El Himno
Nacional Argentino, es la canción patriótica de Argentina. La letra
pertenece a Vicente López y Planes, y la música es de Blas Parera. La Asamblea
Constituyente, lo oficializó en 1813. Sin embargo, la versión del
himno, que se conoce actualmente, es el arreglo de 1860, realizado por Juan
Pedro Esnaola. El nombre de Himno Nacional Argentino, se comenzó
a usar en 1847. Nuestro Himno Nacional, es uno de los
símbolos patrios, junto a la escarapela, el escudo y la bandera. La historia
del Himno
Nacional Argentino, se remonta a 1812.
Más precisamente, se trata de lo que ocurrió durante la noche del 24 de mayo de ese año. En esta oportunidad, se representaba en la Casa de Comedia, frente a la Iglesia de la Merced, el melodrama de Ambrosio Morantes. La obra se titulaba "El 25 de Mayo", y tenía música de Blas Parera. Durante la representación, se veía al pueblo en la plaza cantando un himno a la libertad. Vicente López y Planes espectador en la velada teatral, se sintió conmovido. Luego, motivado por el recuerdo y el fervor patriótico compuso algunas estrofas. Pero, Vicente López, no fue el único impactado por la presentación teatral. También, motivó a la Asamblea. Entonces, ésta, comunicó al Cabildo sobre la conveniencia de contar con una marcha patriótica. Esta canción sería entonada en escuelas y espectáculos públicos. Así es como, el Cabildo encarga a Manuel José García, la gestión de una marcha patriótica. García encomienda el trabajo a fray Cayetano Rodríguez. Sin embargo, también, comisiona al mismo tiempo, a su amigo, poeta y cabildante Vicente López y Planes, la realización de la letra para dicha marcha patriótica. Nuestro Himno Nacional no fue la primera ni única opción que tuvimos: tres canciones patrias habían fracasado en el intento de convertirse en Himno Nacional. La primera de ellas en 1810, una marcha patriótica con letra de Esteban de Lucas, y otra en 1812, de Saturnino de la Rosa, ambas con música de Blas Parera. Ninguna despertó el entusiasmo del Cabildo, por lo que en el mismo año se encargó una tercera a fray Cayetano Rodríguez. Este himno fue interpretado por algún tiempo pero resultaba tedioso y los estudiantes lo cantaban sólo una vez por mes.
Más precisamente, se trata de lo que ocurrió durante la noche del 24 de mayo de ese año. En esta oportunidad, se representaba en la Casa de Comedia, frente a la Iglesia de la Merced, el melodrama de Ambrosio Morantes. La obra se titulaba "El 25 de Mayo", y tenía música de Blas Parera. Durante la representación, se veía al pueblo en la plaza cantando un himno a la libertad. Vicente López y Planes espectador en la velada teatral, se sintió conmovido. Luego, motivado por el recuerdo y el fervor patriótico compuso algunas estrofas. Pero, Vicente López, no fue el único impactado por la presentación teatral. También, motivó a la Asamblea. Entonces, ésta, comunicó al Cabildo sobre la conveniencia de contar con una marcha patriótica. Esta canción sería entonada en escuelas y espectáculos públicos. Así es como, el Cabildo encarga a Manuel José García, la gestión de una marcha patriótica. García encomienda el trabajo a fray Cayetano Rodríguez. Sin embargo, también, comisiona al mismo tiempo, a su amigo, poeta y cabildante Vicente López y Planes, la realización de la letra para dicha marcha patriótica. Nuestro Himno Nacional no fue la primera ni única opción que tuvimos: tres canciones patrias habían fracasado en el intento de convertirse en Himno Nacional. La primera de ellas en 1810, una marcha patriótica con letra de Esteban de Lucas, y otra en 1812, de Saturnino de la Rosa, ambas con música de Blas Parera. Ninguna despertó el entusiasmo del Cabildo, por lo que en el mismo año se encargó una tercera a fray Cayetano Rodríguez. Este himno fue interpretado por algún tiempo pero resultaba tedioso y los estudiantes lo cantaban sólo una vez por mes.
Algunas
versiones señalan el escaso vuelo lírico de fray Cayetano Rodríguez y
otras, que lo incruento de la Revolución de Mayo y los escasos
triunfos épicos no fueron suficientes para inflamar la prosa patriótica del
franciscano. De pronto, en 1813 y por primera vez, fue contenido un ejército
realista. Belgrano venció en Piedras, Salta y Tucumán. Rondeau triunfó en
Cerrito y San Martín, en San Lorenzo. Ante todo esto el texto de fray Cayetano
Rodríguez había envejecido sólo un año y era necesaria otra canción que
reflejara esa efervescencia triunfalista. El 6 de marzo de 1813 la Asamblea
General Constituyente convocó por cuarta vez a la creación de un himno
y los asambleístas fray Cayetano Rodríguez y Vicente
López y Planes prepararon, cada uno por su lado, un nuevo texto.
Durante la sesión del 11 de mayo, López y Planes obtuvo la aprobación
unánime de la asamblea. A juzgar por su múltiple participación en todos estos
proyectos, Blas Parera era uno de los pocos músicos dotados en la ciudad o
al menos el mejor relacionado. Esto último no era difícil, ya que era el
maestro preferido para enseñar música a las niñas de las familias patricias. De
allí en más el Himno Nacional tuvo varias modificaciones, suavizando acordes,
suprimiendo estrofas que ofendían a la madre patria y reduciendo su extensión a
sólo la primera y última cuartetas más el coro. Este corte abrupto explica la
repetición de la palabra “trono” al final de la primera cuarteta y el principio
de la siguiente. Entre las primeras memorables ejecuciones, está la
interpretación por el coro de niños de la Escuela de Rufino Sánchez en la Plaza
de la Victoria, al pie de la Pirámide Mayo. La historia de nuestro Himno no
estaría completa sin hablar de Juan Pedro Esnaola, porque las
partituras que dejó Blas Parera se perdieron por mucho tiempo. Los acordes de
nuestro himno pudieron ser reconstruidos gracias a la memoria de Esnaola,
quien frecuentaba las tertulias de Mariquita Sánchez, la misma donde se
escucharon los acordes del Himno en una de sus primeras ejecuciones.
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