El Baile Chano, Llano, Garrucha, Baile del País, Son d’Arriba, Baitse Chanu o Baitse (como se denomina en el antiguo dialecto leonés de las comarcas de Babia y Laciana) es el baile tradicional más antiguo de León.
En algunos pueblos lo conocen como “el baile”, así sin más, ya que es la danza local por excelencia y no puede faltar en ninguna fiesta o romería. En una provincia tan extensa y diversa como León, han llegado hasta nuestros días una gran variedad de bailes populares. Como denominador común hay que destacar el carácter comunitario y social que siempre ha tenido el baile tradicional en León. Musicalmente, se asienta sobre un ritmo ternario del mismo tipo que la Jota pero interpretado de forma más cadenciosa. Suele carecer de estribillos, aunque en algunos casos adquiere muletillas con un número de versos variables, o incluso toma una estructura de Seguidilla. El Baile Chano ha estado siempre asociado a los grandes pandeiros montañeses, generalmente con dos tocadoras. Las montañas de occidente de León y Asturias son de las pocas comarcas que han conservado el uso del pandero cuadrado hasta nuestros días, aunque antiguamente esta reliquia organológica, se extendió por toda la península ibérica. Hacia finales del siglo XIX comenzó a utilizarse el acordeón para acompañar al baile. En algunos pueblos babianos se utilizó también la gaita de fole, tocada por míticos gaiteros asturianos. En otros tiempos se acompañó de grandes castañuelas, que tan sólo sobreviven en la práctica en algún pueblo de Laciana y en los valles altos del Narcea. Fueron los pastores quienes divulgaron este baile en sus interminables trashumancias entre valles y montañas. Las melodías utilizadas en el Baile Chano son muy arcaizantes y suenan muy diferentes a otro tipo de géneros, por lo que a veces, con tan sólo escucharlos, se lo puede distinguir de otro tipo de danza. El Baile Chano siempre ha seducido al observador. Su elegancia y serenidad alguna vez trocada en viveza y energía, suponen la imagen que todos tienen del folklore montañés. El Baile Chano se desarrolló con las filas enfrentadas de hombres y mujeres. Alterna las frases de paseo lateral y brazos caídos con las fases más vivas, de braceo característico. Cada mano del baile termina con la garrucha, paso en el que el hombre trata de tomar el brazo de la mujer. Al finalizar este baile, casi ritual, el hombre levanta a la mujer en el aire, tomándola por la cintura. Es lo que conocemos como la “maquila”. La indumentaria utilizada en el Baile Chano es el traje regional babiano, que usaban las personas en las fiestas donde lucían sus mejores galas.
Consiste en pañuelos, justillos (prenda interior sin mangas, que se ajusta al cuerpo y no baja de la cintura) de terciopelo y seda, camisas con botón de plata al cuello, rodaos con lazos de hermosas cintas, para las mujeres, mientras que en el caso de los hombres, consta de chambergo, chaqueta de paño, chaleco destezado, calzones y cintos. Los trajes regionales de hoy en día se componen del rodao, faldón, blusa, mandil, medias, pañuelo en la cabeza y el corpiño o chal para el cuerpo. Según el compositor y musicólogo Miguel Manzano, el Baile Chano es una antigua danza con características musicales arcaicas, que se ejecuta al son de tonadas de estructuras simplísima en una melodía de ritmo binario. Existe cierta confusión entre la Jota y el llamado Baile a lo Pesado (Chano), que si bien, el primero parece en ocasiones la evolución musical del segundo. Se bailan, cantan y tocan de muy diferente manera, o por lo menos, así lo entienden claramente quienes lo practican. No es raro que se conserven los dos bailes en la misma zona, o que una vez perdido el antiguo (el Pesado), se traspapelen algunos pasos, cadencias musicales y melodías de aquel a la Jota nueva, denominándola “Jota a lo Pesado”, o directamente, “A lo Pesado” en recuerdo de aquel aunque hoy en día estén ya muy perdidos, tanto en la tradición oral, como en las recopilaciones y análisis actuales.
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