El Pansori, conocido también como Ópera Coreana, es una
forma de canto narrativo y una tradición popular interpretada por un cantante.
Se caracteriza por su canto expresivo, su discurso estilizado, su repertorio de
narrativas y gestos. Abarca tanto a la cultura de elite como a las clases
populares. Durante las actuaciones, que pueden durar hasta 8 horas, el
escenario es compartido por dos músicos: un cantante masculino o femenino (sorikkun)
acompañado por quien toca el tambor (gosu).
El cantante cumple el papel principal, además de ser el narrador y quien cuenta las historias, hace las voces de los diferentes personajes. El intérprete del tambor buk, además de realizar el desarrollo de la historia con diferentes patrones rítmicos, interviene haciendo pequeños comentarios a lo largo de la interpretación y emitiendo gritos de aliento para que la representación sea aún más emocionante. El cantante improvisa sobre textos que combinan expresiones literales rurales y eruditas. El término Pansori se deriva de la palabra “pan”, que en Corea significa “un lugar donde se reúnen muchas personas”, y “sori” (canción). El Pansori nació en el suroeste de Corea en el siglo XVII, a mediados de la Era Joseon (1392-1910), cuando la cultura popular comenzó a desarrollarse. Probablemente surgió como una nueva expresión de los cantos narrativos de los chamanes. No es fácil precisar quién lo creó o en qué año, ya que comenzó como una tradición oral, continuada por artistas profesionales. Durante la Era Joseon, los artistas eran considerados como modestos campesinos, lo que explica el motivo por el cual el Pansori permaneció en el círculo de la plebe.
El cantante cumple el papel principal, además de ser el narrador y quien cuenta las historias, hace las voces de los diferentes personajes. El intérprete del tambor buk, además de realizar el desarrollo de la historia con diferentes patrones rítmicos, interviene haciendo pequeños comentarios a lo largo de la interpretación y emitiendo gritos de aliento para que la representación sea aún más emocionante. El cantante improvisa sobre textos que combinan expresiones literales rurales y eruditas. El término Pansori se deriva de la palabra “pan”, que en Corea significa “un lugar donde se reúnen muchas personas”, y “sori” (canción). El Pansori nació en el suroeste de Corea en el siglo XVII, a mediados de la Era Joseon (1392-1910), cuando la cultura popular comenzó a desarrollarse. Probablemente surgió como una nueva expresión de los cantos narrativos de los chamanes. No es fácil precisar quién lo creó o en qué año, ya que comenzó como una tradición oral, continuada por artistas profesionales. Durante la Era Joseon, los artistas eran considerados como modestos campesinos, lo que explica el motivo por el cual el Pansori permaneció en el círculo de la plebe.
Hacia finales del siglo XIX, los aristócratas comenzaron a interesarse
por el Pansori por lo que adquirió su contenido literario más
sofisticado y gran popularidad entre la élite urbana. Los escenarios,
personajes y situaciones del universo Pansori tienen sus raíces en la
Corea de la Era Joseon. Los cantantes deben someterse a un largo y riguroso
entrenamiento para dominar los diversos timbres vocales y memorizar el
repertorio complejo. Muchos virtuosos han creado estilos interpretativos
personales y son reconocidos por su forma particular de realización de
episodios específicos. Aunque el Pansori es uno de los géneros más
prominente entre las artes escénicas tradicionales<, ha perdido mucho de su
carácter espontáneo original. Irónicamente, esto se debe al proceso de
conservación, ya que la improvisación se tiende a quedar relegada por el
creciente número de textos escritos. De hecho, hoy en día pocos cantantes
pueden improvisar y el público contemporáneo es menos receptivo a la
creatividad y al lenguaje tradicional del Pansori improvisado. Originalmente
había doce cantos, pero a la fecha sólo se conservan cinco, que reciben el
nombre de “madang”, una palabra que literalmente significa “patio”, pero que
conlleva fuertes lazos con los cantos folklóricos tradicionales. En pocas
palabras, el Pansori es considerado como una forma de arte tradicional.
Existen algunas variantes regionales del Pansori: Dongpyeonje, con un
carácter vocal fuerte; y el Seopyeongje, de semblante suave y
triste. Los cantos del Pansori no tienen notas ni escritura
musical y son transmitidos por tradición oral del maestro al alumno. Por lo
tanto, cada alumno, aún teniendo un mismo maestro, le da su propia
característica particular.
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