La Chilena
es un género musical mexicano de la región de la Costa Chica, zona limítrofe
entre los Estados de Oaxaca y Guerrero, aunque su influencia se extiende a
otras regiones cercanas del país. Su nombre es precisamente tomado de algunas
importantes tradiciones musicales sudamericanas, que llegaron por medio de
quienes migraban, desde Chile y Perú, pasando por los puertos de Acapulco,
Guerrero, Puerto Ángel, Huatulco y Puerto Minizo, en el auge de la fiebre del
oro de California.
En otros estados mexicanos, así como en EEUU, la Chilena
llegó a implementarse como un género musical más, esto debido a las migraciones
en masa de los pobladores de las zonas antes mencionadas. La Chilena está
emparentada con la Cueca chilena, la Zamba argentina y la Zamacueca y la Marinera
peruanas, además de géneros mexicanos como el Son calentano, Son de Tarima de
Tixlla y Son de artesa. Aunque la Chilena lleva en su nombre un indicio de sus
orígenes, se trata de un género que nació de la mezcla de la música aportada
por los marineros chilenos con las tradiciones mestizas de la región suriana de
México. La Chilena surgió específicamente en lo que hoy es la Costa Chica de
Oaxaca, sin embargo se expandió rápidamente en los Estados de Guerrero y
Oaxaca. El son se fue difundiendo mientras incorporaba, asimilaba y
reinterpretaba bastas influencias de ritmos, armonías, estilos y melodías de
origen mestizos, indígenas y afromestizos. Se difundió y regionalizó, al mismo
tiempo que amalgamó un nuevo tipo de son particular.
Moisés Ochoa
Ocampo documentó la llegada de la Chilena al puerto de Acapulco, con 105
marineros de la Armada de Guerra chilena que arribaron en 1822. El general
O’Higgins envió la flota a México en apoyo a los insurgentes en la Guerra de la
Independencia, pero el arribo se dio a escasos días de la derrota del gobierno
colonial. Los marineros chilenos se sumaron a la fiesta callejera generalizada
en el lugar, bailando sus propias danzas, entre ellas la Cueca. Una Chilena
tradicional consta de varias partes, alternando los solos instrumentales con
las coplas cantadas, que suelen ser cuartillas con rimas alternadas entre el
segundo y cuarto verso. Al final del cuarteto se incluye un estribillo que
puede ser de dos a cuatro versos. La temática es muy variada: existen Chilenas
que describen la región geográfica pero también abundan las de temática
amorosa. Generalmente, los letristas introducen mensajes que pueden tener un
doble sentido o una fuerte carga social. La Chilena tradicional se tocaba con
instrumentos de cuerda pero esto se modificó con la incorporación de las bandas
de instrumentos de viento, características en el Estado de Oaxaca. Sin embargo,
se conserva el conjunto tradicional en algunas regiones, compuesto por
guitarra, bajoquinto (cordófono de diez cuerdas), y violín, a veces acompañados
por arpas. En la actualidad existen grupos nacionales e internacionales que se
dedican a componer, tocar y difundir la Chilena, pero las que han llevado este
género a otros países son las cantantes oaxaqueñas Lila Downs, Susana
Harp, Geo Meneses y Alejandra Robles, quienes mezclaron
la Chilena con Rock, Reggae, Pop y Rap.
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