El Silbo Gomero es un lenguaje silbado, practicado por algunos
habitantes de La Gomera, en Canarias (España). El Silbo fue creado por los
guanches, primeros habitantes de las islas, y “hablado” también en El Hierro,
Tenerife y Gran Canaria. Cuando los primeros conquistadores europeos llegaron a
La Gomera en el siglo XV, los habitantes de las islas ya se comunicaban mediante
el lenguaje silbado y que ha pervivido hasta nuestros días. Como sucede con
casi todo lo referido a los pobladores prehispánicos de las Islas Canarias, en
las explicaciones acerca del origen del Silbo Gomero, se funden historia y
leyenda. En realidad, ambas son distintas maneras de narrar los mismos hechos.
El lenguaje silbado de La Gomera no es el único de esta característica que
existe en el mundo, pero sí el utilizado por el mayor número de personas, el
que representa a una comunidad más amplia y el que goza de mayor protección
legal para su salvaguarda. Una leyenda habla del castigo que los romanos
habrían impuesto a una tribu rebelde del norte de África, cortando la lengua de
todos ellos y desterrándolos al actual archipiélago canario. En cualquier caso,
el origen norafricano de los primeros pobladores de las Canarias, llegados a
las islas hacia finales del neolítico, unos 2500 años Ac, parece aceptado por
la mayoría de los especialistas. La posibilidad de que durante esta, o
posteriores migraciones, el Silbo fuese llevado por gente del Medio o Alto
Atlas, no ha podido ser aún demostrada, aunque se está investigando en ese
sentido. Lo que sí está sobradamente documentado es que a la llegada de los
conquistadores europeos a La Gomera, los habitantes de la isla se comunicaban
mediante el lenguaje silbado. Los últimos guanches adaptaron el Silbo
al castellano a medida que su idioma se extinguía.
El Silbo Gomero se convirtió en el lenguaje empleado por los campesinos
para transmitirse órdenes desde el fondo de los valles hasta lo alto de los
bancales que fueron construyendo en la parte alta de los barrancos, para enviar
noticias de una población a otra, para convocar a la población dispersa de los
caseríos; en fin, para todo lo relacionado con la vida cotidiana y con sucesos
excepcionales. Durante las épocas de represión padecidas en la isla en la
Guerra Civil, el Silbo Gomero fue empleado como un lenguaje secreto. Según
estudios, el lenguaje silbado emplea seis sonidos, dos de ellos denominados
como vocales y los otros cuatro como consonantes, pudiendo expresarse más de
4000 conceptos o palabras. Según otros expertos, los silbadores y también los
no silbadores, identifican claramente las cuatro vocales silbadas distintivas:
a, e, i, o. No se diferencia por lo tanto la “o” de la “u” en el Silbo,
y de hecho, ya se confunden mucho en la forma de hablar el castellano en La
Gomera. Como ocurre en otras formas silbadas de lenguajes tonales, el Silbo
funciona manteniendo aproximadamente la articulación del habla ordinaria, de
forma que “las variaciones del timbre del habla, aparecen como variaciones del
tono”. Las vocales se indican con tonos planos. Debido al peligro de
desaparición del Silbo, a principios del siglo XXI, básicamente a causa de las
mejoras de las comunicaciones y especialmente de la desaparición de actividades
como el pastoreo en la que más se empleaba, el gobierno canario reguló su
aprendizaje en las escuelas y declaró al Silbo Gomero como Patrimonio
Etnográfico de Canarias en 1999. Así mismo, en 2009, ha sido inscripto
por la UNESCO en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad.
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