El Abozao es una danza folklórica del Chocó, en el Pacífico
colombiano. Es uno de los bailes más importantes de esa región, al igual que el
Currulao, posee una característica muy fuerte de los bailes africanos en el
cual los bailarines y bailarinas no se agarran. Según algunos investigadores la
palabra Abozao proviene de “boza”, cuerda para amarrar las
embarcaciones de un muelle.
Así que abozar es amarrar con bozas, símbolo que no parece alejarse del sentido de la danza. Otra teoría sostiene que el término abozao es de origen africano y proviene de “aboza”, que significa “mover las caderas hacia los lados”. El Abozao es quizás el ritmo más popular de la zona central del Chocó, donde se ha diversificado, adquiriendo distintos matices. La melodía, a su vez, posee un corte tradicional muy rico en sugestiones sonoras que los músicos reiteran intencionalmente para estimular la fiesta. En la coreografía se realiza una confrontación de filas compuestas por hombres y mujeres alternadamente, de vez en cuando los hombres dan un rodeo a sus parejas. Todos los movimientos tienen un alto contenido erótico. Los bailarines hacen gala de pasos sugerentes, con abundantes juegos de piernas. El movimiento de las caderas de las mujeres animan a los hombres a asediarlas. Sobre este baile, algunos grupos de proyección han presentado formas coreográficas conservando los movimientos característicos y exagerando tanto su significado sexual que a veces llegan a entenderse como pornográficos.
Así que abozar es amarrar con bozas, símbolo que no parece alejarse del sentido de la danza. Otra teoría sostiene que el término abozao es de origen africano y proviene de “aboza”, que significa “mover las caderas hacia los lados”. El Abozao es quizás el ritmo más popular de la zona central del Chocó, donde se ha diversificado, adquiriendo distintos matices. La melodía, a su vez, posee un corte tradicional muy rico en sugestiones sonoras que los músicos reiteran intencionalmente para estimular la fiesta. En la coreografía se realiza una confrontación de filas compuestas por hombres y mujeres alternadamente, de vez en cuando los hombres dan un rodeo a sus parejas. Todos los movimientos tienen un alto contenido erótico. Los bailarines hacen gala de pasos sugerentes, con abundantes juegos de piernas. El movimiento de las caderas de las mujeres animan a los hombres a asediarlas. Sobre este baile, algunos grupos de proyección han presentado formas coreográficas conservando los movimientos característicos y exagerando tanto su significado sexual que a veces llegan a entenderse como pornográficos.
En cuanto al vestuario del Abozao, el varón usa pantalón corto
con una camisa sencilla amarrada en la parte inferior en lugar de abotonada,
también un pedazo de trapo o pañuelo amarrado en el cuello llamado “rabo e’
gallo”. Por lo general baila descalzo. La mujer baila con una falda amplia y
una blusa de mangas cortas, con un ligero escote. Aunque antes se usaba
principalmente el color blanco, en la actualidad se usa un vestuario de colores
vivos, con turbantes, collares y aretes. En cuanto a la coreografía, se trata
de un baile de parejas sueltas, con movimientos libres e individuales, sin
planigrafía definida, tampoco tiene figuras preestablecidas ni hay coordinación
de movimientos corporales. Estos se presentan espontáneamente, destacando el
movimiento de caderas, hombros y rodillas, con inclinaciones y rotaciones del
cuerpo, vueltas y giros rápidos. Las parejas tienden a mantenerse frente a
frente, sin apartar la mirada de los movimientos corporales de la mujer. Los
instrumentos que se utilizan en el Abozao son: *clarinete; *chirimía,
que es una flauta traversa de seis orificios; *cobre o bombardino, instrumento
de viento de forma cónica; *tambora o bombo, instrumento asimilado por las
comunidades afro colombianas del Pacífico y que se fabrica con el tronco de un
árbol llamado banco, los parches son de piel de chivo u oveja; *platillos;
*requinta o redoblante, tambor usualmente de poca altura, con hebras llamadas
bordones dispuestas diametralmente en la membrana inferior, lo que le da su
característico timbre estridente.
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