En un mismo día, la ciudad de Geraardsbergen (Bélgica), celebra dos
veces: el Krakelingen
(lanzamiento de panes), y el Tonnekensbrand (la fiesta del
fuego). La cuenta más antigua de la ciudad, de 1393, ya menciona los gastos por
el Tonneknsbrand,
en aquel entonces ya descrito como una vieja costumbre. Los días precedentes a
la fiesta, los comerciantes adornan sus vidrieras, panaderos hornean panecillos
especiales en forma de anillos llamados Krekelingen, y los maestros narran a
sus alumnos el relato que explica los orígenes de la fiesta ritual. El día de
la fiesta, a las 3 de la tarde, sale desde la Iglesia de Hunnegem (un barrio de
la ciudad alrededor de un monasterio), un desfile histórico y etnográfico, una
representación colorida de la historia de Geraardsbergen. La primera fila se compone por autoridades religiosas y
civiles de la ciudad, en trajes históricos. Los aproximadamente mil
participantes son voluntarios de escuelas y asociaciones locales, que se
comprometen anualmente a la representación del desfile. Este representa eventos
históricos (elementos celtas y la derrota de Geraardsbergen contra el ejército
del Conde de Flandes), en sintonía con el cuento popular sobre el origen de la
fiesta. La historia popular desde comienzos del siglo XIX refiere al supuesto
origen de la fiesta de la siguiente manera. En 1381 la ciudad de Geraardsbergen
fue rodeada por las tropas de Walter de Edingen y amenazada por el hambre.
Entonces se habría ideado la estrategia siguiente para liberar el sitio: echar
por encima de la muralla de la ciudad los últimos restos de pan y arenques,
considerados como “símbolo de la abundancia”, y los sitiadores al ver esta
supuesta abundancia, habrían levantado el sitio. Desafortunadamente para la
ciudad, esto no fue así, y en pocas horas fue destruida por las tropas
atacantes. Sin embargo el cuento sigue vivo.
Al final del desfile, los druidas, las autoridades religiosas y civiles,
los portadores de panes y miles de espectadores, suben al Oudenberg (montaña
vieja). Acompañados por los miembros del Ayuntamiento, el decano de la iglesia
reza a Nuestra Señora de la Capilla de la Montaña Vieja. Mientras tanto la
multitud busca una buena posición para poder atrapar los panes. Antes de poder
lanzar los 10000 panes, las autoridades beben un pequeño pez vivo de una copa
de vino, creada hace 400 años. Al lanzarse los panes a la multitud, uno de
estos panes contiene una nota que da derecho al “Krakeling de Oro”, una joya
única en forma del famoso pan, que cada año es diseñada por uno de los joyeros
locales. Después del lanzamiento, se puede celebrar algunas horas en la feria
de la ciudad. A las 20:00 se lleva a cabo el Tonnekensbrand,
encendiendo en la cima de la montaña, un tonel de paja para ahuyentar al
invierno y dar la bienvenida a la primavera. Algunas comunidades cercanas
“contestan” el Tonnekensbrand con un fuego más pequeño. En la cima de la
montaña se distribuyen antorchas a los espectadores, que entonces llevan el
fuego a la plaza del mercado en el centro de la ciudad. La doble celebración
incluye elementos cristianos (el papel del sacerdote) y pre cristianos (el fuego,
los peces vivos, el pan redondo, la fecha). Los elementos pre cristianos datan
probablemente de la época celta. El Krakeling es un pequeño pan redondo de 10
centímetros de diámetro, con un agujero similar al de una rosquilla. Esta forma
refiere a un pan de culto, simbolizando el ciclo de las estaciones o de la
vida. El Tonnekensbrand forma parte de una tradición pre cristiana de
fuego y simboliza el final del invierno, el regreso de la luz y de la vida.
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