Huehuetenango (Guatemala) es un departamento rico en costumbres y tradiciones, ya que posee la mayor cantidad de municipios, cuyos pobladores son herederos directos del pueblo maya. Posee sus propios grupos de danza tradicional, en los que los bailadores representan escenas de la vida diaria, ritos alusivos a fechas o acontecimientos especiales que van acompañados, la mayoría de las veces, de bandas musicales y de su instrumento de batalla: la marimba, de la cual son especialistas y que no puede faltar en las fiestas.
Huehuetenango también es cuna de excelentes compositores y de grandes poetas. Una de sus más peculiares tradiciones consiste en lo que se conoce como la “Tradicional Serenata Huehueteca” o “Serenata del Día de los Santos”, que se lleva a cabo entre la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre de cada año en la cabecera departamental. Esta serenata, junto con la del Miércoles Santo, conforman una dupla que, como una sola, significan una de las más hermosas tradiciones huehuetecas, que identifican y distinguen a Huehuetenango a nivel nacional e internacional, ya que es única en su género en la República de Guatemala. En esas fechas por la noche aún se observan conjuntos de marimba que interpretan bellas melodías de antaño. Sin embargo, la característica principal creada por sus iniciadores se ha perdido, y actualmente se ha vuelto una especie de concierto, que agrada sí, pero el espíritu de la serenata se va perdiendo. Las familias huehuetecas acostumbran visitar por la noche el Parque Central y las afueras del Cementerio General, donde escuchan a diferentes artistas, grupos musicales, marimbas y solistas interpretando música romántica, sobre todo canciones y melodías de compositores huehuetecos y guatemaltecos. Las miles de personas que acuden, además de disfrutar de la música, van a comer tortillas con carne asada, chorizos y longanizas, tostadas con frijol volteado y a beber alcohol, mientras aprecian a los artistas que interpretan canciones de diversos géneros musicales como Boleros, la mayoría, música del recuerdo de antaño, algunas contemporáneas siempre relacionadas al amor y la conquista. La costumbre es llevar serenata a los difuntos y, como parte de las variaciones de la tradición, los esposos, novios o enamorados, llevan serenatas a sus amadas, por lo que muchas veces todavía se pueden encontrar damas recibiendo serenatas en la mañana del día siguiente.
La tradición oral huehueteca ubica el origen de la serenata en las postrimerías del siglo pasado, pero la historia escrita indica que oficialmente comenzó el 31 de octubre de 1940, creada por don Rodrigo García en la casa de la profesora Guadalupe Soto. En esa fecha salieron muy pocos músicos, pero, para 1942, ya no cabían en la sala de don Rodrigo los artistas que llegaban a ensayar, y así se volvió tradicional la Semana Huehueteca. Posteriormente, se inició con la costumbre de los conciertos de marimbas en el parque Central de Huehuetenango con los famosos conjuntos marimbisticos de Río Blanco y Reina Mam, y la música de don Elíseo Castillo. Actualmente, a temprana hora, los cementerios se colman de personas que visitan las tumbas donde yacen los restos de sus familiares fallecidos. Días antes se arreglan las sepulturas o los nichos, pintados y decorados, se llevan flores, coronas y velas. Algunos el 1 de noviembre desayunan, almuerzan y toman copas de licor junto a las tumbas. Al amanecer, aquel espacio se ve poblado e incluso “alegre”. Se escuchan algunas marimbas que interpretan sones regionales y que hacen más triste la estancia en aquel lugar. Mientras, algunas amas de casa preparan el fiambre para servirlo a la hora del almuerzo, como parte de la tradición. Queda entonces abierto el camino para las fiestas de fin de año, con el colorido y la atracción publicitaria, porque lo que interesa es el consumo de lo que ofrecen las empresas comerciales, y el año se languidece para sumar historias. Lamentablemente, desde hace varios años, la tradición ha ido cayendo, degenerando en conciertos, competencias, música estridente, baile, puestos de bebidas alcohólicas, venta de ropa hasta dentro del propio cementerio, sin respetar el duelo de las familias que quieren visitar a sus seres amados que ya partieron físicamente. La Casa de la Cultura de Huehuetenango hace un gran esfuerzo por mantener la tradición tal cual inició, pero no está funcionando porque, tanto autoridades como el pueblo, no respetan las costumbres. También hay esfuerzos de otras agrupaciones y personas que organizan espacios musicales, como Francisco Javier Mendoza, quien desde hace años organiza una serenata especial en la rotonda del Boquerón. Es necesario que las autoridades del departamento, alcalde, gobernador, asociaciones culturales, gestores y artistas acuerden la manera de rescatar la serenata y convertirla de nuevo en una tradición para el disfrute de las familias huehuetecas.
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