Si hay un lugar al que sólo por su nombre sugerente habría que ir una
vez en la vida es a Cariño. Sí, Cariño existe, y está ubicado al pie del cabo
Ortegal, en la ría de Ortigueira, provincia de La Coruña (España), el extremo
más noroeste de la península ibérica. Se trata de una localidad marinera (no
podría ser otra cosa en un lugar como ese), que tiene un emplazamiento soberbio
en la costa más salvaje y bravía del mar Cantábrico.
En Cariño, como en todas
las villas marineras, el 16 de julio es uno de los días más especiales y
esperados del año. Se celebra la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.
Las gentes de mar y sus familias dedican ese día para rendir homenaje y pedir
protección para aquellos que tienen que embarcarse todos los días. Cariño
celebra ese acontecimiento con la maravillosa “Danza de Arcos”. También
se utiliza esta danza para homenajear al patrono de la localidad, en este caso,
San Bartolomé. Desde tiempos inmemoriales los marineros de Cariño rinden homenaje
a sus patrones con una danza que se compone por un número impar de hombres
ataviados con una vestimenta blanca, adornada con unos lazos de colores en su
hombro izquierdo, una banda cruzada de derecha a izquierda, que puede ser de
distintos colores, y un pañuelo floreado a la cintura. El que va delante,
denominado guía, es el encargado de sincronizar los movimientos con el último,
denominado cola. Estos dos bailarines se distinguen por llevar un mantón de
manila (lienzo cuadrado de seda decorado en vivos colores). Este baile fue
llevado a otros pueblos de Galicia, como por ejemplo, Camariñas, por gente de
Cariño que se trasladó a hacer su trabajo de marineros. A su vez, esta danza
puede verse en diversas festividades de los estados de Hidalgo, Puebla y
México. En el municipio de Acambay son realizadas por los grupos étnicos
otomíes.
Los arcos de madera adornados en forma de flor de papel, son movidos al
compás de la música, haciendo distintas filigranas y formas que tanto
caracterizan a este baile. Los distintos pasos de la Danza de Arcos se
denominan: Puente Alto, Puente Bajo, Culebrina, Caracol, Paseo Largo y Nudo.
Vinculada desde siempre a los marineros, la Danza de Arcos acompaña
inexorablemente los festejos que se celebran en la villa. Nadie conoce a
ciencia cierta su antigüedad ni su procedencia, si bien los pasos de baile
fueron transmitiéndose a lo largo de los años de manera inalterada de padres a
hijos. Casi todos los jóvenes del pueblo, en alguna época de su vida, ha
formado parte de este baile cariñés, aunque hoy en día se ha adaptado a los
tiempos que corren permitiéndose la participación femenina. Previamente a cada
celebración, los arcos de madera son engalanados por los propios integrantes de
la danza, con los más vistosos colores, formando una hermosa serpiente
multicolor. Los danzantes se colocan en dos filas indias paralelas, sujetando
cada uno su arco. Golpean sus arcos entre sí y posteriormente se realiza una
sola fila uniéndose a través de sus arcos. La fila de danzantes serpentea y
realiza cruces. El momento más emotivo llega cuando el guía es rodeado poco a
poco por los demás danzantes, creando una jaula de la que éste se liberara. Al
sonido de una banda de gaitas, los danzantes de la Cofradía de Cariño,
recorren las calles del pueblo bailando. Luego de celebrar la misa, la Virgen
del Carmen es trasladada en hombros por los marineros hasta una embarcación
ganadora de un sorteo, siendo un honor ser el agraciado. Una vez con la imagen
en el barco, este se hace a la mar hasta llegar a los acantilados del cabo
Ortegal, donde se deposita una memoria floral en memoria de todos los que
perdieron la vida en esas bravas aguas. Una vez vuelta al puerto, la Danza
de Arcos vuelve a hacer su aparición para deleitar a la multitud que
espera la llegada de la santa.
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