Mucho es lo que se habló de este grupo, pero mucho es también lo que se inventó. Inclusive muchos adolescentes que aseguraban ser Emos en realidad ni siquiera estaban cerca de serlo, ya que la cultura Emo no era únicamente estética, sino que perseguía una fuerte filosofía. La tribu urbana de los Emos fue una de las más populares del mundo.
Sus características principales con su
particular estética de ojos sombreados y flequillos largos, así como con sus
valores centrados en la emotividad, la ecología, la introspección, la timidez y
cierto sentido dramático y pesimista de la vida. Sin embargo, cabe destacar que
el movimiento se fue transformando a lo largo de los años y que no
necesariamente correspondía a un estereotipo específico. Emo es un acortamiento de
la palabra “emocional”. El escenario Emo contenía elementos mixtos de
otras culturas, como el Punk, el Gótico, el Grunge,
el Skateboard
y el Rockabilly.
Por lo general, entre los adolescentes tenían una estética muy definida que compartían
vestimenta entre mujeres y varones Emo, sin demasiadas diferencias
entre ambos sexos. Lo cierto es que su interpretación de la moda y lo fashion
tuvo muy buena aceptación popular y el suyo constituyó todo un referente en
outfits y estilismos de su época. A menudo empleaban camisetas de mangas cortas
(usualmente oscuras o a rayas, con personajes de comics o de bandas de Rock),
con remeras de mangas largas debajo y pantalones chupines o muy ajustados. Sus
colores predominantes eran el negro y el rosa. El peinado Emo consistía básicamente
en pelo lacio y el flequillo que cubría buena parte de sus caras (e incluso uno
o los dos ojos). Con ello querían expresar la ocultación de su personalidad
como muestra de fragilidad y emotividad. Además, normalmente llevaban estos
peinados hacia un lado. También era característico de ellos el empleo de
piercings y la sombra oscura alrededor de los ojos, normalmente con delineado
negro, pero a veces también con sombras en rosa o fucsia, además de labial
negro y pintura blanca para resaltar la palidez de la cara. Usaban zapatillas
Adidas, Vans o Converse bastante coloridas, así como cinturones y complementos
con tachuelas. También empleaban grandes hebillas metálicas, perforaciones,
expansores en las orejas, tatuajes y mochilas y bolsos. Los Emos
reclamaban para sí una autenticidad que se alejaba de las tendencias
mayoritarias (a pesar de que ellos mismos terminaron por ser una tendencia muy
extendida). Reclamaban una vivencia no sólo de lo estético, sino también de los
valores propios del grupo, que podría resumirse en su reflejo del dolor humano,
su expresión emocional y su ecologismo preocupado por el medio ambiente. Dentro de la corriente de los Emos hay diversas tendencias que
reclaman para sí el carácter más genuino y por eso llaman “posers” a aquellos
que, olvidando los valores tras del movimiento, dedican demasiada atención sólo
a la apariencia y a la estética.
La subcultura Emo nació en EEUU, más
precisamente en la ciudad de Washington DC como un género musical Post-Hardcore
que rápidamente, debido al contenido emocional y expresivo de sus letras, fue
definido como Emotional Hardcore y, posteriormente, abreviado como Emo-core.
Su estilo musical deriva del Hardcore Punk, con la diferencia de
ser más lento y melódico. Se considera el nacimiento del Emo-core al lanzamiento
del disco ”Rites of Spring”, de la banda homónima en el año 1985. Los
seguidores de la cultura Emo rápidamente comenzaron a
masificarse y a buscar su propia identidad, que los diferenciase de otras
tribus urbanas con las que tenían más de un punto de contacto pero que sentían
ser sustancialmente diferentes como los Punks y del Grunge. Esta primera fase
se caracterizó por la intensidad emocional y por la estridencia musical. Sus
seguidores aún no formaban un movimiento que pueda considerarse “tribu urbana”
ni adoptaban atuendos, imagen o estética propios. Los primeros Emos
vestían con un estilo Hardcore Punk. Más tarde, con el “Spock
Rock”, se establecieron las pautas para el estilo Emo. A mitad de los 90 el
estilo se trasladó a Nueva York y California, y su sonido se transformó
progresivamente en más melódico, mezclando además elementos de otros estilos.
Así, comenzó a extenderse por todo EEUU y a acrecentar su popularidad entre los
más jóvenes, surgiendo particularidades locales como el Midwest Emo, Indie
Emo, el Screamo, que también llevaban aparejadas diferencias en el
estilo de música. La tercera generación Emo surgió hacia finales de los 90 e
inicios del nuevo milenio, conectada con un cambio en el posicionamiento de los
grupos musicales que lideraban el mismo: a diferencia de los anteriores, de
escasa repercusión comercial, comenzaron a explotar y difundir masivamente sus
composiciones y su imagen. Nueva York se convirtió en la “Capital Emo”, consolidándose
grupos como 30 Seconds To Mars, Fall Out Boy, My Chemical Romance, Braid,
Mineral
o The
Get Up Kids. Se puede decir que Emile Ciosan es uno de los autores Emos
de referencia, debido a su enfoque pesimista y depresivo. En el ámbito visual y
artístico, los Emos admiraban películas de Tim Barton (“El joven manos de
tijera”, “La novia cadáver”, “Charlie y la fábrica de chocolate”, “Sleepy
Hollow”…) por su estilo entre gótico y oscuro y el humor negro de sus
personajes, con los que a menudo se identificaban. También “El cuervo” fue un
referente estético con el que se identificaron profundamente.
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