Dean Reed empezó con baladas de
amor y temas de rock en los Estados Unidos pero una gira por América Latina le
cambió la vida. Eligió vivir en Buenos Aires, donde además de cantar y actuar
empezó su militancia comunista y a componer canciones de protesta. Su cuerpo
desfigurado apareció flotando en un río en Alemania Oriental. Por entonces, la Argentina llevaba cinco años
de dictadura militar y quien gobernaba el país era el tercer dictador,
Alejandro Agustín Lanusse.
Reed llevaba más de una semana detenido. Palabras
más o menos, los medios habían resumido así los hechos: “El 28 de junio por la
mañana -y luego de varios intentos frustrados de entrar legalmente al país- el
cantante norteamericano Dean Reed ingresó en forma clandestina; provenía del
Uruguay,
donde había cumplido una gira artística. Ese mismo día, por la tarde,
fue detenido por funcionarios de la división de Asuntos Extranjeros,
dependiente de la Superintendencia de Seguridad Federal. Posteriormente fue
remitido al Instituto de Detención de Villa Devoto, donde lo alojaron en el
pabellón de contraventores, quedando a disposición de la Dirección Nacional de
Migraciones”. Casi medio siglo después, la noticia puede resultar enigmática.
¿Por qué la dictadura de Lanusse no dejaba entrar al país a un cantante
norteamericano de rock? ¿Por qué, a pesar de eso, el músico había intentado
violar la prohibición y terminado preso en Devoto? ¿Por qué no permitían que lo
entrevistaran? ¿Por qué lo iban a expulsar de la Argentina? Pero en 1971 esa
detención, si bien causó revuelo, no sorprendió. Dean Reed, que había brindado
shows como músico y también había sido actor durante varios años en la
Argentina. Sin embargo, tenía prohibido entrar al país desde 1968, cuando la
recién instalada dictadura de Juan Carlos Onganía lo había “invitado” a irse.
No lo habían expulsado del país por sus recitales en vivo, ni por sus shows en
programas populares como Sábados Continuados o Ídolos de la Juventud -los dos
por el Canal 9 de Alejandro Romay- sino por sus “indeseables” posiciones y
declaraciones políticas. Porque Dean Reed, además de rockero era comunista.
Tanto que se lo conocía como “El Elvis Rojo”. Dean Cyril Reed había nacido el
22 de septiembre de 1938 en Lakewood, Colorado (Estados Unidos). Estudió
meteorología pero le tiraba mucho más la música que los fenómenos climáticos,
de modo que en 1958 se instaló en California, donde empezó a participar en
recitales con otros cantantes y bandas. Se hizo bastante conocido. Tenía buena
voz, era un tipo que resultaba atractivo y su manera de moverse en el escenario
lo emparentaba con el máximo ídolo musical de la época, Elvis Presley.
La
discográfica Capitol Records creyó encontrarle pasta de estrella, lo contrató y
lo lanzó con dos discos simples –“I kissed a Queen” y “Our summer romance”– que
tuvieron éxito. También lo hizo participar en varias telecomedias televisivas.
A principios de los ’60 las cosas no le iban mal, pero estaba claro que nunca
llegaría a ser una súper estrella del espectáculo. Si se quedaba en los Estados
Unidos sería uno más entre muchos otros. En cambio, algunos de sus temas se
habían convertido en éxitos en el sur del continente e incluso Our summer
romance estaba en los primeros puestos de los rankings de Chile y la Argentina.
Decidió probar suerte con una gira por Perú y Chile, con un éxito sorprendente:
llenó estadios y los canales de televisión se peleaban por tenerlo en sus
programas de espectáculos. Además, Latinoamérica le gustaba, tanto como para
quedarse. Volvió a los Estados Unidos donde grabó una doble versión-en inglés y
en castellano- de La Novia, el gran éxito del chileno Antonio Prieto, figura de
El club del clan, programa emblemático del Canal 13. En 1962, Reed se radicó en
Chile y empezó a estudiar español. Esa decisión le cambió la vida. En Chile se
transformó en ídolo. Además de grabar varios álbumes, Reed dio conciertos en
vivo, participó en películas e incluso se lanzó una serie de fotonovelas con él
como principal galán. También se vinculó con artistas y músicos chilenos.
Conoció a Pablo Neruda y se hizo amigo de Víctor Jara, cuyas canciones de
protesta no sólo lo sedujeron, sino que lo llevaron a seguir con atención la
realidad política de la región. Cada tanto cruzaba la cordillera para
presentarse en la Argentina, donde daba recitales multitudinarios y se
presentaba en los llamados “programas ómnibus” de la época, acompañado por una
banda de músicos locales, “Los Dominantes”.
