domingo, 2 de agosto de 2020

Ethio Jazz (Etiopía)



La popularización de la increíble música popular etíope, se debe en gran parte al sello de la world music Buda Music. Este sello parisino se ha dado a la tarea de publicar una colección titulada “Ethiopiques”, la cual reúne gran parte del sonido del “Addis Swing”, Ethio Jazz y el Abyssinian Soul de los 60 y los 70, sonidos grandiosos, de una particular entre lo místico, casi tránsico, y sonidos provenientes del Latn Jazz y psicodélicos occidentales. En los 60 y comienzos de los 70, se implementó por parte del último emperador Haile Selassie, una política de apertura, que llevó muchos ritmos occidentales hasta Etiopía.
Este es uno de los países africanos más fascinantes, tanto en lo que se refiere a la música como a otros aspectos cotidianos. A pesar de sus problemas endémicos, entre los que se encuentran el hambre y la guerra, Etiopía es un laboratorio cultural increíble. Una de las mayores innovaciones de Etiopía, el Ethio Jazz, es una fusión única tradicional etíope con Jazz, Afro Funk, Soul y ritmos latinos, mostrando matices sensuales del Jazz Soul. Las raíces de la tradición del Jazz de Etiopía se remontan a la década de 1950, con Nerses Nalbandian, quien sentó una base sólida para el desarrollo de la música etíope contemporánea. De origen armenio, su familia se instaló hacia 1915 en Etiopía huyendo del genocidio turco. Nalbandian se hizo cargo como director de la Ópera Nacional y recibió el encargo del emperador Selassie, de componer música para el Teatro Nacional. Nalbandian tuvo que encontrar la manera de armonizar los sonidos locales adoptándolas a las Big Bands, sin destruir la autenticidad de la música. Ingeniosamente, Nalbandian se dedicó a resolver esta complejidad: unir las escalas únicas de la música etíope utilizando instrumentación occidental. A menudo considerado como el pionero de la música etíope moderna. Nalbandian estableció, sin lugar a dudas, la base para la evolución del Ethio Jazz.


Pero el padre del Ethio Jazz como ahora lo conocemos, fue Mulatu Astatke, quien descubrió su talento y pasión por la música durante sus estudios de ingeniería aeronáutica, lo que lo motivó a estudiar música e instrumentos clásicos en el Trinity College de Londres. Luego de trabajar con varios de los principales músicos de Jazz británicos, e inspirado por otros estudiantes africanos en Londres, quienes presentaban su música y cultura al público europeo, comenzó a querer componer y promover la música europea. Al mismo tiempo Astatke quería saber más sobre el mundo del Jazz, lo que lo llevó a seguir sus estudios en el Berklee College of Music de Boston, la única escuela de Jazz en esa época. Después de mucho pensar e improvisar, finalmente logró combinar las escalas tradicionales etíopes con las armonías e instrumentación de la música occidental, dando a luz al Ethio Jazz. Astatke estableció un cuarteto en Etiopía, grabando los álbumes Afro-Latin 1 y 2, en 1966, y Mulatu, en 1972. Mientras tanto, la década de 1970 es considerada como la Edad de Oro del país en cuanto a lo musical y la creatividad. Aunque en principio la música de Astatke fue rechazada, con el tiempo el Ethio Jazz tomó impulso, aunque su popularidad se limitó sólo a Etiopía. Aparte de Astatke hubo una serie de otros músicos influyentes que trabajaron incansablemente para transformar el paisaje musical de su país en la década de 1960. Grandes nombres que se destacaron fueron el saxofonista Gétatchèw Mèkurya, quien participó de muchas de las mayores orquestas de Etiopía; Mahmoud Ahmed, que además del Jazz incursionó en la fusión de la música de su país con el Rock occidental, y los cantantes Alemayehu Eshete y Girma Bèyènè, quienes fundaron la Alem-Girma Band. El Ethio Jazz siguió prosperó hasta que en 1974 el régimen marxista de Mengistu Haile Mariam aplastó la incipiente escena musical etíope. Considerado como una exportación occidental, gran parte de la música popular de Etiopía fue censurada, y la creación y práctica musical se limitó a las canciones patrióticas. Como resultado, muchos músicos huyeron del país o mantuvieron un perfil bajo, y como consecuencia, una generación creció con casi ningún recuerdo del Ethio Jazz




Tilahun Gessesse

Alèmayèhu Eshèté

Bizunesh Bekele

Dexter Story

Gétatchèw Mèkurya

Hailu Mergia

Mohamoud Ahmed

Muluken Melese

Tesfa Maryam Kidane




























1 comentario:

  1. Interesante...
    Aunque algunos son difíciles de comprender para un occidental como yo, muchos de los artistas merecen mi atención...

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