Carnaval de Santa Cruz de Tenerife (España)

 

El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife es una tradición fuertemente arraigada y, como tantos carnavales, originado por la transgresión de las normas durante los días anteriores a la cuaresma cristiana. La historia del Carnaval de Tenerife es muy antigua y está bien documentada.

Al igual que en el caso de los Carnavales de Las Palmas de Gran Canarias, se tienen datos prácticamente desde la época de la colonización. En los primeros testimonios escritos de la historia del Carnaval de Tenerife (fechados en el siglo XVIII), ya se mencionan bailes de máscaras y de comparsas; y en el siglo XIX se tiene noticia de la aparición de la primera Rondalla de Tenerife: el Orfeón de Santa Cruz. La historia de este carnaval tiene su peculiaridad fundamentada en la popularidad y prestigio adquiridos durante los siglos XVIII y XIX, y en el siglo XX estos festejos lograron eludir la prohibición de la celebración de carnavales en España durante los períodos de las dictaduras de Primo de Rivera y Francisco Franco. Para ello, los organizadores debieron modificar algo del programa, así como emplear el nombre de ”Fiestas de Invierno”. En la actualidad, el Carnaval de Tenerife es el segundo más conocido del mundo sólo por detrás del de Río de Janeiro; por ello, a su celebración concurren cientos de miles de personas de todos los continentes. Los diferentes lazos históricos con estas fiestas, en Latinoamérica, Portugal y España, crearon una mezcla original declarada oficialmente “Fiesta de Interés Turístico Internacional” en 1980, mientras que en el año 2000, la ciudad de Santa Cruz de Tenerife fue designada Capital Mundial del Carnaval, impulsado históricamente por grandes bailes en sedes sociales, el Carnaval en Santa Cruz ha sido y es eminentemente callejero. Se cuentan por decenas los lugares de encuentro que, al día de hoy, siguen siendo puntos inevitables de las fiestas con escenarios para actuaciones para murgas, rondallas u orquestas, con carrozas que ponen a bailar a cientos de mascaritas.

La fiesta comienza el miércoles previo al fin de semana del Carnaval, ya que tiene lugar la Gala de Elección de la Reina. Sin embargo, la cantidad de festejos y concursos hacen que el ambiente carnavalesco invada la ciudad. Los trajes de aspirantes a Reina del Carnaval (denominados “fantasías”) son auténticas obras de arte. Desde 1987, con el tema “Roma”, el Carnaval de Santa Cruz tiene un motivo que rige la decoración de las calles y del escenario principal, con lo que se sugiere a los ciudadanos un disfraz para cada año. El sábado de carnaval es conocido como el “Día del Baile”, ya que por toda la ciudad se instalan escenarios con música en directo para que todos disfruten de la fiesta. El domingo es el ”Carnaval de Día”, lo que permite a las familias y personas de todas las edades salir con sus disfraces. El lunes y el martes continúa la fiesta con diversos eventos y conciertos, siendo el martes el día de cierre del carnaval con la celebración del Gran Coso Apoteósico, un colosal pasacalle enfocado hacia los turistas. El Miércoles de Ceniza se celebra el tradicional “Entierro de la Sardina”. Toda la ciudad se viste de luto, al mismo tiempo que un masivo cortejo fúnebre, integrado por personas disfrazadas de viuda, monjas, obispo, papas…, acompañan llorando a una enorme sardina en un acto que constituye el cierre definitivo de la fiesta. Con el entierro de la sardina se dan por finalizados los festejos del Carnaval de Tenerife y toca volver a la normalidad. Sin embargo, para muchos tinerfeños se hace corto, por lo que ese mismo fin de semana el carnaval da sus últimos coletazos, con la celebración el sábado y el domingo de “piñata”. Durante este fin de semana vuelven a sucederse los conciertos y actuaciones por toda la ciudad, celebrándose de nuevo el Carnaval de Día e incluso, exhibiciones como la de coches antiguos. La noche del domingo tiene lugar el cierre definitivo, realizado mediante la quema de un enorme castillo pirotécnico que asciende en la noche llevándose con él a Don Carnaval.