lunes, 7 de septiembre de 2020

Gule Wankulu (Malawi)



En las regiones meridionales de Malawi habita la tribu de los Chewa, siendo una de sus peculiaridades la manera simbólica en que se comunican dentro de la comunidad. Se trata de la llamada tradición secreta del Gule Wankulu, que es tan antigua como la tribu misma y practicada por los miembros iniciados de la cofradía Nyau, la cual era una sociedad secreta. 
La sociedad Chewa se caracterizaba por ser tradicionalmente matrilineal, por lo que los hombres casados tenían un papel relativamente marginal. Es por ello que el Nyau supuso un contrapeso y una solidaridad entre hombres de varias aldeas. Actualmente, los hombres de Nyau siguen siendo los responsables de la iniciación de los jóvenes en la edad adulta, representando el Gule Wankulu al final del proceso para celebrar integración de los nuevos con los adultos. Además, el Gule Wankulu se utiliza para comunicar a la comunidad con los espíritus. Esta comunidad, que está estrechamente vinculada con el arte, cuenta con talentosos artesanos que crean elaborados trajes y máscaras hechos con materiales de la naturaleza (madera, paja, etc.). cada máscara representa un espíritu y existen más de cien máscaras que representan más de cien situaciones espirituales. Estos personajes conocidos por toda la población se convierten en un lenguaje común. El juego se toma con la mayor seriedad y representa lo simbólico de la cultura. Una de las reglas del juego es creer que debajo de los trajes y máscaras no hay una persona, sino que es el mismo espíritu el que está hablando. Estos pueden vestir espontáneamente cuando creen que hay que comunicar algo. Los personajes siempre se presentan y comunican bailando. Cada espíritu es representado por una máscara y cada máscara nace de dentro de la misma comunidad en función de lo que está pasando en el momento. Es una especie de observatorio social, político y espiritual, que sirve para que, de forma comunitaria, digerir o celebrar lo que está sucediendo cuando algo nuevo llega a la comunidad, o se manifiesta algún problema que afecta a todos o varios miembros, se crea un nuevo carácter. Una nueva máscara y un nuevo traje son creados para habitarlos y danzar dentro de ellos, surgiendo personajes más recientes como el “Honda” o el “Helicóptero”.
 
El Gule Wankulu tiene su origen en el Gran Imperio Chewa del siglo XVII y ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días a pesar de los esfuerzos de los misioneros cristianos y los colonos por abolirlo. Sin embargo, se han ido adaptando algunos aspectos del cristianismo ya que los hombres chewa tienden a ser miembros de alguna iglesia cristiana. El Gule Wankulu es un método de comunicación tan antiguo como eficaz de transmitir un mensaje, que pasa a formar parte del imaginario colectivo. El espíritu de lo que quiere ser expresado entra en la persona que viste el traje, y que es tomado por una danza. La persona pasa al servicio del personaje, y con él enseña de forma simbólica, lo que representa este nuevo cambio. En ocasiones transmiten calores, como cuando un miembro de la comunidad comete un acto que infringe las leyes, se representa este espíritu para mostrar a todos lo que está pasando. Los niños se sienten muy atraídos, y se les explica lo que sucede, de modo que ellos también aprendan de la situación. Al mismo tiempo que sirve como reflexión general, puede ser entendido como herramienta de justicia social. Es un lenguaje simbólico que sirve de transmisor de la conexión con lo espiritual. Una mezcla de juego y celebración ritual cambiante y llena de significados. Vendría siendo algo así como el telenoticiero de la comunidad. Los miembros de la tribu tienen un gran respeto por esta representación y entran en la atmósfera del espíritu. Con sus estados de ánimo, algunos reaccionan con temor, otros los retan, otros danzan, otros se seducen, etc. Le dan un lugar a lo que necesitaba ser expresado y sirve como espejo. Inmediatamente se despierta algo mágico en la atmósfera cuando un personaje del Gule Wnkulu aparece con su danza alegre o inquietante, enérgica o vibrante. Dependiendo de las necesidades y los cambios que atraviesa la comunidad, se pueden llegar a crear máscaras cada día. Las hay para las cosechas, para celebrar la lluvia o para invocarla, para ciertos motivos. Por cierto, hay una con la cara de un rojo intenso que representa la llegada de los europeos. En los últimos tiempos, este ritual está siendo relegado a una simple diversión para el turismo, con la consecuente pérdida de su función y significado originales.







































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