miércoles, 29 de julio de 2020

Gualambao (Argentina)



El Gualambao es un género musical del nordeste argentino, más precisamente de la provincia de Misiones. A diferencia de lo que ocurre con otras músicas del folklore, se conoce la identidad de su creador, quien aún vive y declara su paternidad. Esto es algo que desafía una de las características de todo hecho folklórico: la nebulosa de sus orígenes que se pierde en el tiempo. Ramón Ayala es el padre del Gualambao, músico nacido en Misiones en 1927 y que desde su infancia conoció los ritmos de las tres fronteras (Argentina, Brasil, Paraguay). 
El nombre de Gualambao proviene de uno de los instrumentos primigenios del hombre, el arco y la flecha. El instrumento Gualambao está formado por un arco solo con una calabaza adosada en la parte inferior o central. En Paraguay, parte de Argentina y sur de Brasil, donde habitan los aborígenes de la etnia mbya-guaraní, se lo conoce con el nombre de gualambau, construido con madera de guayaibí, dura pero flexible, y se lo ejecuta presionando una varilla de madera dura sobre la única cuerda de metal que posee. El Gualambao está formado por dos ritmos de Polcas encadenados con una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular. De allí viene el espíritu de la danza, la que representa la conquista del amor. Todos los gestos tienden a atrapar la atención de la pareja en los giros con que se desplaza. Se lo debe bailar mirándose a los ojos en la ofrenda mutua. Así, en su desarrollo se produce el seguimiento, la simulación del beso, el vuelo, la propuesta, el rechazo, la huida, la ofrenda, el encuentro. Contrariamente a las danzas criollas de la región guaraní, que comprende a Paraguay y su territorio de influencias rítmicas, que están basadas en cortos paso avanzando o retrocediendo, la danza Gualambao se baila con pasos grandes hacia los costados a manera del péndulo del reloj en una suerte de hamaca del cuerpo, muy sensual. Actualmente, además de las propias interpretaciones de Ramón Ayala, existen varios músicos y poetas que trabajan en la creación de obras de este ritmo: Vicente Cidade, José Luis Larzábal, Karoso Zuetta, Miguel Viarengo, Jorge Cardoso, Jorge Fiorio, Silvio Rolón y otros, tanto en Misiones así como en otras partes del país y Brasil. 

Como sus melodías son propicias para las voces corales, el Gualambao ha sido adoptado por varios grupos sonoros de Argentina, España y Brasil, como son el Coro de la Cantoría de las Misiones, dirigido por José Luis Larzábal; el coro de la UNAM (Universidad Nacional de Misiones), y otros en Pernambuco (Brasil) y en la región vasca de España. El Gualambao, si bien ha nacido en Misiones, es Patrimonio Cultural de toda la nación guaraní, ya que es una emanación de la tierra, y la tierra no tiene fronteras. Con la intención de crear un ritmo para la tierra misionera, Ramón Ayala fue creando el Gualambao como un caudal rítmico de amplio espectro que posee la capacidad de albergar a los acontecimientos únicos de su geografía. Su primera composición lleva el nombre de “El Gualambao”, luego fueron apareciendo obras como “Canto al Río Uruguay”, homenaje al árbol flor “Lapacho” o “Alma de Lapacho”. Después, un homenaje al escritor Horacio Quiroga con el tema “Volver en un Cuento”, siguiendo con varias composiciones más como “Corochiré”; “Amanecer en Misiones”; “Comandante Guazurarí”; etc. El Gualambao viene de las voces del paisaje, lo mismo que la Baguala en la soledad de la montaña, o la Milonga en la infinitud de la Pampa filosófica. El Gualambao pretende ir desde los ocultos saltos en las profundidades de la selva a las cataratas del Iguazú, los duendes, las leyendas y mitos guaraníes en una historia de jesuitas, aborígenes, pioneros llegados del otro lado del mar en busca de El Dorado, creciendo desde la nada una provincia pujante cuya tierra es roja. Este es el espíritu del Gualambao, nacido en 1958, en el intento de expresar esta geografía y esta magia, como un latido del monte.


















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