El Rock está lleno de rituales, ceremonia que se han convertido en
parte de nuestra cultura, algunas más antiguas que otras, pero todas igual de
míticas. Todo género musical tiene un baile y todo baile tiene un aura de
ritual. El movimiento del cuerpo al compás de la música era algo que induce a
la gente a un trance. El baile es una expresión de felicidad, el desenfreno, la
emoción. Una danza de seres malolientes que saltan, se empujan y vibran
descontrolados por el ritmo de la música estruendosa.
Un espectáculo totalmente
salvaje que encuentra a la naturaleza humana en su estado más puro. Es hora del
Pogo,
también conocido como Mosh, Slam o Agite.
El Pogo
es una de las costumbres más difundidas y cotidianas en el ámbito de los conciertos
de Rock
en vivo. Puede que parezca extraño que algo tan básico como saltar sin control
tenga su historia, pero la tiene. El Pogo tiene sus inicios en el Punk
y algunos atribuyen su invención a Simon John Ritchie (Sid
Vicious), bajista de Sex Pistols, durante un concierto de
la banda antes de formar parte de la misma. En la escena Punk de entonces, la
mayoría de los locales pequeños poseían escenarios improvisados o directamente
no los tenían, por lo que los grupos tocaban al mismo nivel del público. En un
recital en el 100 Club, un legendario local de Oxford Street (Londres), Vicious
no podía ver nada y empezó a saltar para ver a la banda, empujando bruscamente
y dando golpes, a los integrantes del Bromley Contingent, un grupo de
jóvenes del barrio de Bromley y que asistía a todos los recitales de Sex
Pistols en los comienzos de la banda, quienes siempre estaban al frente
y a los que Vicious odiaba. Mientras Sid se abría paso hacia la primera
fila, repartiendo empujones al ritmo de “Anarchy in the U.K.”, el público
empezó a reaccionar del mismo modo. Naturalmente, con el tiempo, este ritual
fue evolucionando, adquiriendo otros significados y haciéndose costumbre tanto
en el Punk como en otros géneros.
Aunque no lo parezca, el Pogo es técnicamente un baile. Así
lo definen los diccionarios de Oxford y Merrian Webster, dos de los más
consultados en el Reino Unido, que incluyen el término dentro de sus
definiciones. “Pogo (baile): saltar hacia arriba repetidamente, siguiendo la
música, como se hace en los conciertos de Punk Rock”, dice el diccionario
Oxford. Según la cantante Debbie Harry, de la banda Blondie,
viene del juguete “poco stick”, o bien “pogo saltarín”, ya que el baile imita
el salto de dicho juguete. La primera patente del artefacto es de 1920. Sus
inventores fueron los alemanes Max Pohlig y Ernst Gottschall, quienes para
nombrar a su creación unieron la primera sílaba de sus apellidos. Hay quienes
dudan que Vicious haya sido el inventor del baile, ya que lo consideran
una fuente poco confiable. El Pogo, dicen, puede rastrearse en
diferentes géneros y movidas, y hasta existe una tribu en Kenia que realiza un
baile similar: ”el Salto Masai”. En realidad, el origen del Pogo
es incierto, aunque en su forma moderna se popularizó en los shows de Sex
Pistols. A raíz de este tipo de baile surgieron variantes como la que
se conoce con el nombre de “Wall of death”, que consiste básicamente, en que
los participantes se dividan en dos mitades y cuando los músicos lo indiquen,
choquen los de un bando con los del otro Pogo. Si bien no existe un “Manual
del Pogo”, hay algunos puntos a tener en cuenta: * No dar golpes a propósito en
la cara, aunque a veces se escape un puño a la nariz; * Si alguien se cae, hay
que levantarlo como sea, así toque parar la ronda; * Si se está muy cansado o
quiere bajarse el ritmo, lo mejor es alejarse del centro; * No hay que
molestarse, si no les gusta que les peguen, no se metan; * A todo herido hay
que sacarlo. Más que incitar a la violencia, el Pogo es una forma de
liberar emociones, tensiones y estrés. Se trata de un trance en el cual el
objetivo es disfrutar y pasarlo bien, más allá de la creencia que consiste
únicamente en lanzar patadas y puños a lo loco. Es una fiesta de hermandad
donde se levanta al caído y se lo invita a continuar.
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