Los Chinegros es una danza tradicional nicaragüense de sentido
religioso que se interpreta de manera popular. en las ciudades de Niquinohomo,
Nindirí, Catarina y San Juan de Oriente del departamento de Masaya, durante las
festividades en honor a Santa Ana y Santiago Apóstol. Los danzantes se pintan
de negro, embardunándose el rostro y las manos con una pasta hecha a base de
carbón, pomada para lustrar zapatos y otros elementos, para luego danzar
alrededor de las veneradas imágenes de los santos, durante la tradicional
bajada de sus tronos.
Para entender esta danza tradicional es necesario conocer
cómo está estructurada. Hay muchas voces que difieren con respecto a su origen.
Según José Saturnino Zalazar, historiador y folklorista, el origen del baile
está en España, y representa la lucha entre moros y cristianos, pero los
indígenas adaptaron y agregaron la costumbre de pintarse la cara de negro. La
voz popular nindiriseña, en cambio, dice que blancos y negros se peleaban por
posiciones sociales, y los negros, al ganar la contienda, le prometieron a la
”abuelita Santa Ana” salir a bailar todos los años. Según el historiador
Enrique Peña Hernández, el conjunto de los Chinegros lo integra, por lo
general, diez personas. el capitán, seis negros, el caballero que maneja la
“yegüita”, y dos músicos. Actualmente, suelen ser más de treinta negros. Los Chinegros
ejecutan tres danzas: las Cañas, que es la más sencilla, en la
cual forman un arco con reglas de madera y todos pasan debajo; el Ensartado,
que es el paso más coreografiado, donde los participantes hacen movimientos de
pies y manos; y la Contienda, que es la más popular y, como bien su nombre
refiere, la violencia desempeña un papel fundamental. En ella los Chinegros
se dividen en dos bandos, escogen a su pareja y empiezan a apalearse sin piedad.
A medida que avanza la contienda, el daño de la piel se hace evidente.
Curiosamente, una yegüita es la que pone freno a la paliza. La yegüita camina
entre los contrincantes y decide cuándo es necesario separarlos para evitar que
pase algo lamentable. El poder que la yegüita ostenta, según la tradición
popular nandiriseña, se lo otorgó Dios. Cuenta la leyenda que un mozo se robó
una yegua blanca de los establos de su amo y la fue a vender. El amo, al darse
cuenta, mandó a buscar la yegua y la encontró, al igual que al mozo ladrón,
entonces amo y mozo se blandieron más de medio día en un pleito con machetes y
nadie los podía detener. Entonces la yegüita se metió en medio y logró detener
el combate. Ambos entendieron que era una señal de Dios para parar. Arrojaron
el machete y se abrazaron. El historiador Salazar dice, que el poder que
ostenta la yegüita nació de la creencia de los indios, de que San Juan
Bautista, montado en una yegua, recorría todos los pueblos vecinos. La yegüita
está representada por un bailarín con un disfraz de yegua que baila entre los
combatientes para separarlos. Las danzas se ejecutan a partir de un tambor y un
pito. El tambor es llamado Tuncún, mientras que el pito se conoce como Tatil.
Todos coinciden en que ésta ha sido la música que los Chinegros utilizaban para
sus tres danzas. Actualmente la música de viento ha sustituido a los
instrumentos indígenas. La vestimenta de los Chinegros es
rudimentaria. Tanto el Capitán como los Negros, van vestidos con trajes
corrientes, consistente en pantalón y saco, y descalzos. En la cabeza usan un
gorro de lona u otra tela fuerte, debidamente reforzada con relleno para
protegerse de los golpes. El gorro lleva ribetes de flores, con cintas colgadas
en la parte posterior. Un par de cintas gruesas de cualquier color,
entrecruzadas en su pecho, aluden al uniforme de los conquistadores. El pedazo
de madera que tiene forma de espada, es elaborado con el árbol de chaperno, ya
que posee una gran resistencia y no se quiebra con los golpes. Sin embargo,
muchos de los Chinegros actuales no llenan todos los requisitos que impone la
tradición y simplemente se lanzan a las calles con su espada de madera y una
botella de guaro.
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