pila común
AA.
* Pantalla táctil con tecnología de
reconocimiento de escritura.
* Reproductor de MP3.
* Trae GPRS.
* Pesa apenas 55 gramos y tiene un diseño con
tapadera con colores llamativos.
Juan Atkins
La ciudad quebrada de Detroit es una urbe
diseñada para cuatro millones de personas y en la que apenas viven menos de un
millón. Detroit es el lugar, donde en 1892, Henry Ford construyó su primer
prototipo de automóvil, y que fue cuna de la industrialización del motor y
modelo de desarrollo estadounidense durante las siguientes siete décadas. Pero
también, de segregación racial y de desigualdad. La riqueza generada en las
fábricas atrajo a una gran masa de población, principalmente, negros del sur.
Como consecuencia de la tensión racial y la reconversión industrial de los años
70, que provocó el abandono de la ciudad por parte de los fabricantes de
automóviles, produjo la llamada “huida blanca”, lo que a lo largo llevó a que
en 2013 se declarara en bancarrota. En ese contexto desolador nació el Detroit
Techno a comienzos de los 80. El Detroit Techno se caracteriza por el
uso de sintetizadores analógicos y cajas de ritmo, especialmente la Roland
TR-909. Las tres personas más profundamente ligadas al nacimiento del Detroit
Techno como género son Juan Atkins, Derrick May y Kevin
Saunderson, también conocidos como “The Belleville Three”.
Como otros jóvenes de su generación, la mayor influencia musical del trío fue
el programa de radio nocturno “The Midnight Funk Association”, conducido por
The Electrifying Mojo.
Derrick May
Este espacio se caracterizaba por una programación
ecléctica que generalmente estaba fuera de los sonidos de moda de la época,
dando especial protagonismo al P-Funk, combinándolo con sonidos
europeos como los de Kraftwerk, Depeche Mode o los New
Romantics. Juan Atkins fue el primero de los tres en adquirir un
sintetizador y también fue el primero que enseñó a los otros a mezclar discos.
Bajo el nombre de Deep Space Soundworks, Atkins y May comenzaron a trabajar
como DJ’s en el circuito de fiestas de Detroit. Luego el trío viajó a Chicago
para investigar la incipiente escena House.
Kevin Saunderson
En 1981 Juan Atkins formó el grupo Cybotron,
junto al veterano de Vietnam Richard Davies. Su primer single "Alleys
of Your Mind", fue grabado en su sello Deep Space, vendiendo unas
15000 copias, siendo considerado como el primer tema Techno de la historia. Lo
que el cerebro de Cybotron había creado, llegó especialmente a la mente de sus
dos compañeros Saunderson y May, quienes ayudaron a Atkinson
a sentar las bases de todo un nuevo género musical. Sounderson creó en 1987 el
grupo Inner City, junto a la vocalista Shanna Jackson, llegando
a los primeros puestos de las listas británicas y vendieron más de seis
millones de discos. La primera ola de Techno alcanzó su cénit entre 1988-1989.
Una vez que el Detroit Techno se convirtió en un género musical con elementos
distintivos claramente identificables, surgió toda una segunda generación de
músicos en la ciudad del motor, quienes comenzaron a desarrollar un sonido
propio a partir del original. Entre ellos se cuentan el colectivo de Techno
militante Underground Resistance, con sus creadores Jeff Mills, Mike
Banks y Robert Hood a la cabeza, o el dúo de los hermanos Burden,
Octave
One, a los que se unieron productores como Suburban Knigth.
The Belleville Three
La
mezcla de las escenas Techno y House contribuyó al
despegue de la música electrónica y a lo que llegaría luego: el “verano del
amor” de 1988-89, Ibiza y la aparición de las Raves. Pero aquel sonido
no cruzó el charco hasta que un DJ inglés, intrigado por el sonido que había
escuchado en un naxi, decidió llamar a Derrick May y, producto de aquella
conversación, el Techno se dio a conocer en Europa, con el lanzamiento de “Techno!
The New Dance Sound of Detroit”. Dos semanas después, ”Big
Fun”, de Inner City, conquistó las listas de éxitos del país británico.
La historia del Techno en el viejo continente echó a andar, y los jóvenes de
Detroit llegaron a las salas británicas y alemanas, pasando de clubes con 200
personas en Detroit, a clubes con más de 5000 en Europa.
En Inglaterra, un oficial de tránsito ayudó a
una mujer a arrancar su auto, sentando al perro de ésta en el asiento del
conductor. Todo comenzó cuando Juliette Piesley cambió las pilas de la llave
electrónica de su auto, pero luego no pudo enceder el vehículo. Cuando el
agente Kevin Gorman llegó al lugar, se enteró de que faltaba el chip de
inmovilización, el cual había sido ingerido por "George", la mascota
de la señora. Por lo tanto, sentó al can en el asiento del conductor y arrancó
el auto con la llave. El oficial declaró que la mujer "deberá llevar a
George en el auto hasta que las cosas tomen su curso natural" y, herido en
su orgullo, declaró: "es la primera vez que tuve un usar un perro para
arrancar un auto".
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