Lezginka es como se
denomina a un baile temperamental y conmovedor, considerado uno de los símbolos
del Cáucaso. Lezginka es el nombre que los rusos le han dado, en general, a
todas las danzas del Cáucaso, que están unidas con un ritmo energético y feliz
que contagia a todos.
El Lezginka es parte de una cultura
amplia que tiene sus raíces en la ciudad rusa de Derbent, donde viven los
lezguinos. La palabra lezgintsi fue usada por los rusos para denominar, no sólo
a los lezguinos, sino también a los montañeses de Daguestán, o bien, a todos
los del sur del país. Los lezguinos están ubicados en una región caucasiana que
está llena de diversidad étnica, idiomas y formas de baile. El Cáucaso está
ubicado en el sudeste de Europa, entre el mar Negro y el mar Caspio. Después de
la desintegración de la Unión Soviética, la conforman países que hoy conocemos
como Armenia, Georgia, Azerbaiyán y la república rusa de Daguestán. Este baile
se puede ejecutar de tres maneras diferentes: en solitario, en pareja o en
grupos, siendo acompañado por una música muy dinámica, de ritmo muy rápido y
adornado con algunas acrobacias dignas de admirar. Históricamente se cree que
son los hombres quienes más se destacan en la interpretación del Lezginka,
pero no en pocas oportunidades, las mujeres demuestran que pueden estar a la
par de ellos en este arte danzario tradicional. La historia de esta danza se
remonta a los cultos y ritos paganos, como uno de sus principales elementos se
tiene la imagen del águila que es perfectamente evidente cuando los bailarines
se levantan con orgullo sobre los dedos de sus pies y estiran los brazos
simulando ser alas. El Lezginka comenzó como un baile de
guerra de hombres. Aparte del hecho de que los participantes eran exclusivamente
hombres, la estética masculina de la danza es inconfundible. Siguiendo con la
evolución que atravesó el Lezginka, las mujeres se unieron a
la danza, convirtiéndose en un espectáculo para que la gente las viera. Durante
el baile, es muy importante controlar la postura. Tanto hombre como mujeres
crean una forma orgullosa y austera al bailar.
Según dicen los viejos del Cáucaso, el Lezginka “puede resucitar a los
muertos”. En cualquier fiesta, bodas, cumpleaños, e incluso en discotecas de
Daguestán y otras repúblicas del norte del Cáucaso, se baila Lezginka.
Los más jóvenes son los primeros en salir a la pista de baile ya que se
necesita estar en muy buena condición física para poder llevar el ritmo de la
música. La Compañía Estatal de Danza de Daguestán, lleva precisamente el
nombre de Lezginka. A la hora de la danza, es distinta la hora de bailar
de las chicas a la de los chicos. Los pasos de la bailarina son pequeños, y el
efecto que deben conseguir, es flotar sobre el escenario sin que se le vean los
pies por debajo del largo traje. Los brazos cambian de posturas, tapando la
cara o abriendo del todo. También se usan movimientos de ondulaciones de
brazos. La cabeza siempre en alto, mostrando orgullo, a la vez que con
inocencia, los ojos evitan la mirada directa del hombre, con una actitud de
novia o de princesa. Sólo sale a bailar cuando la invita su pareja. El bailarín
es galante, siempre atento a los movimientos de su pareja, pero sus pasos y
movimientos no tienen nada en común con los de la bailarina. Las figuras
realizadas por los hombres son rápidas, con carácter chispeante, fuerte,
llegando a ser agresivos. Son muy típicas las caminatas sobre la punta de los
pies, marcando los pasos. También se usan dobles piruetas en el aire,
desplazamientos girando de rodillas, saltos, giros, con o sin desplazamientos.
En la danza mixta (hombres y mujeres) está excluido el contacto físico entre
los bailarines. Esto se debe a las duras leyes de la montaña y las tradiciones
de siglos de antigüedad, no permitían a las chicas acercarse a los chicos, por
lo que el Lezginka sirvió como pretexto para que hombres y mujeres
expresaran su simpatía en el baile. La danza es una especie de juego en el cual
si un chico gusta de una chica, le hace señas de seguirlo y comienzan a bailar
a cierta distancia el uno del otro. Al final de la danza, los bailarines se
saludan entre sí. La vestimenta típica de las bailarinas del Lezginka
consiste en gabalay (vestido largo de mangas largas) y la cabeza cubierta con
un velo largo. Por su parte, el traje del bailarín es una cherkeska (especie de
túnica de lana típica del Cáucaso), así como botas de piel “ichigui”.
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