miércoles, 7 de julio de 2021

Cappella Giulia (Vaticano)

 


La Cappella Giulia, o Capilla Musical de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro en Vaticano es el coro encargado de acompañar musicalmente las ceremonias celebradas en San Pedro que no son presididas por el Santo Padre (en las cuales, en cambio, interviene la Cappella Musicale Pontificia Sistina) y de interpretar en Canto Gregoriano y polifónico los textos musicales previstos en la liturgia, con el fin de conferir a dichas celebraciones un adecuado esplendor y solemnidad.

Papa Julio II
La Cappella Giulia fue fundada en el siglo V por el Papa Gregorio Magno y reorganizada por el Papa Julio II (de donde viene el nombre) en 1513, último año de su pontificado. Antes de 1512 los arreglos musicales en San Pedro no eran muy elaborados, aunque a partir de 1509 hubo indicios de intentos de construir la música con un grupo de miembros con mejor preparación. El Papa Julio II quería una capilla en la que la Divina Liturgia se celebrara bellamente todos los días. Su Cappella Giulia, que sería su mausoleo, estaba destinada a formar parte de la nueva basílica que se estaba construyendo en ese momento. Su tío, el Papa Sixto IV había construido la Cappella di Palazzo, más conocida como Capilla Sixtina, y fue esto lo que sin dudas le dio al Papa Julio II la inspiración para construir una nueva capilla con música que rivalizara con la de la Sixtina. A principios de 1513, el Papa Julio II estaba gravemente enfermo, el 19 de febrero, víspera de su muerte, firmó la bula “In Altissimo Militatis Ecclesiæ”, que funda el coro de la Cappella Giulia y prevé que, a perpetuidad, doce niños y doce hombres canten en la capilla. Específicamente se contrataría a italianos, a diferencia de los músicos, que en su mayoría eran franceses y españoles, que trabajaban en la Sixtina. El Papa murió al día siguiente y su mausoleo nunca se construyó. Los primeros años del coro fueron tiempos turbulentos: hubo dificultades financieras en los primeros años, luego el saqueo de Roma en 1527 seguido de la reconstrucción de la ciudad, y luego una plaga. En 1551 Giovanni da Palestrina fue designado “Magister Cantorum” e inmediatamente aumentó el número de integrantes del coro. A su partida en 1554 al Coro Sixtino, Giovanni Aminuccia se hizo cargo. Aminuccia fue un compositor muy prolífico, sin embargo, la mayor parte de su enorme producción se perdió en la década de 1700, cuando sus partituras fueran vendidas a un comerciante, quien las usó para envolver quesos, ya que esa música era considerada “pasada de moda”. A la muerte de Aminuccia en 1571, Palestrina regresó a la Cappella Giulia, donde permaneció hasta su propia muerte en 1594. 

Giovanni da Palestrina

En muchos sentidos, la Cappella Giulia es musicalmente más interesante que el Coro Sixtina, ya que, mientras la Sixtina tenía una biblioteca relativamente limitada de repertorio fijo, como el famoso “Miserere” de Gregorio Allegri, el Magestri de la Cappella Giulia, de quienes se esperaba que compusieran, aportó una diversidad estilística proveniente de una variedad de ciudades diferentes. Hay más de 4000 títulos en los archivos de la Cappella Giulia, que fueron catalogados recientemente por el canónigo Dario Rezza. Toda la historia de la Cappella Giulia se ha registrado en un vasto y completo en dos volúmenes, con facsímiles de muchos de los documentos más importantes. El autor, Giancarlo Rostirolla, investigó por más de tres décadas para la realización del libro. Inicialmente, la Cappella Giulia intervenía cotidianamente en San Pedro en las Horas Canónicas, así como en las Misas, en las Vísperas y, en ocasiones particulares, en otras iglesias de Roma. Durante las procesiones solemnes o en las liturgias especiales de Pascuas y de Navidad, la Cappella Giulia y la Cappella Sistina podían asistir, aunque interviniendo en modo distinto. La Cappella Giulia fue posteriormente disuelta en 1980 y sustituida provisoriamente por un coro dirigido por monseñor Pablo Colino, para continuar las funciones principales de la precedente. Este nuevo coro fue bautizado con el nombre de Capilla Musical de la Sacrosanta Patriarcal Basílica Vaticana y, a diferencia de su antecesora Cappella Giulia, las voces blancas de los Pueri Cantores (niños del coro), fueron sustituidas por voces femeninas, las cuales intervenían en las festividades mayores (Pascuas, Navidad, San Pedro y San Pablo). 

En el 2006 se decidió reorganizar dicha Cappella, manteniendo la especialidad de las voces femeninas. Actualmente, la misma se denomina Capilla Musical de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro de Vaticano, con la inserción de la particularidad que las mayores basílicas católicas tienen que ser papales antes que patriarcales. El coro más antiguo del mundo, como dice monseñor Massimo Palombella, cuenta desde 2017 con un nuevo órgano digital para las celebraciones papales en la Plaza y en la Basílica de San Pedro, “Nuevas exigencias necesitan nuevas soluciones”, con estas palabras, monseñor Massimo Palombella comentaba esta novedad. Además, señala que es una gran oportunidad para que el nuevo instrumento esté en grado de cubrir con su excelencia el entero espacio acústico de uno de los más grandes lugares de culto. Una realidad hecha posible gracias a la donación de la empresa estadounidense Allen Organ Company, líder en el sector desde hace 70 años. El nuevo instrumento musical debutó en San Pedro la noche del 24 de diciembre, en la celebración de la Misa de Navidad y acompañó las celebraciones del Te Deum el domingo, el día 1 de enero y la Misa de la Santa Madre de Dios, el lunes 2 de enero. El nuevo instrumento está al lado del tradicional órgano de tubos, posicionado próximo al Altar de la Cátedra, que continúa siendo insustituible para cualquier evento que se realice en esa área. Una frontera que cambia con el pasar de los años, de las exigencias y de la tecnología, para tratar de responder mejor, incluso en el ámbito musical, al desafío lanzado por el Concilio Vaticano II de una iglesia capaz de dialogar con la contemporaneidad, mostrar la belleza y hacerse escuchar, valorizando la tradición.






























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