Gnawa o Gnaoua es el nombre que reciben en Marruecos y otros lugares
del Magreb (países musulmanes del norte de África), los miembros de una serie
de cofradías místicas musulmanas caracterizadas por su origen y por el uso de
cantos, danzas y rituales sincréticos como medios para llegar al trance. La
palabra Gnawa es plural y su singular es Gnawi. El término se refiere también
al estilo musical de reminiscencias sub-saharianas practicado por estas
cofradías o por músicos que se inspiran en ellas. Es uno de los géneros
principales del folklore de Marruecos. Habitualmente se piensa que la palabra
Gnawi procede de la palabra Guinea, por ser ésta región de África el lugar de
procedencia de los primeros Gnawa. En realidad ambos términos proceden de
Ignaw, que en la lengua hablada en la región del Sus, en el sur de Marruecos,
significa “mudo”. Los bereberes del Sus se referían de éste modo a los esclavos
negros a causa de que hablaban idiomas incomprensibles para ellos. El término pasó
a la lengua árabe coloquial del Magreb como modo de designar a los negros en
general, y también se utilizó para referirse a la región de la que procedían
los esclavos que llegaban a Marruecos. Los Gnawa son descendientes de los
esclavos negros que los gobernantes árabes y bereberes de los actuales
Marruecos y Argelia, especialmente el primero, capturaron en diferentes
regiones del África occidental, destinándolos a ser parte de sus ejércitos y
para la construcción de ciudades y fortalezas. Una leyenda atribuye al sultán
Ahmed Ad-Dahbi, la captura y traslado a Marruecos de los primeros Gnawa tras la
conquista del imperio Shangai en 1591, pero lo cierto es que el tráfico de
esclavos existía desde hacía siglos. Los Gnawa tienen antepasados de
procedencia diversa como lo demuestra su vocabulario que conservan en sus
canciones. Con el tiempo los esclavos se convirtieron al Islam pero mantuvieron
algunas de sus creencias y rituales, en particular los ritos de trance y
posesión, algo similar a los cultos afroamericanos como el candomblé, la
santería o el vudú.
Los Gnawa son
arabo hablantes, en países en los que coexiste el árabe con varias lenguas
bereberes. Según los propios Gnawa, hasta hace unas décadas todavía existía
entre ellos quienes eran capaces de hablar la lengua de sus antepasados
esclavos. Sus canciones contienen gran número de vocablos y expresiones no
árabes, que han sido identificadas por los estudiosos como pertenecientes a
diferentes lenguas africanas y hacen referencia a las etnias o lugares de
origen de esos primeros esclavos. La palabra Bambara, que a veces se usa para
designar la lengua de sus antepasados, da nombre también a un tipo de canto en
particular. Los Gnawa practican el trance hipnótico por medio de su música y
unos bailes que evocan a los santos protectores, a los que se les atribuye
poder para expulsar a los demonios y curar determinadas enfermedades. En
Marruecos se piensa que los Gnawa son especialistas en sanar las picaduras de
escorpión y los desórdenes mentales gracias a esa intercesión. En Marruecos el
ritual de posesión es conocido como Lila, mientras que en Argelia, como Diwan.
Los instrumentos musicales que utilizan son el Gembri o Sintir,
un instrumento de tres cuerdas y sonido de bajo; el Tbel o tambor, que se
toca con la ayuda de un palo corvo, y las Qraqeb, unas características
castañuelas de metal. La música es muy rítmica y se caracteriza por un canto
dialogado en el que una voz principal realiza invocaciones y es respondida por
el coro, sobre una melodía sencilla acompañada por palmas. Los bailes son
también muy rítmicos. Los participantes suelen mover la cabeza describiendo
círculos, movimiento que se contagia al resto del cuerpo, dando entonces
vueltas sobre sí mismos al tiempo que se ponen en cuclillas y siguen girando.
De éste modo consiguen entrar en trance. La música Gnawa se ha
internacionalizado gracias a músicos occidentales como Bill Laswell, Adam
Rudolph o Randy Weston, que la han incluido en sus composiciones. Como
producto de ese interés exterior, la producción musical Gnawa se ha
incrementado en la última década del Siglo XX, son fusiones destinadas a un
público más amplio y lejos de lo místico-religioso, con Hassan Hakmoun como el
más destacado músico Gnawa en Marruecos, o el grupo Gnawa Difussion en
Francia.
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