domingo, 30 de agosto de 2020

Ballet en Argentina



La historia del Ballet en Argentina comienza a partir del Siglo XVII. Para ello hay que remontarse a los tiempos de la dominación hispánica y con mayor precisión al establecimiento de las Misiones de los Padres de la Compañía de Jesús. 
Continuando con el período de colonización, se desarrolla la danza española con la Escuela de la Bolera. Posteriormente, desde mediados del siglo XIX, el ballet recibió la influencia francesa, italiana y rusa, hasta llegar a la creación de la Escuela de Ballet Argentino del Teatro Colón, en 1922. En el primer cuarto del siglo XIX se presentaron las primeras figuras de formación profesional y académica: los Toussaint, los Cañete y los Catón. Se presentaban divertissement, solos, danzas de carácter, dúos e inclusive mimodramas como los practicados por Felipe Catón y Carolina Rodriguez de Catón con sus ballets napoleónicos. Los Catón, llegaron a tener una compañía con 19 integrantes. Introdujeron el género de baile pantomima basado en hechos históricos, en general extraídos de la epopeya napoleónica. En 1867 se ofrecieron los primeros espectáculos coreográficos con Ballets integrales. El primer Teatro Colón, se inauguró el 25 de abril de 1857.  Allí en su primer temporada de ese año, la Compañía Francesa de Baile y Pantomima de las Hermanas Rousset, ofreció Giselle, tal vez el primer Ballet completo que se presentaba en Argentina.  Luego, llevó a escena otros grandes Ballets románticos: La Sylphide, Catarina y otros, junto a obras de Escuela Bolera. En 1860 y 1861, la Compañía Thierry, también francesa, con Celestina y Oscar Bernardelli, se constituyó en la más importante agrupación llegada hasta ese momento a Buenos Aires. Almea, La Sylphide, Esmeralda y muchos otros trabajos, conformaron el repertorio, que contó con la participación de los italianos Virginia Ferrari y Celestino De Martino. En 1903, la Compañía de Ludovico Saracco ofreció el estreno local de Coppelia de Delibes con Ida Ronzio, la serie de coreógrafos y bailarines de Italia continuó en el nuevo Teatro Colón (inaugurado en 1908).
Programa de función de Teatro (1835)
 
En 1913 y 1917, hicieron su aparición los Balletes Russes de Serge Diaghilev con Nijinsky, Karsavina, Bolm, Lopokova, Tchernychev, Cecchetti, etc. Argentina conoció entonces la estética del Ballet moderno de Michel Fokin, El fauno de Nijinsky y los primeros Ballets de Massine, lo que se constituyó en una experiencia notable para la elite cultural de Argentina. Un hecho sobresaliente en la historia del Ballet en Argentina fue cuando en 1922 comenzaron las tareas de preparación de las escuelas del Teatro Colón. Aunque previamente, ya en 1918, había actuado en el Teatro un grupo pequeño de bailarinas argentinas preparadas por el maestro Vitulli. Los trabajos de Pierre Michailowsky, Olenewa, Jakovleff, Galantha y otros artistas fueron conformando los elementos nacionales que en 1925 actuarían bajo las órdenes de Adolf Bolm en el primer espectáculo asumido por el Cuerpo de Baile del Teatro Colón: El Gallo de oro de Rimsky-Korsakov. Durante sus primeros diez o quince años, la Compañía de Ballet del Teatro Colón, el grupo académico más antiguo de América del Sur, se identificó con los artistas de la compañía de Serguéi Diáguilev: Nijinska Romanov, Smirnova, Dubrovska, Wiltzac, Scholar, Fokin, Spessiva y Lifar (1934). Las primeras bailarinas argentinas fueron: Dora del Grande, Leticia de la Vega y Blanca Zumaya; luego estaría María Ruanova con un brillante récord internacional, y Lida Martinoli se formó en la Scala de Milano. La Compañía del Teatro Colón tuvo una época de esplendor sostenida, con visitas memorables como Balanchine y Tudor, hasta que en 1971 en un accidente aéreo murieran varios de los integrantes de su cuerpo estable. Para algunos este dramático hecho determinó el comienzo de una etapa de decadencia que sin duda respondió también a otros factores propios de la época, de la problemática propia de un Teatro municipal, y de las nuevas tendencias culturales. Con tan potente comienzo la danza clásica sería importantísima en nuestro país, y tendría sus centros neurálgicos en el Teatro Colón, en el Teatro Argentino de La Plata, pero también en la Escuela Nacional de Danzas, por lo que muchos si no la mayoría de los mentores de la danza moderna tendrían una marcada formación o cultura clásica.




 
Bailarinas Rousset

Daphnis et Chloe (1959). Ballet del Teatro Colón

Esmeralda Agoglia

María Ruanova

Olga Ferri y Enrique Lommi

Antonio Truyol

Norma Fontenla y Gustavo Mollajoli

Raúl Candal

María Fux

Norma Fontenla y José Neglia

Jorge Donn

Julio Bocca

Maximiliano Guerra

Eleonora Cassano

Iñaki Urlezaga

Hernán Piquín

Paloma Herrera

Ludmila Pagliero

Herman Cornejo

Marianela Núñez

Emmanuel Vázquez




















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