Com si amogo Horacio Guarany
En Buenos Aires conoció a los
músicos de la llamada “Nueva Ola” pero también con figuras del folklore de claras
posiciones políticas, como Horacio Guarany. En la segunda mitad de 1964 gobernaba
el radical Arturo Illia, Dean Reed viajó una vez más a la Argentina, esta vez
para radicarse en Buenos Aires. Canal 9 le había ofrecido un contrato de
exclusividad que lo comprometía a grabar una telenovela y a participar en el
programa más exitoso de la emisora. También tenía un contrato para participar
de Ritmo nuevo y vieja ola y Mi primera novia -protagonizada por Palito
Ortega-, dos películas de Enrique Carreras. Las grabaciones y actuaciones en
vivo -donde hacía furor con su versión de La Bamba- no fueron obstáculo para
que continuara con su actividad política. Fue por entonces cuando se vinculó
con el Movimiento de Paz, dirigido por el escritor Alfredo Varela, y empezó a
hacer declaraciones públicas y participar en manifestaciones contra la
intervención norteamericana en Vietnam. Lo que Dean Reed no sabía es que por su
participación en el Movimiento de Paz -que había sido distinguido con el Premio
Lenin por la URSS- los servicios de inteligencia argentinos lo tenían
catalogado como “agente soviético”. Cuando el 28 de junio de 1966 un golpe de
Estado derrocó a Arturo Illia y puso en la Casa Rosada al dictador Juan Carlos
Onganía, el “Elvis rojo” fue uno de los primeros detenidos y pocos días después
fue expulsado del país. Eligió como destino la República Democrática Alemana. En
1970 decidió volver a Chile con un objetivo preciso: apoyar la campaña a la
presidencia del candidato socialista Salvador Allende, quien lo invitó a la
Casa de la Moneda, apenas asumió la presidencia. El 11 de septiembre de 1973,
el golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet instaló la
dictadura en de Chile. Una de las víctimas asesinadas en el Estadio Nacional de
Fútbol en los primeros días posteriores al golpe fue Víctor Jara, por quien
Dean Reed sentía una enorme admiración y un cariño entrañable. A manera de
homenaje, el “Elvis rojo” decidió producir una película contando su vida, que
dirigiría y protagonizaría él mismo, El Cantor.
La estrenó en el Festival de
Cine de La Habana en 1978, pero resultó un fiasco: estaba llena de búlgaros
rubios haciendo de chilenos y cantando consignas en alemán. Y Reed, en el papel
de Víctor Jara, seguía pareciéndose mucho más a Elvis Presley que al músico
chileno. “La película era terrible. Era Dean Reed haciendo la revolución solo
(…) Él usufructuó de una historia muy trágica para lucirse. Me dio
furia"”, se quejó Joan Turner, la viuda de Víctor Jara, en una entrevista
que le dio a la revista The Clinic después del estreno. Al mismo tiempo, desde
Alemania Oriental, donde tenía su residencia permanente, Reed emprendió una
fuerte campaña contra la dictadura de Augusto Pinochet. En 1983, incluso, viajó
a Chile y se llegó a dar dos recitales casi clandestinos. Comenzó cantando sus
populares canciones de rock & roll, pero luego siguió con Venceremos, el
himno de la Unidad Popular. La dictadura de Pinochet lo detuvo y lo expulsó, no
sin antes torturarlo. Después de su aventura chilena, Reed volvió brevemente a
los Estados Unidos, donde fue entrevistado en 60 Minutos, el programa de mayor
audiencia del país. Allí defendió la política exterior de la Unión Soviética y
criticó duramente al presidente Ronald Reagan. Llegaron miles de mensajes a la
producción del programa, insultándolo. Volvió a Berlín. El 16 de junio de 1986,
cuando estaba a punto de comenzar el rodaje de una nueva película, su cuerpo
-con el rostro desfigurado- apareció flotando en las aguas del lago Zeuthner
See, cerca de su casa en Berlín Oriental. Hacía cuatro días que nadie tenía
noticias de él. Su muerte fue catalogada como “accidental” por la policía y la
investigación se cerró rápidamente. Ni su hija mayor, Ramona, ni los amigos más
cercanos del “Elvis rojo” jamás aceptaron esa versión. Siempre sostuvieron que
se trató de un asesinato cometido por la CIA.
Con antonio Carrizo en 1965
Con Palito y Evangelina Salazar en Mi primera novia
En "Mi primera novia" con Evangelina Salazar
Reed fue detenido cuando quemó una bandera frente a la embajada de los EEUU en Chile
Con Salvador Allende
En la tapa Radiolandia en 1965
Reed también fue tapa de la popular revista Antena
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